Flamenco y underground

Albert Pla, en su mejor versión: juerga y genio en Apolo

Jordi Bianciotto

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Libros conspiradores, conciertos en festivales, ‘performances’ con más teatro y video que canciones... y se perdía en la neblina el recuerdo del último recital del Albert Pla cantautor en una sala de Barcelona. Hasta este sábado, en que su catálogo de rimas sibilinas sonó de nuevo en Apolo, y en una versión enriquecida, con palmas, jaleo rumbero y su fina estampa con altas botas y túnica bíblica.

Noche de estreno para Albert Pla and the Surprise Band, una nueva formación con la que revive sus clásicos buscando un original equilibrio entre el gracejo aflamencado y el ‘sample’, con guitarras en ventilador y baile ‘freestyle’. Un concierto delicioso, puro Pla, igual pero diferente, que abrió él en solitario cantando al grupo pop más famoso de Mallorca (con un retoque lírico afín al signo de los tiempos, modulando la gamberrada: “jo em vaig follar l’Antònia Font” es ahora “jo vaig follar amb l’Antònia Font”, que presumiblemente no es lo mismo).

El eco de ‘Veintegenarios’

La guitarra de Diego Cortés y la electrónica (discreta) de Judit Farrés sentaron luego las bases, sacudidas por las voces y palmas del trío La Prenda Roja, y completadas con el efecto coreográfico de Belén Martí Lluch. Un formato en el que vimos a Pla a sus anchas, centrando primero la mirada en el álbum ‘Veintegenarios en Alburquerque’, que ha cumplido 25 años. Brisa escatológica con ‘Marcelino, arroyo del charco’ y su itinerario por retretes, letrinas y aguas fecales. Adorable temario al que Pla volvió en su primigenia ‘La sequia’.

Podemos reprocharle la ausencia de canciones nuevas, pero, en fin, la nueva aventura resulta imaginativa a costa de dar otra impronta a los ‘hits’ de su vida y en algunas piezas extraviadas. Vivaz guiño a José María Fonollosa en la ranchera ‘Sufre como yo’ y una apropiación total de ‘Pepe Botika’, de Extremoduro. Y las ya contrastadísimas salidas de tono: el eslogan “un político muerto es un político menos”, jaleado por la audiencia como pórtico de ‘La dejo o no la dejo’, canción sobre la novia terrorista. Las chicas de La Prenda Roja, aporreando una parada de cubos. Y la ‘Carta al rey Melchor’, que Pla cantó con más ira que mofa, más punk que bufón.

Versión teatralizada en noviembre

Fue un concierto que impugnó la idea del Albert Pla lineal, de registro corto o víctima de su personaje. Una proyección refrescante del trovador y ‘showman’, de la retorcida alma sensible y el niño grande: ese ‘Soy rebelde’ angelical, con clarinete y deriva ‘lolaila’; la muerte, bailando una rumbita en ‘La dama de la guadaña’, y esa ‘road movie’ a tumba abierta llamada ‘Juerga catalana’. Y el paseo por el lado salvaje, de Lou Reed, que no falte. Auguramos un feliz recorrido para Pla y esta Surprise Band, que se guarda una carta para el 11 de noviembre, cuando estrene en Temporada Alta una versión teatralizada bautizada como ‘Rumbagenarios’.

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