El regreso del singular autor

Víctor Erice vuelve al primer plano 30 años después

El director de la influyente 'El espíritu de la colmena' presenta su nueva película, 'Cerrar los ojos', un relato a partir de los propios fantasmas del cinematógrafo

Crítica de 'Cerrar los ojos': la pervivencia de las imágenes

¿Qué ha pasado entre Cannes y Víctor Erice?

Víctor Erice pone Cannes a sus pies con 'Cerrar los ojos'

El director Víctor Erice, en una imagen de archivo

El director Víctor Erice, en una imagen de archivo / ARCHIVO

Quim Casas

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El caso de Víctor Erice es uno de los más singulares en la historia del cine español. Todo el mundo dice que se ha ido, pero él sostiene todo lo contrario. Hizo sus tres primeros largometrajes en el lapso de tres décadas: 'El espíritu de la colmena' en 1973, 'El sur' en 1983 y 'El sol del membrillo' en 1992. El cuarto, 'Cerrar los ojos', se estrena este viernes -30 años después del tercero- tras participar en el festival de Cannes y en el de San Sebastián, donde el cineasta vizcaíno ha recibido el Premio Donostia por toda su trayectoria.

Pero estas tres décadas de ausencia son en realidad falsas, pues Erice ha hecho cortos, episodios para películas colectivas, correspondencias fílmicas con el fallecido Abbas Kiarostami, exposiciones e instalaciones. Él representa mejor que nadie la idea de un cine alejado de los hábitos estresantes de la comercialidad y la visibilidad solo en las salas de cine. Por eso asegura que nunca se ha ido pese a que su última película recaló en los cines en 1992, un tiempo lejano que el cine de Erice contempla de forma distinta: no en vano el sentido del tiempo es tan importante en su obra, desde la paciencia con la que Antonio López pinta el membrillero en 'El sol del membrillo' hasta los primeros días en la vida de un niño de la posguerra española capturados en 'Alumbramiento' o las evocaciones personales de lo que representaba el cine en otras épocas en 'La morte rouge'.

La representación del tiempo

Precisamente estas dos últimas películas demuestran que de inactividad nada durante estas tres últimas décadas. 'Alumbramiento' forma parte de la película colectiva 'Ten minutes older. The trumpet' (2002), en la que Erice, Jim Jarmusch, Aki Kaurismäki, Werner Herzog, Wim Wenders, Spike Lee y Chen Kaige filmaron sus respectivos relatos en torno al concepto del tiempo y su representación. Solo tenían que respetar una premisa: que en cada corto apareciera al menos en una escena un reloj, símbolo de ese paso inexcusable del tiempo. 'La morte rouge' (2006), subtitulada 'Soliloquio', es un cortometraje de media hora en el que Erice evoca su infancia, ligada al emblemático cine Kursaal donostiarra, a partir de un lugar de la ficción, el pueblo canadiense llamado La Morte Rouge que aparecía en una de las películas de Sherlock Holmes interpretada por Basil Rathbone que Erice vio de niño.

Sin ser en absoluto un director que ha remitido a la cinefilia clásica en su obra, a pesar de haber demostrado, tanto en películas como en los cursos y conferencias que sigue dando, su pasión por la imagen fotoquímica y su preocupación ante el formato digital, el cine como tema ha estado bien presente en toda su obra. Y 'Cerrar los ojos' es un claro ejemplo, ya que parte de una búsqueda, la de un actor que desapareció de la faz de la tierra, efectuada por el hombre que dirigió sus últimas tomas, obsesionado en encontrarle y, con ello, cerrar el círculo de su película inconclusa.

Conviene no olvidar que Erice fue en los años 60 uno de los críticos cinematográficos más finos y lúcidos del momento. Desde las páginas de la revista de izquierdas 'Nuestro Cine' escribió sobre Michelangelo Antonioni, reivindicó a 'outsiders' de Hollywood como Josef von Sternberg y Nicholas Ray y publicó un ensayo sobre la responsabilidad ética de la crítica que hoy, 60 años después, sigue siendo muy vigente. Coescribió con su amigo Jos Oliver -a quien da vida, con nombre distinto, el actor Mario Pardo en 'Cerrar los ojos'- el libro 'Nicholas Ray y su tiempo' (1986), de las mejores publicaciones hechas jamás en torno al director de 'Johnny Guitar' y 'Rebelde sin causa'.

Fantasmas

Por eso no es de extrañar que en su última película se evoquen de distintas formas los fantasmas de Carl T. Dreyer, Howard Hawks -con la ya famosa secuencia de la canción de ‘Río Bravo’ jaleada en la proyección del filme en Cannes- o Sternberg, director de 'El embrujo de Shanghai', filme de 1941 con Marlene Dietrich cuyo título retomaría Juan Marsé para una novela que, precisamente, Erice adaptó para una película que finalmente rodó Fernando Trueba. Pero no es la clásica cinefilia ni la evocación lacrimógena por un cine desaparecido.

La protagonista femenina de 'Cerrar los ojos' es Ana Torrent, descubierta por Erice en 'El espíritu de la colmena'. Tantos años después, Torrent sigue conservando esa mirada fascinadora que tenía en 1973 cuando descubría la magia del cinematógrafo viendo en un pequeño pueblo 'El doctor Frankenstein' interpretado por Boris Karloff. Hay un juego con esa imagen, con esa mirada lunar de Torrent tantos años después, una imagen maravillosa que fija de un modo u otro toda la obra de Erice, un cineasta ajeno a las modas, las convenciones, los formatos y el cine solo como práctica industrial.