Una residencia histórica

El regreso por todo lo alto de U2 en Las Vegas: nueva canción, escenario de película y tributo a 'Achtung Baby'

Hombres G, el duradero poder de los polvos pica-pica en el Palau Sant Jordi

Los Perlas, tiros de rumba-punk

Así es The Sphere, el impresionante nuevo templo de conciertos de Las Vegas

Así es The Sphere, el impresionante nuevo templo de conciertos de Las Vegas. En la foto, concierto de la banda U2. / RICH FURY / REUTERS / VÍDEO: PI STUDIO

Sergio del Amo

Sergio del Amo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El pasado viernes tuvo lugar el pistoletazo de salida del enésimo regreso triunfal de U2. Ese día se celebró el primero de sus veinticinco conciertos programados en el nuevo auditorio The Sphere de Las Vegas, un recinto con 18.600 asientos que cuenta en su interior con una envolvente pantalla led de 15.000 m² y 16K de resolución. El grupo aprovechó para presentar un tema inédito titulado “Atomic City”. Lo hizo sin su habitual baterista, Larry Mullen Jr., quien tras haber sido intervenido de varios problemas que arrastraba en el cuello, el codo y la espalda, ha sido sustituido por el holandés Bram van den Berg, miembro de la banda Krezip. 

Los primeros vídeos compartidos en las redes sociales este fin de semana han confirmado lo que se esperaba: la residencia “U2:UV Achtung Baby Live At Sphere” se antoja histórica. Y no solo por el impresionante despliegue tecnológico de los irlandeses, sino porque reivindicam un álbum capital en su carrera. Editado el 18 de noviembre de 1991, apenas dos meses después de que Nirvana pusiera patas arriba el panorama musical con “Nevermind”, “Achtung Baby” supuso una de las mayores reinvenciones jamás vistas en la historia del rock. De no haberlo grabado, su futuro hubiese sido muy distinto.

Imagen del 'U2:UV Achtung Baby Live At Sphere' en Las Vegas.

Imagen del 'U2:UV Achtung Baby Live At Sphere' en Las Vegas. / Rich Fury /Reuters

En 1987, gracias al éxito de “The Joshua Tree”, U2 se convirtió en la banda más grande y querida del planeta. Entonces, su épico rock de estadios no tenía rival. Pero las tornas cambiaron tan sólo un año más tarde con “Rattle & Hum”, un elepé que rendía homenaje a las raíces de la música popular norteamericana y a artistas como Bob Dylan, Elvis Presley o B.B. King. A pesar de que vendieron 14 millones de copias, la prensa especializada no tuvo piedad: menospreció el trabajo tildándolo de pretencioso y acusó al conjunto de haber perdido por completo su identidad. 

Las incendiarias reseñas, entre bambalinas, no sentaron especialmente bien. Tal es así que el 30 de diciembre de 1989, cuando la gira “Lovetown Tour” recaló en el antiguo Point Depot de Dublín, Bono dijo antes de interpretar “Love Rescue Me”: “Nos hemos divertido mucho los últimos meses descubriendo un tipo de música con el que no estábamos muy familiarizados y del que todavía no sabemos mucho. Se lo intenté decir a la gente el otro día, quizás de manera equivocada. Pero esto es el final de algo para U2. No es gran cosa, únicamente tenemos que marcharnos y volver a soñarlo todo de nuevo”. 

Imagen del 'U2:UV Achtung Baby Live At Sphere' en Las Vegas.

Imagen del 'U2:UV Achtung Baby Live At Sphere' en Las Vegas. / Rich Fury /Reuters

El 3 de octubre de 1990, los irlandeses aterrizaron en una Berlín que aún no había cicatrizado las heridas del Muro. Como David Bowie hiciera a mediados de los setenta con su “Trilogía de Berlín”, orquestada por el británico Brian Eno, se encerraron en los míticos Hansa Studios del barrio de Kreuzberg y reclutaron como productores al propio Eno y al canadiense Daniel Lanois, con quienes ya habían trabajado anteriormente en “The Unforgettable Fire” y “The Joshua Tree”. Sin embargo, pronto se evidenció un serio problema: ninguno de los cuatro, ni antes ni después de su llegada a la capital alemana, tenía un plan estratégico en mente. U2 quería sonar diferente, pero no sabía cómo.

Los desencuentros no se hicieron esperar. Mientras que The Edge, interesado en la incipiente escena de Madchester, la música electrónica y grupos industriales como The Young Gods o Nine Inch Nails, convenció a Bono de que debían huir de su pasado y tomar una senda más experimental, Adam Clayton y Mullen abogaron por un sonido más clásico y conservador por temor a perder a sus fans. Al final se impuso el primer bando.

Las tensiones vividas en Berlín, en realidad, a punto estuvieron de terminar con su disolución. No obstante, las aguas se calmaron cuando trabajando en "Sick Puppy", una de las primeras versiones de "Mysterious Ways", improvisaron un nuevo tema que terminaría desembocando en “One”. La balada, una de las más queridas de su repertorio, volvió a unirles. Si bien durante los dos meses que permanecieron en Hansa Studios apenas concluyeron dos canciones, la experiencia les proporcionó el ánimo necesario para continuar con las sesiones en Dublín. U2, al fin, se puso de acuerdo sobre la dirección musical a seguir.

“The Fly”, el primer adelanto del álbum, pilló a todo el mundo por sorpresa. La batería de Mullen, influenciada por la música industrial, sonaba más metálica que nunca. Aunque lo que realmente llamó la atención fueron las guitarras de The Edge: su apuesta por las atmósferas más oscuras y siniestras le llevó a alejarse de su Gibson Explorer y sus Fender de retardo repetido en favor de las Gibson Les Paul y ocho amplificadores Vox AC30 encadenados. Amansando su lado más comercial y modernizando su sonido, U2 conquistó a una nueva legión de seguidores.

‘Achtung Baby’ despachó 18 millones de copias (es su segundo disco más exitoso tras “The Joshua Tree”, el cual vendió siete millones más) y fue elogiado por la crítica. Pero la metamorfosis no sólo se reflejó en el estudio. Durante la faraónica gira “Zoo TV”, que en 1992 pasó por San Sebastián y Barcelona, y un año más tarde por Oviedo y Madrid, el cuarteto dejó de tomarse a sí mismo tan en serio. Rodeado de pantallas de televisión, y flanqueado por coches Trabant a modo de focos, Bono siguió los pasos de Bowie y cada noche adoptó varios alter egos: The Fly, un arrogante personaje que se mofaba de la egolatría de las estrellas del rock, y MacPhisto, un demoniaco megalómano empeñado en controlar el mundo. ¿Los rescatará en Las Vegas?

Imagen del 'U2:UV Achtung Baby Live At Sphere' en Las Vegas.

Imagen del 'U2:UV Achtung Baby Live At Sphere' en Las Vegas. / Europa Press

Suscríbete para seguir leyendo