ARTES ESCÉNICAS

Ramon Fontserè: "Joglars lleva 60 años provocando desde el humor y el teatro"

La longeva compañía reivindica el humor crítico en el Teatro Apolo la comedia '¡Que salga Aristófanes!' 

JOGLARS

JOGLARS / DAVID APARICIO

Marta Cervera

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La cúpula donde trabajan Els Joglars, histórica compañía teatral con 60 años de historia, está en el medio del bosque en Pruit, una pequeña población entre Vic y Olot. El edificio, rodeado de naturaleza y paz, permite trabajar intensamente a los miembros actuales de la compañía. Hace 12 años Albert Boadella traspasó a Ramon Fontserè las riendas de Els Joglars, cuya independencia, humor y espíritu crítico siguen creando polémica. Como buenos bufones, Els Joglars han puesto en jaque a todo: desde Franco ('La torna', 1977), a la Iglesia ('Teledeum', 1983) o Jordi Pujol ('Operació Ubú', 1981; 'Ubú, President', 1995).

Han reinterpretado clásicos de Lope de Vega, de Cervantes y utilizado a figuras clave de la cultura catalana como Dalí ('Daaalí', 1999), célebre artista surrealista, o del escritor Josep Pla, para poner el dedo en la llaga. A partir del 3 de mayo la compañía regresa a escena en el Teatre Apolo de Barcelona con '¡Que salga Aristófanes!'. En ella Fontserè se transforma en un profesor de literatura al que hay que reeducar para convertirle en alguien políticamente correcto. "La obra que reivindica el espíritu crítico de la compañía, la comicidad, la libertad de expresión en toda su amplitud. ¿De quién nos sentimos herederos? De Aristófanes. Él retrató la sociedad ateniense de su época y Joglars, la nuestra", indica Dolors Tuneu, con quien Fontserè ha forma tándem dentro y fuera de escena.

"Estamos haciendo castings. Nos irá bien que entre gente nueva para renovarnos"

Els Joglars también han retratado las historia de España y Catalunya a través de sus obras. Desde 'Olympic man', una crítica al totalitarismo, o 'Los virtuosos de Fontainebleau', que fue creada coincidiendo con la entrada de España en el Mercado Común. "'By, by Beethoven' ya adelantaba la caída del muro de Berlín que desapareció meses después del estreno", recuerda Fontserè. El intérprete, que dirige la compañía desde hace 12 años asesorado por su maestro Albert Boadella -"a quien todavía recurro cuando tengo alguna duda"- se esfuerza en mantener la esencia de la compañía junto a otros actores históricos. Fontseré lleva 40 años en la compañía, Pilar Sáenz, 30 años, Tuneu casi 26. Completan el grupo Alberto Castrillo-Ferrer, Angelo Crotti y Xevi Vilà, otro de los históricos, que se jubila el próximo 7 de mayo. "Estamos haciendo cástings. Nos irá bien que entre gente nueva para renovarnos", dice Fonsterè.

El actor, que no vive lejos de la cúpula, espacio donde se siente tan a gusto como en un escenario, recibió el Premio de la Crítica Teatral de Barcelona, obtenido por su representación del 'Excels' en 'Úbu President', el Premio Max, por 'La increible historia del Doctor Floit & Mister Pla' y el Premio Nacional de Teatro, en el año 2000, por su papel protagonista en 'Daaalí'. '¡Que salga Aristófanes!' quedó finalista este año a los premios Talía en Madrid.

En ella Fontserè encarna a un profesor universitario que acaba en un centro de reeducación psicocultural. Pero en lugar de dejarse convencer por el sistema, lo acaba revolucionando montando con los internos como él una obra de Aristófanes, un tocapelotas en toda regla. "La obra denuncia ese puritanismo que se ha instalado en la sociedad. Esa corrección que te lleva a medirlo todo no sea que ofendas a los animalistas o a las feministas. Es algo que se nota mucho en EEUU también", apunta Fontserè. "La ofensa está en todas partes. Es un campo de minas. Por eso recuperamos a Aristófanes," dice Tuneu.

"La ofensa está en todas partes. Es un campo de minas. Por eso recuperamos a Aristófanes"

Ahí esta el reciente caso de una profesora de arte obligada a dejar su puesto por enseñar imágenes de la escultura del 'David' de Miguel Ángel por considerarlo pornografía. "La realidad siempre supera la ficción", añade el actor. Poner límites al humor es difícil pero la autocensurarse es algo contra lo que se rebelan. "El humor ha de provocar. La esencia del teatro, de Aristófanes, Shakespeare, de la Comedia del Arte. El humor nos pone en contacto con la verdad. La catarsis se produce cuando la gente se siente identificada en cuerpo ajeno".  Para ello deben sentirse libres pero ¿donde están los límites del humor? "Joglars lleva 60 años lidiando con la autocensura"

Para Fontserè el momento actual es el resultado de "una sociedad mercantilista, exhibicionista, narcisista, ñoña donde puedes comprar un zapato a un hijo. En el mercado el cliente siempre tiene la razón: es el rey".

Escándalos varios

Recuerda que su debut con Els Joglars. "Fue con 'Teledeum' y allí donde ibas había una Guerra Civil: manifestaciones a favor y en contra". Lo que no se esperaba es que su anterior obra, 'Señor Ruiseñor' que 'disparaba' contra el nacionalismo catalán utilizando la figura de Santiago Rusiñol fuera objeto de polémica en Colmenar Viejo (Madrid).

En ella creaban un juego teatral donde el protagonista al hacer referencia a su serie de cuadros 'Jardines de España', pronunciaba España de manera rara mientras hacía como un espasmo. Algunos espectadores de allí lo entendieron como una crítica a España porque son una compañía catalana. No captaron la sutileza de la broma, ni debían saber que Boadella, padre espiritual de Els Joglars que no tiene un pelo de independentista y se fue a trabajar a Madrid a raíz del procés. "Ese día no podíamos entender qué pasaba. En medio de la representación se levantaron varias personas diciendo "¡Viva Franco!". Además, cuando cantamos 'Faccetta nera' lo confundieron con 'