'Creatura', de Elena Martín, ganadora del premio a la mejor película europea de la Quincena de Cineastas de Cannes

La película 'Creatura', de la directora catalana Elena Martín, ha obtenido el premio Label Europa de Cinemas, galardón de la sección de la Quincena de Cineastas de Cannes. Este premio se otorga desde el 2003 y es un nuevo triunfo para el cine español, ya que Martín es la primera cineasta del país en conseguir este reconocimiento.

'Creatura' está guionizada por Martín y Clara Roquet ('Libertad') y el personaje principal, Mila, es interpretado por la misma directora, como ya hizo en su debut, 'Julia Ist' (2017). En una entrevista con EL PERIÓDICO explicó: "Quizá mi presencia a ambos lados de la cámara pueda sugerir conexiones con mi propia vida, pero no es una película autobiográfica".

Mila hace un viaje personal por el tabú que aún se tiene hoy en día con la sexualidad, pasando por las diferentes edades del personaje: desde la infancia, el momento donde surge un deseo primigenio, la adolescencia y hasta la edad adulta, momento en que ese apetito sexual reprimido, estalla. La protagonista se hace preguntas incómodas sobre nuestros problemas como sociedad a la hora de asumir los impulsos sexuales, para ello, hubo un proceso de preparación antes de realizar la película: hicieron entrevistas a diferentes personas acerca de sus despertares sexuales, su relación con la masturbación, sus deseos ocultos... 

El filme está rodado en la Costa Brava y los actores que completan su reparto son: Oriol Pla, que interpreta la pareja de Mila, y Àlex Brendemühl y Clara Segura, como los padres de la chica. En este largometraje Martín reflexiona sobre cómo la mirada externa de los adultos condiciona la experiencia sexual hasta el punto de reprimirla y convertirla en "vergüenza, prejuicio y culpa".

Martín añadió en la entrevista que quiso hablar del deseo sexual en la infancia porque "cuando somos niñas y niños se nos inculca que el deseo es algo incómodo, incluso castigable, y que por tanto debe ser reprimido. [...] Y eso genera sensaciones internas muy extrañas, porque el deseo sexual es un impulso vital, y siempre encuentra formas de manifestarse".