Cita musical en el Fòrum

El Cruïlla alumbra los extremos del rock con alt-J y Cala Vento

El festival vivió momentos de intensidad antagónicos pasando del laberíntico sonido del grupo británico a la crudeza minimalista del dúo ampurdanés

BARCELONA. 07.07.2023 Festival Cruilla. Joe Newman durante el concierto de alt-J en el Parc del Forum. FOTO FERRAN SENDRA

BARCELONA. 07.07.2023 Festival Cruilla. Joe Newman durante el concierto de alt-J en el Parc del Forum. FOTO FERRAN SENDRA / FERRAN SENDRA

Jordi Bianciotto

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Recompuestos del meneo latino del jueves, el tercer acto del Cruïlla nos sacudió de otro modo, atendiendo a aquella máxima de Barón Rojo, “mi rollo es el rock”, con expresiones variadas y hasta extremas. A la espera de las atracciones de la madrugada, Sigur Rós, Franz Ferdinand y The Offpring, pudimos pasar sin males mayores del laberinto mental escenificado por el grupo británico alt-J al descaro muy físico, con alma punk, de ese exponencial dúo ampurdanés llamado Cala Vento.

Sobre el papel, alt-J podría ejercer de perfecto grupo anti-festivalero: trío de presencia hierática, distanciamiento clínico, canciones ricas en giros imprevisibles, textos rocambolescos y desprecio a la dictadura del bombo a negras. Pero sus simpáticas historias de asesinos de niños, actos de canibalismo y parejas masacradas por la enfermedad retuvieron a la multitud en el Fòrum produciendo un inquietante efecto, cual ‘easy listening’ siniestro, con esos estribillos engañosamente serenos, violentados por graves gruesos o ‘crescendos’ electrónicos.

Cantante enjaulada

Temas de su último álbum, ‘The dream’, que el grupo ya mostró el pasado noviembre en el Sant Jordi Club (y que bien podría titularse ‘The nightmare’), que esta banda de Leeds de nombre jeroglífico (alt-J es el atajo para la letra delta en los teclados Apple) desplegó con precisa cirugía, como científicos de un art-rock sibilino y perverso. Encarando el clímax de la sesión, despuntaron los números más aparatosos: la épica coral de ‘The gospel of John Hurt’ y ese himno a la impotencia llamado ‘Philadelphia’, con su cantante de ópera enjaulada.

Frente a la muy pensada exhibición de rareza de alt-J, el cancionero desbocado con refrescante naturalidad, afín al lema de “menos es más”, practicado por Cala Vento, también ante una nutrida audiencia. Guitarra eléctrica y batería como sencillos e hiperexpresivos sustentos de un vandalismo rock en feliz roce con la tonada pop. Y dando empaque escénico al discurso ideológico de su nuevo álbum, ‘Casa linda’: a medida que su actuación avanzaba, a sus espaldas se iba construyendo una casita de madera en acusatoria alusión a las dificultades de la ciudadanía, la joven en particular, para acceder a la vivienda.

Energía “bastant propera, com a casa”, celebraron y suministraron Joan Delgado y Aleix Turon, tándem que, bien acompañado en sus discos de figuras como Eric Fuentes o Santi García, practica una forma de rock que está a las antípodas de alt-J: aspecto sencillo para dinámicas sonoras resabiadas, que en el Fòrum tanto podían sonar un poco ‘grungie’ (‘Un buen año’) o escorarse hacia un musculado funk-rock (la enojada-eufórica ‘Todo). Familiarizados con el Cruïlla (en su tercera visita), liberaron tensiones a golpe de ‘Isabelle Cantó’, ‘Gente como tú’ o el asalto bilingüe, catalán-euskera, de ‘Passar pantalla’, que, en consecuencia, rubricaron con un “moltes gràcies, eskerrik asko”.

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