Dotado con 30.000 euros

La barcelonesa Luci Gutiérrez, Premio Nacional de Ilustración 2023

Luci Gutiérrez, elegancia y mala leche

La ilustradora Luci Gutiérrez, en su estudio.

La ilustradora Luci Gutiérrez, en su estudio. / Ángel García

EFE

EFE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El universo oscuro y decidamente amargo de la ilustradora catalana Luci Gutiérrez (Barcelona, 1977) que contrasta con su trazo limpio de linea clara se ha alzado este jueves con el Premio Nacional de Ilustración por su "excepcional trayectoria y por ser una de las artistas más sobresalientes en el panorama actual, referente de la ilustración española dentro y fuera de nuestras fronteras". Desde hace varios años sus dibujos aparecen en las publicaciones más importantes del mundo como 'The New York Times', 'The Washington Post', 'Wall Street Journal', o 'The New Yorker', donde ilustra semanalmente la sección Shouts & Murmurs. Su arte también se ha materializado en libros, animaciones y campañas publicitarias internacionales.

El jurado tambien ha destacado un estilo que utiliza "una linea muy depurada, con una paleta de colores expresivos que parten de una economía de recursos gráficos" y su "capacidad única para crear metáforas visuales".

Gutiérrez estudió ilustración en la Escuela Massana de Barcelona en 2001. En 2007 residió una temporada en Nueva York, ciudad a la que vuelve recurrentemente y de esa experiencia nació "English Is Not Easy", un libro en el que ponía a prueba su capacidad de observación de las calles de la gran manzana y de las gentes que la habitan pero también mostraba su propia debilidad a la hora de comunicarse en inglés. Aquel libro fue un verdadero éxito y ha sido traducido a varios idiomas.

En 2019 publicó "Manual de autodefensa", su segundo libro de autoría total, que deja bien claro que "la vida, como el inglés, no es cosa fácil", según destaca la autora en la biografía de su página web. Siguiendo con las maneras apuntadas en su anterior libro, la autora muestra muy poca compasión para sí misma y convierte la acción de dibujar en un terapia para su "mala leche" y sus inseguridades.

Más recientemente su trabajo ha sido reconocido con el premio de la Society of Illustrators de Nueva York y el premio Gràffica, otorgado por profesionales del diseño y de la comunicación visual del estado español.