Arte románico

Caín regresa a la vera del Cristo de Taüll en el MNAC

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Una restauradora ultima los trabajos con la figura de Caín en el ábside de Sant Climent de Taüll, en el MNAC.

Una restauradora ultima los trabajos con la figura de Caín en el ábside de Sant Climent de Taüll, en el MNAC. / EFE / TONI ALBIR

Anna Abella

Anna Abella

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La figura de Caín, durante años sin identificar y conocida como la figura del hombre apesadumbrado, recupera esta semana su lugar bajo la ofrenda de Abel, en el arco que dibuja la mano del Cristo en Majestad o Pantocrátor. Es ahí, en el ábside de la iglesia de Sant Climent de Taüll, la pieza estrella del arte románico conservada en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), donde se ha descubierto que lució originalmente. Es una de las actuaciones que han permitido incorporar en este conjunto, y en los de Sant Pere del Burgal y Sant Joan de Boí, fragmentos de pinturas, conservados en las reservas del museo.

Este proyecto coincide con el centenario del arrancamiento y musealización de las pinturas murales descubiertas a principios del siglo XX en diversas iglesias del Pirineo catalán. Fueron extraídas por restauradores italianos por acuerdo de la Junta de Museus para asegurar su conservación y trasladadas desde 1923 al Museu Nacional.  

Trabajos en las pinturas murales de Sant Climent de Taüll, en el MNAC, para incorporar fragmentos nuevos restaurados.

Trabajos en las pinturas murales de Sant Climent de Taüll, en el MNAC, para incorporar fragmentos nuevos restaurados. / MNAC

La intervención en Sant Climent estará lista esta semana y las otras dos se terminarán a finales de septiembre, realizándose los trabajos a la vista del público. En el ábside del conjunto de Sant Pere del Burgal se rectificará la ubicación de la pintura de dos profetas gracias a la información proporcionada por una antigua foto del Arxiu Fotogràfic de Barcelona. Además, se incorpora un fragmento de cenefa del arco y otro de grandes dimensiones, nunca expuesto, donde se aprecia la parte inferior de cinco figuras humanas. 

La iconografía de la escena, explican los conservadores, está dedicada a la memoria de los condes del Pallars Sobirà Llúcia de la Marca y Artau I. En ella prometen fidelidad al obispo de Urgell y piden el perdón para el conde, que había sido excomulgado. Estas pinturas formaron parte de la colección de Lluís Plandiura, que la vendió a la Junta de Museos en 1932, exponiéndose enmarcadas hasta 1995. 

En Sant Joan de Boí son cuatro los fragmentos, ahora en proceso de restauración, que se incorporan al conjunto y que se ubicarán en las columnas de la iglesia.  

Hallazgos cromáticos

La citada imagen de Caín, que había estado en las reservas del MNAC desde 1936, se había expuesto desde 1995 enmarcada y desvinculada del conjunto de Sant Climent de Taüll. Su ubicación real se descubrió a partir de vestigios hallados en la iglesia en una intervención en 2013. Además, los análisis químicos de laboratorio de más de 40 muestras del ábside y de este Caín han permitido saber que los maestros medievales utilizaron una paleta cromática mucho más amplia y variada de lo que se creía. No se limitaban a los básicos blanco de cal, negro, rojo, azul y ocre. "Hay cuatro rojos distintos y dos ocres, y trabajaron mezclando los colores puros y superponiendo colores por capas, lo que originaba matices y tonos muy distintos que tenían la intención de crear sensación de volumen en las indumentarias y las carnaciones", señala Carme Ramells, jefa del servicio de restauración y conservación del MNAC, que ha presentado las actuaciones junto a los conservadores Eduard Vallès y Gemma Illa. 

Uno de los fragmentos incorporados en el conjunto de Sant Pere del Burgal.

MNAC

Materiales desconocidos

También se han identificado materiales desconocidos, como restos de láminas de estaño oxidado en la cruz de Cristo como el que se usaba para imitar el oro en los frontales románicos, y minio mezclado con cinabrio para dar toques de luz a los rojos. También se ha revelado que las primeras capas de pintura son al fresco y las últimas, pintadas al seco. 

Otro de los descubrimientos ha sido que el adhesivo utilizado a principios del siglo XX para unir la pintura arrancada a las telas de traspaso estaba compuesto de cal, queso fresco y leche. Detallan que eso hace necesario, para evitar el deterioro, un control constante de la temperatura y de la humedad relativa, evitando cambios bruscos, del lugar en que se conservan.   

Figura de dos profetas reubicados en el ábside de Sant Pere del Burgal.

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Estas actuaciones, "el resultado de un trabajo de años, una carrera de fondo para los restauradores", se alargarán hasta 2025 y se enmarcan en el programa Más románico, que este año desplegará un Congreso internacional, una nueva sala con cuatro esculturas del maestro de Cabestany, procedentes del monasterio de Sant Pere de Rodes y recién adquiridas por la Generalitat catalana, y una exposición en la Vall d’Àneu.