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Bruce Willis: un actor para siempre

La mujer del intérprete da un nuevo parte sobre su estado de salud

Bruce Willis, una vida dedicada al cine

Bruce Willis

Bruce Willis / EFE / WILL OLIVER

Nando Salvà

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A través de la cuenta de Instagram de su esposa, Emma Heming, Bruce Willis fue visto recientemente pasando el día en Disneyland en compañía de sus cinco hijas; las dos pequeñas -Mabel y Evelyn- las comparte con Heming, y las mayores -Rumer, Scout y Tallulah- son fruto de su matrimonio con Demi Moore.

La excursión familiar no tendría nada de noticioso –un padre disfruta de su tiempo libre junto a su progenie- de no ser porque las apariciones públicas del actor son cada vez más inusuales.

Desde que fue diagnosticado con demencia y afasia, una enfermedad degenerativa que causa la pérdida de la capacidad para expresar y comprender el lenguaje, vive alejado de los focos. Las pérdidas de memoria que sufre ya estarían impidiéndole reconocer hasta a su propia madre, según confesó ella misma.

Los síntomas de su enfermedad ya llevaban un tiempo siendo evidentes en sus películas pero no identificados como tales, lo que llevó a los críticos a acusarlo de arrastrarse frente a la cámara simplemente para hacer caja.

En realidad, el motivo de la veintena de subproductos que rodó en sus dos últimos años de profesión seguramente fuera la voluntad de ampliar su red de seguridad financiera antes de quedar completamente incapacitado para actuar, y para incorporar nuevos miembros a la lista de personajes inolvidables que a lo largo de sus cuatro décadas de carrera incorporó a la cultura popular.

Papeles

Sin duda, el más célebre de ellos, convertido a estas alturas en algo parecido a un ‘alter ego’ de su intérprete, es el protagonista de ‘La jungla de cristal’ (1989) y sus cuatro secuelas: John McClane es un héroe de acción a su pesar, que preferiría pasar el viernes por la noche frente al televisor en lugar de hacerlo con los pies descalzos llenos de cristalitos y la camiseta imperio ensangrentada mientras mata uno por uno a los terroristas que tienen a su esposa cautiva en lo alto del edificio Nakatomi Plaza. Aunque cuando se metió por primera vez en su piel ya tenía una legión de fans gracias a la serie ‘Luz de luna’, McClane lo convirtió en una estrella. 

Para seguir nutriendo ese estatus, Willis mostró dosis parejas de ternura y brutalidad dando vida en ‘Pulp Fiction’ (1994) a un boxeador que gana un combate tras recibir dinero a cambio de perderlo; exhibió una vulnerabilidad emocional hasta entonces desconocida en él encarnando en ‘12 monos’ (1995) a un enfermo mental enviado al pasado con la misión de evitar la propagación de un virus letal; se convirtió en ‘spoiler’ andante interpretando en ‘El sexto sentido’ (1999) a un hombre incapaz de comprender que está muerto; y, gracias a ‘El protegido’ (2000), deconstruyó el mito del superhéroe mucho antes de que ese tipo de personajes se convirtiera en una obsesión cultural colectiva. 

No hay espacio suficiente para mencionar todos los trabajos interpretativos memorables que las más de 70 películas de su filmografía incluyen. Y, por impensable que parezca, la lista podría seguir aumentando indefinidamente si, como ya ha hecho en alguna ocasión, Willis continúa cediendo su propia imagen para que su gemelo digital –una réplica de sí mismo creada por la inteligencia artificial- lo reemplace en la pantalla a partir de ahora. No será lo mismo, pero servirá. 

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