Opinión | Premio Nacional de las Letras Españolas 2023

Juan Cruz

Juan Cruz

Periodista y escritor. Adjunto al presidente de Prensa Ibérica.

Cristina Fernández Cubas: El premio es ella

Cristina Fernández Cubas, en la librería Laie.

Cristina Fernández Cubas, en la librería Laie. / DANNY CAMINAL

Es un modo de ser, y de escribir, y de mirar. La vi una madrugada en el mostrador de un bar aéreo, en la escala que nos llevaba a Guadalajara (México) desde el aeropuerto inmenso, barroco, a veces terrible, del aeropuerto del Distrito Federal. Sucede con ella que, como decía Antonio Machado, siempre es ahora todavía, de modo que siguió al encuentro una conversación sobre cualquier cosa que ella recordara de lo que habíamos hablado años antes. 

Sobre el mostrador el whisky reposó con sus palabras, y hasta que no nos llamaron para que saliéramos al pasillo del despegue ella estuvo contando, contando, contando, hasta que, en el avión, sus cuentos parecían parte del porvenir o del pasaje. Cuántas cosas se le iban a ocurrir en seguida que aquel avión despegara hacia tierras de Rulfo, cuentista como ella, como ella genial, y como ella obligado por el talento a escribir tan solo cuentos inolvidables y perfectos. 

El premio que le dan es a ella, naturalmente, pero es que ella es este premio, a su manera de mirar lo que no está escrito hasta que se escribe, a sus ojos bellísimos, hechos por una mano magistral, la de la vida. Mira con intensidad, como si sus ojos consistieran (como decía Peter Handke) de preguntas y éstas, a la vez, fueran parte de los versos, de las narraciones, de las historias que la habitan. 

En mayo, antes de la entrevistarla para abril (la encuentran en el número del último 22 de junio), el suplemento de Prensa Ibérica, me releí muchos cuentos suyos, y fui a dar con uno en el que una mujer que ya no existía aparece para darle respuesta a sus preguntas sobre los supervivientes, o a los que no existieron, a los que son personajes, más que personas, de los cuentos que se le ocurren. Ese cuento es 'La nueva vida'. “Un día, de repente”, me dijo, “creí ver a una persona que ya no estaba en este mundo. Pero no la seguí. Me fui a mi hotel y al llegar me imaginé que la seguía. Fue un día raro. Y no sé... Así nació el cuento, lo escribí seguramente para que no sucediera”. 

Así es ella, va mirando, ve lo que nosotros creemos que son sueños. En su casa, es realidad lo que sueña, y es materia de cuento lo que la hace escribir hasta en sueños. Me dijo, cuando le pregunté qué debe haber dentro de un cuento, aunque éste no llegue a ser escrito. Y me dijo: “La sugerencia. Un buen cuento sugiere. Eso es lo más importante”. 

Ella sugiere, esos ojos sugieren, este premio es a su poder de sugerencia, a su inmenso talento para hacer que la realidad de lo escrito sea como lo que avanzan sus ojos, lo que dicen sus silencios, lo que guarda en su alma risueña como el premio que merece: la alegría de vivir.  

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