Escena

Pablo Remón y Pablo Messiez: el teatro como un lugar de realidad y peligro

Ambos directores y dramaturgos conversan con este diario acerca de lo que les une, de sus próximos proyectos y de su deseo de trabajar juntos

Pablo Remón (dcha.) y Pablo Messiez (en primer plano), durante la charla moderada por la periodista Ana Morente en el marco del Festival Eñe.

Pablo Remón (dcha.) y Pablo Messiez (en primer plano), durante la charla moderada por la periodista Ana Morente en el marco del Festival Eñe. / Sebastián Bejarano

Marta García Miranda

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nos encontramos en el bar de un hotel en la calle del Prado, frente al Ateneo de Madrid, donde los dos van a mantener después un encuentro dentro del Festival Eñe, en una biblioteca ocupada por un público muy joven y en la que, durante una hora y media, hablarán de Lorca, de la escritura como espacio de libertad y del teatro como un lugar de realidad y peligro. Uno de ellos dirá: “Cuando trabajaba como actor en Argentina, me acuerdo que decía '¿quién me va a venir a decir a mí que no es real lo que me acaba de pasar en 'Las tres hermanas' de Chéjov?' Porque un diálogo de esta función es más real y es mejor que todo este puto domingo que va a venir después”. El otro contará que, desde que empezó a hacer teatro, sintió que era “un lugar muy peligroso” y recordará las palabras de la actriz argentina Fernanda Orazi, con la que han trabajado ambos, “que dice siempre: yo me puedo ir en mitad de una obra, puedo marcharme si quiero, en el teatro tiene que haber siempre una voluntad de permanecer. Y a mí esto me parece muy profundo y habla de algo que es muy frágil, porque en el teatro puede no haber nada o puede haber todo”.

Son Pablo Messiez y Pablo Remón. El primero, argentino y formado como actor, debuta como autor y director en 2007 con Antes, una versión libre de 'Frankie y la boda', de Carson McCullers. Después vendrán montajes como 'Las Criadas' de Genet, 'La piedra oscura' (Alberto Conejero) y textos propios como 'Los ojos', 'Las plantas', 'Todo el tiempo del mundo', 'Las canciones' o 'La voluntad de creer', gran triunfadora en los últimos Premios Max. Remón, guionista de cine, dio el salto al teatro en 2013 con 'La abducción de Luis Guzmán', con la que inició una trayectoria como director y dramaturgo con obras como 'El tratamiento', 'Los mariachis', '40 años de paz', 'Sueños y visiones de Rodrigo Rato', 'Doña Rosita, anotada' (Premio Nacional de Literatura Dramática), 'Barbados' o 'Los farsantes'. Ambos comparten generación, admiración mutua y eso que quizá sea el éxito, y que se traduce en poder elegir cuándo, dónde y con quién estrenar sus proyectos. Messiez ensaya estos días 'Los gestos', que estrena el 1 de diciembre en el Centro Dramático Nacional. Remón llega en febrero al Teatro Español con 'Vania x Vania', dos relecturas simultáneas de 'Tío Vania' de Chejov. Y los dos, que llevan tiempo fantaseando con la idea, trabajarán en un proyecto conjunto que tiene ya fecha en el horizonte.

¿Cuándo se conocieron?

PABLO MESSIEZ. Yo te conocí por 'La Abducción de Luis Guzmán', me la habían recomendado mucho, la vi en el [Teatro] Lara y flipé un montón. Hace muchos años, claro. Fui con Fernanda Orazi y ahí nos hicimos fans.

PABLO REMÓN. Yo te conocí en la [Sala] Mirador, cuando hicisteis 'Los ojos', y a mí me encantó, me fascinó. La vi también con Fernanda y después fuimos al bar que había enfrente, ella nos presentó y yo te dije que me había gustado mucho la obra, pero tú estabas entonces cabreado con la producción, estabas haciendo muchas obras entonces.

undefined

¿Qué les interesa del teatro del otro?

PR. Pues mira, todo. Su forma de entender el teatro y su mirada sobre el mundo son muy diferentes a la mía pero, al mismo tiempo, y eso me ha pasado con todas sus obras, siempre me han interesado muchísimo. Lo que siempre me transmiten las obras de Pablo es que a él le importa mucho esa obra que está haciendo, que está completamente convencido de que es la obra que tiene que hacer. Y eso me parece muy valioso.

