El Liceu llenó la playa de música

El Palau de la Música Catalana, el Gran Teatre del Liceu y el Auditori, convocados por Barcelona Obertura, están llevado su música en estos días más allá de sus escenarios habituales, específicamente, a las playas de Barcelona. La idea es acercarse a la gente y ofrecer conciertos divulgativos gratuitos. ‘Clàssics a la platja’, con el apoyo del Ayuntamiento barcelonés y de la fundación La Caixa, arrancó el lunes, cuando el Palau visitó con los coros del Orfeó Català diversas instituciones próximas a la playa, incluyendo el Hospital del Mar, donde ofreció tres conciertos y talleres de canto coral.

El testigo lo ha cogido esta misma noche la Simfònica del Gran Teatre el Liceu con un éxito de convocatoria que ha superado todas las previsiones. Los músicos, capitaneados por su titular, Josep Pons, se ubicaron en un escenario instalado en la Playa del Bogatell parapetado con varias pantallas gigantes para facilitar el visionado gracias a la señal de Betevé. En los atriles, dos obras de gran popularidad, el ‘Boléro’ de Ravel, y la ‘Sinfonía del Nuevo Mundo’ de Dvorák.

Antes de las 18h cientos de personas empezaron a congregarse en la arena y en el paseo marítimo–según la Guardia Urbana se llegó a las 18.000 asistentes–, cuando los músicos comenzaron a desenfundar sus instrumentos para tenerlo todo a punto para la prueba de sonido antes del concierto, que arrancó puntualmente a las 21h. Y si una intérprete de viola de la Simfònica se quejaba de que la humedad de la zona podía ser “peligrosa” para los instrumentos, ella misma se apresuraba a aclarar que el riesgo valía la pena, “porque el ambiente que se crea es fantástico y la gente lo disfruta mucho”, aseguraba.

“Yo vengo siempre”, explicaba María Benítez, vecina del barrio de la Barceloneta que se instaló con un grupo casi en primera fila en la arena, con un picnic nada improvisado. “Me iba mejor antes, cuando el Liceu ponía una pantalla en la playa de Sant Sebastià antes de la pandemia, pero en realidad aquí no molesta a los vecinos. He venido con unas amigas porque nos encanta la música”. En el mar, y durante todo el concierto, varios surfistas seguían moviéndose entre las olas mientras la música inundaba la playa.

A pesar del ambiente festivo, en el momento en el que el maestro Pons comenzó el concierto, se hizo un silencio reverencial, solo interrumpido, de vez en cuando, por algún turista venido arriba por el alcohol. El público siguió el espectáculo con fervor y aplaudió cariñosamente a los intérpretes, reconociendo, sobre todo el ‘Boléro’ raveliano. “Esta me la sé”, le decía Xavi, de 9 años, a su madre, en cuanto escuchó los primeros compases.

El miércoles 21 es el turno, en el mismo escenario y a la misma hora, de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), que ofrecerá una panorámica de música popular –“repertorio festivo”, le llaman– con obras de Dvorák, Smetana, Rimsky-Korsakov, Bizet y Toldrà, bajo la batuta del director titular del conjunto, Ludovic Morlot.

La cita playera con la OBC –con el patrocinio de EL PERIÓDICO– se convirtió en un clásico del comienzo del verano entre 2014 y 2019 para celebrar el Día Internacional de la Música, iniciativa que ahora retoma por séptima vez tras tres años de parón. Y para pasar el bochorno, EL PERIÓDICO distribuirá abanicos de manera gratuita para disfrutar de la música más fresquito.

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