Festival de Cannes

El confuso adiós de Takeshi Kitano

El director japonés Takeshi Kitano, en Cannes 2023

El director japonés Takeshi Kitano, en Cannes 2023 / Loic Venance / Afp

Nando Salvà

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Gracias a una serie de extraordinarias películas sobre la ‘yakuza’, entre ellas ‘Sonatine’ (1993) y ‘Hana-Bi. Flores de fuego’ (1997), pero tras el éxito de ‘Zatoichi’ (2013), su primera incusión en el cine de samuráis, su estrella empezó apagarse. Y cuando estrenó ‘Outrage: Coda’ (2017), última entrega de su violentísima trilogía ‘Outrage’, muchos dieron por hecho que aquella era la última película de su carrera como director. Seis años después, Kitano ha demostrado en Cannes que aquellos rumores no eran más que eso.

La película que acaba de presentar fuera de concurso en el certamen francés, ‘Kubi’, se basa en su novela homónima de 2019. Su base argumental es lo que se conoce como el incidente de Honno-ji: en 1582, un señor de la guerra de Kioto que intentaba extender su poder por todo Japón murió víctima de una insurrección encabezada por uno de sus lugartenientes. Y, en conjunto la película funciona como evidencia de uno de los peligros más evidentes que entraña adaptar a la pantalla material literario propio: probablemente a causa del afecto que siente por el libro y el recuerdo del ímprobo trabajo de investigación que a buen segur le llevó completarlo, Kitano sin duda ha tenido problemas para resumirlo sustancialmente a la hora de adaptarlo a la pantalla, y como resultado la película presenta una descomunal y desconcertante cantidad de personajes no siempre distinguibles a primera vista entre sí.  

El título de la pelicula, cuyo significado en castellano es “cuello”, alude a una cesta llamada ‘kubi bukoro’ -bolsa para cuellos- que por entonces solía usarse para transportar cabezas cortadas; teniendo eso en cuenta, no resulta sorprendente que en su metraje las escenas de decapitaciones abunden. A lo largo de él, asimismo, Kitano exhibe varias escenas de batalla francamente espectaculares, reitera su buena mano con el humor negro y se muestra entregado a la labor de poner en cuestión varios tópicos relacionados con los samuráis sugiiriendo, por ejemplo, que en aquella sociedad feudal tan viril las relaciones sexuales entre hombres eran comunes.

Sin embargo, por la película desfilan tantos señores de la guerra, consejeros y soldados que se hace difícil entender quién hace qué, cómo y por qué. Kitano ha declarado que esta película sí será la última de su carrera, aunque está a tiempo de considerarlo. Una carrera como la suya merece un cierre más memorable.