PM. A mí me genera mucha admiración y envidia su nivel de escritura. Veo las obras de Pablo, cómo hablan sus personajes, la calidad de los diálogos, y me parece una escritura muy sofisticada que no siento que yo tenga, que siento como carencia...

PR. Claro, a mí también me pasa eso contigo cuando veo ciertas cosas de dirección de actores que se me escapan, un estar de los actores que me da envidia y digo, ¿cómo se consigue eso?

P. Comparten actores y los dos son de trabajar con amigos, pero ¿qué más les une? ¿Qué comparten?

PR. Yo diría que hacemos un tipo de teatro que, aunque difiera en muchas cosas, hay algo esencial que compartimos, un teatro de texto y de actores.

PM. Estoy de acuerdo.

undefined

Creo que también les une una misma vocación de búsqueda, esa idea de probar algo distinto en la siguiente pieza…

PR. Eso tiene que ver con entender esto no tanto como un oficio, sino como una vocación más personal. Yo nunca quise ser director de teatro, no era algo que estuviera en mis planes, lo que tenía era el deseo de hacer esas obras concretas.

PM. Ahora, escuchándote, creo que lo que nos une tiene que ver con eso, con la defensa de la vocación, de algo que no puedes dejar de hacer.

PR. Creo que ese es el peligro al dirigir, sobre todo cuando has dirigido varias obras, y tú has dirigido más que yo, esa idea de desencantarte, porque cuando empiezas a hacer teatro estás en un encantamiento y mantener eso es lo más difícil. Todo el tiempo tienes que hacerte trucos a ti mismo para ver dónde está tu deseo en cada obra concreta, tienes que tener un motivo propio, más allá del hecho de hacer una obra más.

Que me programe un teatro grande es maravilloso y tengo más medios, pero el espacio muchas veces conlleva que tengas que hacer un tipo de obra determinado"

Pablo Remón

¿Sienten que están en un buen momento profesional, en un lugar ya de cierto privilegio que les permite estrenar en grandes teatros y con bastantes medios?

PR. Yo creo que sí, y siento que eso también es un peligro. No es que sienta, sino que sé que estoy en un sitio ya en el que puedo tener más medios, estar en teatros más grandes. Y eso, al mismo tiempo, me genera un debate permanente, no sé si a ti te pasa, que eso no me lleve a tener que hacer un determinado tipo de obra. A mí me interesa poder hacer obras muy diferentes, unas para 500 personas y otras para 70. Cómo mantener eso a nivel de producción y cómo hacer que no todo se unifique en un determinado tipo de obra es algo que me preocupa. O sea, que me programe un teatro grande es maravilloso y tengo más medios, pero el espacio muchas veces conlleva que tengas que hacer un tipo de obra determinado.

undefined

¿Y se resiste a eso?

PR. Más que resistirme, a mí lo que me funciona muy bien es combinarlo con otra cosa. Por ejemplo, cuando estaba haciendo Los farsantes, que era una obra muy grande y con actores muy conocidos, fue muy sano estar pensando a la vez en 'Barbados', tener la sensación de estar manejándome en dos cosas que son complementarias.

PM. A mí me pasa igual, también me apetece generar variación, que no gane la inercia. Me acuerdo que una vez una productora me dijo, bueno, ahora te toca estrenar en la (sala) grande, como si esto fuera...

PR. …. una carrera de obstáculos.

PM. Sí, poder pasar a hacer algo pequeñito. Yo vengo de ahí, de hacer teatro en aforos muy reducidos y me encanta poder pensar en espacios grandes y con presupuestos que permitan abrir el imaginario en otras direcciones, pero también me apetece volver a cosas pequeñas, volver a casa.

"Cuando las obras van muy bien y hay mucho discurso aprobatorio en torno a ellas, yo les empiezo a ver todos los problemas"

Pablo Messiez

Los dos vienen de sendos éxitos, con 'Los farsantes y Barbados', uno, y con 'La voluntad de creer', otro. ¿Eso les coloca en un lugar de más presión ahora, cuando están a punto de estrenar nuevas piezas? ¿Se preguntan si estarán a la altura de las expectativas?

PR. Es verdad que te puede crear una cierta presión, pero creo que cada obra tiene que ir un poco contra la anterior, como si estuvieras negando ciertas cosas de la última. Yo intento buscarme caminos paralelos para no caer en esa trampa de más grande, más fuerte, como si todo tuviera que ver con una especie de crecimiento que en el teatro no es real porque una obra más pequeña puede ser mucho más potente y lo sabemos todos.

