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Fotograma de 'O Corno', segunda película de la gallega Jaoine Combarda

Fotograma de 'O Corno', segunda película de la gallega Jaoine Combarda / 'O Corno'

Nando Salvà

Nando Salvà

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La segunda película de la gallega Jaoine Combarda contiene dos escenas que se bastan para reivindicarla. Unas de ellas -de casi 9 minutos- contempla un parto, y en la otra asistimos a un aborto; ambas son tremendamente ilustrativas del dolor y la angustia que afrontan las mujeres que se enfrentan a la maternidad de una manera o de la contraria. Presentada este miércoles a competición en el Festival de San Sebastián, ‘O Corno’ se sitúa en Isla de Arosa a finales de los 60 para acompañar a una comadrona que, tras la muerte de una adolescente a la que ha ayudado a abortar, se ve obligada a huir a Portugal.

Y, mientras contempla el periplo, la película se las arregla para ser a la vez efectiva como sutil alegato en favor del derecho a la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, conmovedor retrato de una forma de solidaridad genuinamente femenina y el tipo de historia de supervivencia capaz de hacer que las uñas se nos queden clavadas en la butaca mientras la vemos. 

'The Royal Hotel', otra de las películas a concurso en el certamen donostiarra presentadas este miércoles, también observa peligros consustanciales a la feminidad. Ambientada en el tiempo presente, cuenta la historia de dos turistas canadienses que se ponen a trabajar de camareras en una aldea perdida en el desierto australiano, y que desde el primer minutos se ven sometidas a una sucesión de microagresiones por parte de una clientela compuesta mayoritariamente de hombres garrulos y basada en los prejuicios culturales, la misoginia y la tensión sexual.

Durante buena parte del metraje, la directora Kitty Green captura con precisión los golpes de cintura que las jóvenes se ven obligadas a ejecutar para adaptarse a tan hostil entorno, pero la película se pierde de camino a su clímax. Las decisiones de los personajes resultan cada vez más inexplicables, las situaciones se hacen más inverosímiles, y la peripecia argumental culmina en un incendiario final que solo habría resultado lógico si Green hubiera pretendido realmente hacer cine de terror o de acción.

La herencia del patriarcado

Tras obtener varios premios internacionales gracias a su ópera prima, ‘Custodia compartida’ (2016) -sobre un maltratador que aterroriza a su mujer y a su hijo-, el francés Xavier Legrand se ha sumado este miércoles a la competición por la Concha de Oro con ‘El sucesor’, otro relato excepcionalmente contundente de violencia masculina ejercida contra la mujer. Su protagonista es un modisto a punto de dar el salto al estrellato que se ve obligado a lidiar con los preparativos del funeral del padre del que se distanció años atrás -tal vez a causa de un trauma-, y que en el proceso descubre un secreto absolutamente pavoroso acerca de su progenitor. Cualquier en su situación sabría de inmediato cómo manejar la situación pero, por algún motivo del que sin duda no es inconsciente, él adopta un comportamiento que lo acerca violentamente al hombre del que tanto se esforzó por huir. El resultado es una demostración demoledora del poder del patriarcado para perpetuarse.