Un Juanes arrollador en el Palau

Juanes jugó un papel destacado en el roce de la latinidad con el pop en el ‘mainstream’ del cambio de milenio, y pasado el tiempo sigue un rumbo propio, sin dejarse impresionar por las tendencias del momento. Lejos del furor reguetonero, adopta de hecho tonalidades adultas en su nuevo álbum, que presenta un título tan poco ‘cool’ como ‘Vida cotidiana’, y que constituyó un pilar de su regreso, este jueves, al Palau de la Música. 

Noche fogosa con la audiencia en pie y presta al desenfreno, satisfecho para empezar, sobre todo, en sus números rítmicos. Uno de los nuevos, ‘Gris’, tema pop sobre el ocaso de una larga relación, causó menos alboroto que esa cumbia (menos electrónica que en el disco) llamada ‘Amores prohibidos’. Y todo se vino pronto abajo, ahí sí, con los trofeos que un día lo colocaron en el mapa: la rabiosa ‘Mala gente’ (que quizá hoy sería señalada como canción tóxica: “te burlaste de mis sentimientos”, “eres una mentirosa”) a la filigrana romántica de ‘Nada valgo sin tu amor”. 

La ayuda de Juan Luis Guerra

Juanes anda sobrado de catálogo y de ‘hits’, y no descarriló en las nuevas canciones, aunque se alejaran hacia el funk (‘Más’) o el medio tiempo sobrio (‘Ojalá)’. Pero la mejor integrada resultó ser ‘Cecilia’, que grabó con Juan Luis Guerra. El de Medellín nos recordó su madera de músico (con raíces rock en el grupo metalero Ekhymosis), manejando la guitarra eléctrica y soltando algun que otro solo chispeante. 

Esta gira sirve también para presentarnos a Gale, talento puertorriqueño que ha compuesto para Shakira y Christina Aguilera, telonera con la que Juanes compartió un tema, ‘Fotografía’, muy celebrado. Casi tanto como ese ‘Para tu amor’, que cantó adentrándose en la platea, agasajado por la afición, y que dedicó a su hija Luna, que este miércoles cumplía veinte años.

Romanticismo a todo pulmón, meneo percusivo con textura de jungla subtropical y gags rockeros. Todo lo ensambla Juanes sin que la combinación chirríe. Una secuencia álgida fue la que echó raíces en la música popular y, en concreto, en el vallenato, cuyo clímax lo puso el clásico ‘Las mujeres’, de los años 70, compuesto por Carlos Huertas. 

Y cuando comenzó a tirar del hilo de los trofeos, ya nada pudo pararlo, y aquello fue una fiesta: ‘La paga’ y ‘La camisa negra’, el latido profundo de ‘Yerbatero’ (con aquelarre casi psicodélico de guitarras y percusiones) y la súplica de ‘A Dios le pido’ prendiendo en el Palau. La cumbia ‘funky’ ‘Ne enamora’, estirando el aquelarre, y la sensación concluyente de que Juanes tiene poder. 

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