PM. Hasta que empiezas a trabajar, sí que eso funciona un poquito como un fantasma porque tu última obra escribe el inicio de la expectativa de lo que se supone que tendrías que hacer. Pero después, una vez que empiezo a trabajar, ya no siento esa presión. También me pasa que cuando las obras van muy bien y hay mucho discurso aprobatorio en torno a ellas, yo les empiezo a ver todos los problemas.

PR. Yo ya me conozco mucho y, cuando estoy escribiendo, me produce presión tener la sensación de que estoy repitiendo cosas. A mí, como dramaturgo, no me sirve trabajar con cualquier cosa externa, tiene que ser siempre algo un poco personal y hay un punto donde el material se te acorta un poco. Hay dramaturgos buenísimos que funcionan por documentación, esto va sobre un tema, pero yo no funciono así, no sé hacer eso, y trato de seguir en algo que verdaderamente me importe, pero que no sea lo mismo que he contado ya.

PM. Creo que me genera presión el dinero. Cuanto más grandes son las producciones, más presión siento. O sea, tengo más presión estrenando ahora en la grande del Valle-Inclán que en una sala más pequeña o con menos producción…

PR. A mí, fíjate, más que el dinero, lo que me generó más presión cuando estuve en la sala grande del CDN, fue la sala en sí, el espacio físico, porque el teatro, como sabéis, cuando no funciona, cuando no va, es terrible, y la perspectiva de estar ahí casi por los actores cuando, imagínate, no va la gente o la obra no funciona, esa sensación de frialdad….

PM. Eso es horrible… Lo pienso ahora, con el equipo de 'Los gestos', que me tiene fascinado y enamorado, y me muero si esto no va bien.

Hablemos de 'Vania x Vania', que estrena en febrero en el Teatro Español y que no es una, sino dos relecturas de 'Tío Vania' al mismo tiempo.

PR. Pues mira, estoy fascinado porque estoy haciendo un máster de escritura, me he metido en el mundo de Chéjov, me he leído todas las versiones que hay de 'Tío Vania' en inglés y en español, y es fascinante porque vas viendo variaciones de la misma obra, casi en el sentido del jazz. O sea, hay un estándar, la historia es esa, pero cada autor se la ha llevado a su sitio. Y está siendo muy paradójico porque tengo la sensación de estar escribiendo mejor que nunca al basarme en un material tan bueno. Y todo lo que estoy escribiendo es muy mío y es muy nuevo, pero no deja de ser 'Vania', una obra que a mí me fascina porque en ella creo que está el germen del teatro más interesante del siglo XX. Ahí está Beckett, está Pinter, es una obra que se está inventando la modernidad en el teatro. Y hago una relectura de 'Vania' desde dos miradas completamente diferentes, como si fuera de dos directores distintos, también para poder escapar de mí mismo aunque no lo consiga, y una obra va a ser prácticamente sin escenografía, con un montaje muy contemporáneo, sin atrezzo, y la otra va a estar mucho más construida y con otro texto distinto, pero las dos con los mismos actores: Israel Elejalde, Javier Cámara, Marta Nieto, Marina Salas y Juan Codina. El público podrá ver una u otra, o las dos, porque el mismo día se harán las dos seguidas.

undefined

Pero antes, en diciembre, se estrena 'Los gestos', en el Teatro Valle-Inclán. ¿Qué ha querido hacer en esta obra?

PM. Una dramaturgia que ponga el foco en los gestos, en lo que no se puede escribir del teatro, trabajar el procedimiento de la repetición y de la superposición y dejar que eso vertebre toda la pieza con el deseo de pensar la obra como una construcción musical. He intentado no pensar el teatro como algo separado de la danza y la música y, a la hora de escribir y componer la escena, poner mucho el foco en lo que sucede en términos de ritmo, dándole mucha más relevancia al trabajo sobre el procedimiento que sobre las palabras.

undefined

¿Cuándo van a trabajar juntos?

PR. Muy pronto. Estamos ya empezando a pensar en qué y cómo vamos a trabajar juntos, sobre todo porque no queremos que sea algo en lo que uno hace una parte y otro otra, sino que cuando tú veas la obra, eso sea indistinguible. Lo que tiene sentido es hacer una obra que no pudiéramos hacer solos ningunos de los dos.

PM. Tuvimos solo una reunión en la que ya nos contamos deseos y coincidimos en algún mundo. Será para el 2024 o 2025.

TEMAS