Figura referencial

Muere Lluís Miquel, inquieto pionero de la ‘nova cançó’ valenciana

El cantautor y productor audiovisual, autor del himno antifranquista ‘L’arbre’, cómplice de Serrat, Sabina y Pi de la Serra, y creador de los estudios Tabalet, donde grabaron sus primeros e influyentes discos Remigi Palmero y Juli Bustamante, fallece a los 79 años de una insuficiencia respiratoria

El cantautor valenciano Lluís Miquel acompañado de Quico Pi de la Serra, Maria del Mar Bonet, Joan Isaac y Joan Manuel Serrat, en abril del 2021 en el concierto de homenaje al artista.

El cantautor valenciano Lluís Miquel acompañado de Quico Pi de la Serra, Maria del Mar Bonet, Joan Isaac y Joan Manuel Serrat, en abril del 2021 en el concierto de homenaje al artista. / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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En los albores de la ‘nova cançó’, con un pie en las orquestas de baile, mirando de reojo a la ‘chanson’ y jugándose el físico con el franquista Tribunal de Orden Público, operó en València un cantautor de cantautores, Lluís Miquel, apreciado por los grandes y responsable de canciones referenciales como la política ‘L’arbre’. Trovador comprometido, ‘entertainer’ dicharachero (al frente de sus lúdicos Patxinguer-Z) y empresario creador de los estudios Tabalet, Lluís Miquel Campos falleció este jueves a los 79 años, tras sufrir una insuficiencia respiratoria.

Él estaba ahí antes que (casi) nadie en València, abriéndose paso con el grupo Els 4 Z en 1962, un poco antes incluso de que Raimon grabara ‘Al vent’. Influido también por los cantantes italianos del momento (de Celentano a Mina), se proyectó en los ambientes de la ‘nova cançó’ en Catalunya, grabando con el sello Edigsa y contando con altavoces como el programa ‘Radioscope’, de Salvador Escamilla, en Radio Barcelona. Y si Lluís Llach apeló a ‘L’estaca’, él utilizó la metáfora del árbol, que “està ací plantat i no els deixa avançar”, para apuntar a la represión ejercida por el régimen.

En el calabozo

Lo vivieron en su piel Els 4 Z, que vieron como el último de sus cuatro epés no obtuvo difusión porque el grupo fue vetado en las radios. Preludio de su disolución forzosa tras la detención a raíz del recital con Raimon en el cine Artis, de Valencia, en 1966. Incomunicados en un calabozo durante 78 horas, les cayó una multa de 10.000 pesetas por cabeza y sus intentos posteriores de ofrecer recitales toparon, uno a uno, con prohibiciones expresas. “En València teníamos a un gobernador civil que era una bestia, Antonio Rueda Sánchez-Malo. Nunca he olvidado su nombre”, recordaba Lluís Miquel hace dos años a este diario.

El grupo se reformó en 1976, tras la muerte de Franco, con el nombre de Lluís Miquel i Els 4 Z y un álbum, ‘Onze cançons i un adéu’, a lo que siguió un nuevo proyecto, Patxinguer-Z, de corte satírico (fichado por Fernando García Tola en el popular programa ‘Si yo fuera presidente’, de TVE), en paralelo a su obra en solitario. Obtuvo un notable impacto su doble álbum en vivo ‘Silenci, gravem’ (1986), con la implicación de Serrat, Sabina y Pi de la Serra. Obra que incluyó encuadres singulares, pasadas por su filtro valenciano, de piezas de Paolo Conte, Chico Buarque y Jacques Brel: ‘Les bombons’, de este último, se convertían en ‘Els bunyols’. Prosperó entonces como empresario audiovisual creando los estudios Tabalet, en Alboraia, donde grabaron sus primeros discos Remigi Palmero y Juli Bustamante, y donde él mismo registró ‘jingles’ como el de Mercadona.

En 2021, el festival Barnasants reparó la decreciente presencia de Lluís Miquel en los escenarios catalanes con un homenaje en el teatro Joventut, de L’Hospitalet, en el que tomaron parte amorosamente colegas como Serrat (con quien compartió ‘La fanette’, de Brel), Pi de la Serra, Maria del Mar Bonet, Joan Isaac y Roger Mas. Una emotiva reunión de amigos, o quizá algo más si cabe, un reencuentro familiar. 

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