La OBC y su ‘overbooking’ playero

Una vez más quedó claro que la capital catalana no es solo un punto de encuentro para los amantes del pop, del rock o de la música electrónica. Lo demostró con ‘overbooking’ la playa del Bogatell convertida en un auditorio sinfónico al aire libre con un concierto de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) dirigida por su titular, Ludovic Morlot. La iniciativa, inserta en el proyecto ‘Clàssics a la platja’, ya había conseguido la noche del martes un gran éxito con el concierto de la Simfònica del Liceu en este mismo escenario, pero el boca-oreja y las redes sociales hicieron que esta segunda velada acabara siendo incluso más multitudinaria hasta batir el récord de los 20.000 asistentes según fuentes de la Guardia Urbana.

Entre el público se mezclaban paseantes, bañistas y turistas con barceloneses que sabían muy bien a lo que iban, acudiendo a la cita con sillas, mantas y ‘tuppers’ con la cena, demostrando su civismo al marchar dejando la playa impecable. Ya desde la tarde el lugar se fue llenando hasta que el gentío se transformó en impresionante, tanto como el entusiasmo de un público que aplaudió a rabiar el popular programa integrado por las ‘Danzas eslavas’ de Dvorák, ‘Moldavo’ Smetana, ‘Capricho español’ de Rimski-Kórsakov, ‘Farandole’ de ‘La arlesiana’ de Bizet y la sardana ‘Empúries’ de Toldrà.

Para Robert Brufau, director del Auditorio y de la OBC, un proyecto como este “acerca la clásica a la gente y para la orquesta es muy saludable: los músicos están felices. Ludovic Morlot me decía que le habían pedido que querían recuperar estos conciertos populares. El maestro tiene experiencia en este tipo de programas al aire libre –de hecho, este verano dirigirá un par más en otras ciudades¬–, pero hacer música junto al mar solo se consigue aquí”. La orquesta también estará este verano en el Grec.

La OBC ya había realizado más de media docena de conciertos en la playa hasta 2019. Ahora, tras la pandemia, los retoma con un nuevo impulso gracias a esta iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona que también cuenta con el apoyo de la obra social de La Caixa y de EL PERIÓDICO. 

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