Escaparate de la escena catalana

Mercat de Vic: arrasados y fascinados por el ‘Tornado’ de Marco Mezquida

El pianista menorquín dejó boquiabierto al público de la muestra de Música Viva en una jornada inaugural en la que destacaron las presentaciones de Maria Hein y la experiencia inmersiva de Xavi Lloses

Marco Mezquida

Marco Mezquida / Xavi Torrent

Jordi Bianciotto

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Las inauguraciones del Mercat suelen deparar sesiones sustanciosas, ya sea, en estos últimos años, invocando la aventura (Cabo San Roque), la justicia (Juliane Heinemann) o el ensueño (Núria Graham). Ahí, la de este miércoles en L’Atlàntida, a cargo del trío dirigido por Marco Mezquida, resultó ser una de las más arrolladoras, en el plano físico y mental. Un ‘tour de force’ a cuenta de su nuevo disco, ‘Tornado’, que inyectó urgencia y sentido de la alerta al arranque de la 35ª edición de la muestra de Vic.

El trío entró en tromba, nunca mejor dicho, directo al corazón del fenómeno atmosférico. Un ‘Tornado’ que cogió velocidad llevándose por delante ariscas secuencias atonales al piano, en diálogo de titanes con el contrabajo de Masa Kamaguchi y la percusión de Ramon Prats. Todos volcados en una única causa, elaborando soluciones ajenas a cuadrículas. Trayecto mareante, derivando hacia la tonalidad y la resonancia romántica, y recalando en la cadencia de blues.

Horror y enamoramiento

El tornado puede leerse, dice Mezquida, como una metáfora de las amenazas que nos depara la naturaleza si provocamos su cólera, pero al mismo tiempo se diría que su poder fascina a estos músicos cautivados por las fuerzas más grandes que nosotros. Enamorados y horrorizados a la vez, quizá, de los huracanes y tifones, casaron al final la melodía celestial al piano con el presagio del subsuelo en rebeldía, encarnado por el contrabajo y la percusión, camino del clímax enmarcado por solemnes redobles. Y el auditorio, boquiabierto.

Pero hoy la música tanto puede manifestarse en manos de instrumentos virtuosos como a través de un PC, y en este último extremo se situó el pase de la mallorquina, de Felanitx, Maria Hein. Voz que se estrenó dos años atrás con un álbum de tonos acústicos, ‘Continent i contingut’, ha sometido su estilo a una buena sacudida en ‘Tot allò que no sap ningú’, el disco que pre-estrenó en el Mercat. 

Melisma y ‘autotune’

Un álbum producido por Ferran Palau y el ‘urbanita’ Sr. Chen que funde el melisma vocal de la canción tradicional isleña con el ‘autotune’, a través del pop electrónico y cierta gramática urbana. Que en un mismo disco se haya marcado duetos con Rita Payés y con Mushkaa lo dice todo, o casi. En L’Atlàntida desplegó una puesta en escena sencilla, con dos bailarinas y sin instrumentista alguno, en canciones juguetonas y bastante imprevisibles, de estribillos gráciles y atmósferas con miga, atisbando nuevos caminos para el lenguaje pop.

Y para innovaciones, la de Xavi Lloses, cuyo concierto, ‘Estornells inalàmbrics’, no fue un concierto, sino una “experiencia inmersiva” en la que el público (una treintena de espontáneos) suplió al artista deambulando por una estancia y atendiendo a las indicaciones que aparecían en las pantallas de sus móviles. Y moviéndose, caminando cual sonámbulos o danzando al son de una sinfonía electrónica con ecos de la naturaleza y secuencias idóneas para acompañar la saga de películas de ‘Insidious’. “Si alguien padece de epilepsia, quizá este no sea el espectáculo adecuado”, advirtió Lloses antes de empezar. No hubo males mayores.

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