Fenómeno musical

Guitarras, metales, narcos y estética urbana: ¿por qué el regional mexicano se ha convertido en mundial?

ENTREVISTA| Peso Pluma, rey de los corridos: "Hacemos algo diferente. La gente está acostumbrada a lo digital"

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Luis Troquel

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No estamos hablando de fútbol, aunque por el titular pudiera parecerlo, sino de otro millonario fenómeno: la asombrosa internacionalización del 'regional mexicano', un género musical genuino donde los haya en incesante renovación. Su última y más efervescente variante son los llamados ‘corridos tumbados’, cuyo carismático rey, el joven Peso Pluma, era aquí un completo desconocido hace nada y actuará el próximo 22 de noviembre en todo un Palau Sant Jordi. También a lo grande, en el mismo recinto, ya se anuncia por las calles de Barcelona el concierto del más romántico Christian Nodal, el 12 de julio de 2024. Y mucho antes, este 24 de noviembre, Espinoza Paz desembarca en la sala Latin Palace del Port Olímpic. 

Acuñada en Estados Unidos, la etiqueta de regional mexicano baraja decenas de estilos populares y astronómicas cifras. Y el tradicional menosprecio mediático: algo así como el country o nuestras músicas de gasolinera. Sin embargo, tal fue la eclosión hace varios lustros del sonido de banda norteña que lo reivindicaban hasta los pijos (fresas, les llaman). Y eso es nada comparado con la actual revolución de los corridos tumbados. 

Corridos 'cool'

Hay infinidad de emergentes nombres. Lanzados veinteañeros con pocos miramientos y mucha calle. Natanael Cano era aún menor de edad cuando en 2018 empezó a sentar las bases de los también denominados con las siglas CT. Si la generación anterior había conseguido que el regional asaltara el 'mainstream' mexicano, esta lo ha convertido en una de las músicas más 'cool' del planeta. Hasta el veleidoso mundo de las tendencias lo saluda como rival de la música urbana. 

En realidad son complementarias. Bebe también del trap y el reguetón. Colaboran asiduamente con artistas urbanos y a menudo sus líneas melódicas y letras, por no hablar de ‘look’ y videos, están en la misma sintonía. Con esencial diferencia: el sonido no suele ser electrónico. Instrumentos principalmente acústicos y dados a la improvisación, con crudas guitarras mandando y metales de fanfarria.

Si Natanael abrió el camino, el Elvis de los corridos tumbados es sin duda Peso Pluma. Precoz mito en vida. Se le compara ya con las más legendarias figuras aztecas. O con Bad Bunny. Está batiendo todos los records mundiales en listas y hasta Obama lo incluye en la suya propia de Spotify. Y ha conseguido que el mismísimo Bizarrap se adapte en una colaboración a su sonido.

Tumbados y bélicos

Ha titulado la gira ‘Doble P’ en alusión a su nombre artístico, aunque se haga imposible no relacionarlo con la dicotomía “plata o plomo”. En un género basado en las vidas cotidianas de estos jóvenes trovadores y sus seguidores (sus “plebes”), el omnipresente mundo del narco no podía estar ausente. Existe hasta un subgénero llamado ‘corridos bélicos’, heredero en parte de los narcocorridos. Muy recientemente, Peso Pluma cancelaba varias fechas tras ser amenazado mediante las conocidas ‘narcomantas’; pues nadie olvida la larga lista de cantantes de corridos muertos a balazos. 

Su verdadero nombre es Hassan Emilio Kabande Laija. De ascendencia libanesa por parte de padre. Como Shakira, sí; quien por cierto es la penúltima superestrella en sumarse esporádicamente al género, junto a los méxicoestadounidenses Fuerza Régida. Otro pujante grupo, Eslabón Armado, ha brindado a Peso Pluma su canción más famosa: ‘Ella baila sola’. Y hasta a este lado del Atlántico se canta ya eso de: “Compa, que le parece esa morra, la que anda bailando sola…”.

Con tal fuerza ha entrado aquí este estilo que siembra incluso influencias. El barcelonés Lucas Bun, la voz de oro que encandiló a los asistentes de la más reciente Gala Català de l’Any, acaba de publicar el single ‘La Titana’ inspirado en todo este imaginario; y campa ya entre las listas de Nueva Música Méxicana de Spotify. Y este verano, el irreverente dúo Figa Flawas se atrevió con todo un CT al pie de la letra, aunque escrito y cantado en catalán.

Grandiosas baladas

De México al mundo, figuras también jóvenes exportan otras variantes del regional como si de estrellas pop se tratara. Con casi más tatuajes faciales que el argentino Duki y solo 24 años, Christian Nodal arrasa hasta el punto de haber llenado todo un Wizink Center en Madrid hace pocos meses y se atreve con un próximo Sant Jordi. A España también, aunque de visita promocional, llegará otro de los nombres del momento: Carín León. O Joss Favela, introducido aquí por C. Tangana.

Todos ellos continúan la estética de sombrero cowboy y rutilante banda de metales, herederos de la anterior gran revolución: los corridos progresivos. Rock con tuba y acordeón en el que también hubo un pionero (Regulo Caro) y un rey (Gerardo Ortiz). Y más y más nombres renovándolo incesantemente: Banda MS, Noel Torres, Grupo Frontera, Grupo Firme, etc, etc. Artistas que sin embargo han llegado a todos los públicos gracias a sus maravillosas baladas: épicas, grandiosamente melodramáticas… Durante mucho tiempo, para explicar aquí en qué consistía el estilo con banda, lo mejor era referirse al hit ‘Me muero (por besarte)’ del grupo La Quinta Estación. Curiosamente su vocalista, la deslumbrante Natalia Jiménez, llega por fin a Barcelona en solitario este próximo 2 de diciembre, en el teatro Borrás.

Y en noviembre otro concierto adquiere rango de acontecimiento. Si en el circuito latino barcelonés más auténtico era casi imposible ver figuras mexicanas, la sala Latin Palace acoge nada menos que a Espinoza Paz; estandarte tanto de la música de banda de Sinaloa como del clásico mariachi. 

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