Excavación en la Cova Simanya

Hallazgo neandertal digno de Indiana Jones en un almacén del museo arqueológico de Barcelona

Los neandertales que vivieron en Catalunya practicaban el canibalismo

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Vitrina en el MAC con los restos de neandertales hallados en la Cova Simanya.

Vitrina en el MAC con los restos de neandertales hallados en la Cova Simanya. / ANA PUIT

Anna Abella

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Revelándose como un tesoro escondido digno de Indiana Jones, este martes se ha presentado en el Museu d’Arqueologia de Catalunya (MAC), en Barcelona, la identificación de 54 restos de neandertales que corresponden como mínimo a tres individuos que vivieron hace más de 50.000 años en la Cova Simanya, en el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt y de l'Obac. Según los arqueólogos responsables del proyecto, se trata de la colección de restos neandertales más importante de Catalunya y una de las más relevantes de la península Ibérica.  

Como el Arca Perdida

De los 54 restos, pertenecientes a un adulto, probablemente una mujer que medía unos 154 centímetros, a un preadolescente de unos 11 o 12 años y a un niño de entre 7 y 8 años, solo uno se ha hallado en la excavación de la cueva desde 2020. Los otros 53, "como si fuera el Arca Perdida", ha bromeado el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Barcelona (UB) Josep Maria Fullola, permanecían conservados en una caja guardada en un almacén de Cervera, donde se envía aquello que no cabe en los fondos del MAC, que dirige Jusèp Boya. El contenido de la caja provenía de una excavación clandestina realizada por un aficionado pirata en los años 70 en la Cova Simanya, pero al estar fuera de contexto se desconocía su importancia y mucho menos que fueran neandertales. 

Detalle de la pieza dental del neandertal joven recuperada en la Cova Simanya.

Detalle de la pieza dental del neandertal joven recuperada en la Cova Simanya. / Juan I. Morales / IPHES-CERCA

La presión por parte del Departament de Cultura de la Generalitat hizo que este aficionado acabara entregando a mediados de los 80 la caja y su contenido y relatando dónde y cómo lo excavó. "Sabíamos que en Simanya había huesos y herramientas pero no íbamos buscando en absoluto restos de neandertales", asegura Fullola, cuyo equipo trabajaba desde 2020 en la cueva, donde se halló la conexión con la caja. "Es un pequeño diente, una muela del juicio del joven de 12 años. Anatómicamente no es la pieza más importante, pero nos permitió conectarlo con otros dos dientes también suyos guardados en la caja", explica Juan Ignacio Morales, investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y de la UB, codirector de la excavación junto con los arqueólogos Antonio Rosas, del CSIC y el Museo Nacional de Ciencias Naturales, y Artur Cebrià, que se percató de la pista que conectaba la caja con la cueva.  

Vitrina en el MAC con los restos de neandertales hallados en la Cova Simanya.

Vitrina en el MAC con los restos de neandertales hallados en la Cova Simanya. / ANA PUIT

"La excavación de la Cova Simanya desde 2020 ha revelado que durante el Paleolítico se usó de forma ocasional como campamento esporádico por los neandertales. Hay evidencias de fuegos y actividades domésticas, herramientas de piedra y de los animales que consumían, pero también de que fue utilizada como refugio y madriguera por grandes carnívoros, como el oso pardo o el oso de las cavernas", apunta Morales. 

Zona oscura y estrecha

La cueva tiene unos 300 metros de recorrido repartidos en varias galerías, con un acceso sencillo. Pero los restos, añade el investigador, se encontraban en un pequeño ramal de 20 metros, hacia el final, "en una zona oscura, estrecha y profunda a 70 metros de la entrada", lo que quizá ayudó a su conservación. 

La excavación en la Cova Simanya, desde el exterior.

Juan I. Morales / IPHES-CERCA

¿Les une parentesco?

Aunque el estudio morfológico ha sido concluyente y prueba inequívocamente que son neandertales, los análisis de ADN antiguo han sido infructuosos. "No se ha podido extraer porque no se ha conservado", lamenta Rosas. Por ello, añade, no se puede determinar, por ejemplo, si eran madre e hijos. "Pero sí podemos tomarnos una licencia poética arqueológica y especular con ello, por el hecho de aparecer en un mismo contexto y por sus edades", dice con una sonrisa.  

El adulto es el individuo mejor representado, con elementos de la mandíbula, dos brazos, una mano bastante completa y varios dientes, aunque algunos no se descarta que puedan ser de un cuarto individuo.  

El estudio intentará precisar la dieta y las características físicas de los individuos

Estos resultados, que publica la revista ‘Frontiers in Earth Science’, no serán los únicos, auguran los investigadores, que aún no pueden determinar de qué murieron ni si era un enterramiento (esto, recalca Fullola, probablemente habría sido posible si los restos hubieran sido estudiados en el mismo lugar del hallazgo por profesionales y no por un aficionado que los sacó fuera de contexto).  

Precisar la datación

Además se seguir reconstruyendo la historia del yacimiento, intentarán precisar las características físicas de los individuos, su dieta (con ayuda de los depósitos de sarro de los dientes) y afinar su antigüedad, pues por ahora, las primeras dataciones solo aseguran que son anteriores a los 50.000 años, que es hasta donde llega la prueba del Carbono 14. También intentarán comprender la pauta de crecimiento de los neandertales respecto a la de nuestra especie, el Homo Sapiens, estudiando el diente del joven, pero también la primera vértebra del niño.

Por ahora, lo hallado permite, con la filogeografía, explica Rosas, "estudiar las dinámicas poblacionales y el despliegue evolutivo de los neandertales en los territorios que ocuparon. Simanya puede mostrar cómo se relacionaba genética y culturalmente este grupo con otros de Catalunya", una zona que formaba parte de un corredor de poblaciones que enlaza con las de Levante, el Cantábrico y Atapuerca , en el centro de la Península.