Eusebio Poncela e Igor Yebra se retan en 'El beso de la mujer araña'

Eusebio Poncela e Igor Yebra se retan en 'El beso de la mujer araña' a un duelo teatral de dos horas con una moderna adaptación de la obra dirigida por Carlota Ferrer. Los tres debutan en el Teatro Goya con esta adaptación teatral firmada por versión de Diego Sabanés, de la célebre novela 'El beso de la mujer araña' del argentino Manuel Puig (1932-1990) que él mismo trasladó al teatro y que más tarde fue llevada al cine y al musical.

Poncela, cuya última actuación en Barcelona fue en 2009 con 'Edipo', interpreta a Molina, un hombre que se siente atrapado en un cuerpo con el que no se identifica que ha ido a prisión acusado de corrupción de menores. Yebra encarna a Valentín un ferviente defensor de la revolución marxista que ha sido encerrado por sus ideas. Ambos comparten celda. Para evadirse de la dura situación que atraviesan Molina evoca películas antiguas para, a través de los personajes que aparecen en ellas, hallar algún tipo de liberación. Ninguno de los dos tiene la edad real de los personajes, son bastante más mayores, pero la buena forma física de ambos "y la caracterización", añade Poncela, ayudan a su transformación escénica. En la obra, por cierto, Yebra se marca un pequeño solo.

Dirección coreográfica

Ambos intérpretes hablan maravillas de la directora de la obra con quien ya montaron 'Esto no es la casa de Bernarda Alba', de Lorca. "Carlota (Ferrer) lo ha dirigido de manera coreográfica. No te corta, te deja volar pero llega un momento que has de llegar de un punto determinado a otro liberando las emociones a tope", comenta Poncela.

La obra está estructurada en nueve cuadros, cada uno con una estilo diferente, con lenguajes distintos. El montaje que lleva 10 meses de gira por España y recalará solo dos semanas en el Goya "es una versión más universal", señala la directora.

"Nunca he querido estar en la alfombra roja. Ese mundo no me interesa. Soy un marginal profundo"

— Eusebio Poncela

Poncela está en forma. El ejercicio es imprescindible para él. Fue uno de los primeros en aficionarse al yoga. "Ahora ya no lo practico, ahora voy más el gimnasio. Soy bipolar: he sido yonqui 30 años y tengo una personalidad adictiva", admite el actor que está de vuelta de todo. "Me he salido tanto de los parámetros establecidos que la gente no sabe dónde qué hacer conmigo. Nunca he querido estar en la alfombra roja. Ese mundo no me interesa. Soy una persona de los márgenes, marginal profunda," a asegurado a El Periódico el actor que ha trabajo en el cine con directores como Pilar Miró, Pedro Almodóvar, Adolfo Aristaín, Imanol Uribe y Carlos Saura. En televisión su última aparición fue en en la serie 'Merlí: Sapere Aude'.

Pero el teatro, recuerda, le ha permitido vivir momentos mágicos como el mítico 'Marat-Sade', montaje revolucionario de Adolfo Marsillach en 1967. "Aquello me marcó. Barcelona entonces tenía aire y hacíamos una vida nocturna fabulosa. En aquella época tan represiva, 'Marat-Sade' fue todo un paso adelante. Demostró que era hora de dejar atrás todo aquello tan gris, tan casposo y tan facha". 'La mujer araña' fue también una obra atrevida. Su autor la escribió tras pasar por la cárcel en la Dictadura argentina de los años 70.

"Aunque soy bailarín siempre me he sentido actor, he querido construir historias y personajes"

— Igor Yebra

Igor Yebra, un polifacético y premiado bailarín, califica 'El beso se la mujer araña' como "una tragicomedia". Este fenómeno de la danza leyó a los 14 años 'La construcción del personaje' de Stanislavski que aplicó después a la interpretación de sus roles en el ballet. "Aunque soy bailarín, siempre me he sentido actor, he querido construir historias y personajes. Estoy disfrutando con el teatro, con la palabra", afirma Yebra que en 2020 recibió la Medalla Delmira Agustini y fue nombrado Ciudadano de Montevideo por su etapa al frente del Ballet Nacional Sodre, en Uruguay. Su transición ha sido bastante natural pero lanzarse a un duelo con Poncela en una obra con solo dos actores ha dido "un triple salto mortal", admite Yebra. "Amo el arte en general. Todas las artes van unidas. La danza es parte de mi vida pero lo que más me apasiona es la escritura. Soy un devorador de libros", destaca Yebra que ha debutado en la ópera como director escénico de 'Dido y Eneas' en Uruguay, en Montevidéo (Uruguay).