Crítica de ‘Transformers’: bajo la sombra de Michael Bay

‘Transformers’ es la más estúpida, incomprensible y lamentable de todas las sagas que Hollywood mantiene en marcha, y esa realidad permanece intacta gracias a su séptima entrega. Sus responsables la han promocionado como un nuevo principio para la serie pero, pese a que ofrece la primera aparición cinematográfica de un tipo de robots capaces de adoptar forma animal, y a que cuenta con algún personaje humano digno de cierta atención, en general exhibe la misma fórmula argumental -y los mismos aires de importancia- que las cinco entregas dirigidas por Michael Bay.

Como aquel quinteto -la sexta entrega, ‘Bumblebee’ (2018), es una excepción en muchos sentidos-, ‘El despertar de las bestias’ pone a prueba la capacidad de comprensión del espectador, pero de una forma distinta. Si las películas de Bay eran como marañas visuales estampadas contra la pantalla, aquí los planos exhiben cierto orden interno y pulcritud, pero la relación que mantienen entre sí carece por completo de coherencia visual y narrativa. En buena medida gracias al abrumador sentido de enormidad y sensación opresiva que transmitían, además, esas predecesoras al menos daban la impresión de ser la creación de un demente decidido a conducir el concepto mismo de ‘blockbuster’ al territorio de la abstracción. El director Steven Caple Jr., en cambio, no logra ni ocultar su falta de imaginación y sus limitaciones como narrador ni disfrazarlas o justificarlas a base de pretensiones.