Crítica de 'Creatura' de Elena Martín: Notas sobre la sexualidad femenina

En su segundo largometraje como directora, Elena Martín Gimeno da diez pasos adelante respecto a su debut: Júlia ist (2017). En todos los sentidos. Creatura no sólo es más ambiciosa y arriesgada que su ópera prima. También es más libre y visceral tanto en el texto (el guion lo firman Martín y Clara Roquet) como en la ejecución. 

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Contada a partir de tres edades (infancia, adolescencia y adultez) del mismo personaje, Mila, ‘Creatura’ explora desde los lugares comúnmente secuestrados por el pudor, el tabú y el desconocimiento asuntos como el despertar sexual femenino, la relación de la protagonista con su sexualidad y su cuerpo y el conflicto entre todas esas cosas y un entorno (íntimo y estructural) que, consciente o inconscientemente, puede ser muy represivo y hostil. Se advierte detrás de ‘Creatura’ un estudio en profundidad del tema. Pero Elena Martín esquiva la rigidez de la explicación y de la tesis al apostar por una exposición (tanto verbal como formal) nerviosa y fluida, que incluso abraza la contradicción y la duda. 

Las tres edades de Mila, a la que la directora acompaña sin juzgar (en la edad adulta, directamente, se mete en su piel como actriz), están recogidas en un hermoso bloc de notas sobre la sexualidad femenina que impresionan porque están vivas y están escritas desde el cuerpo y con una claridad y una naturalidad poco frecuentes.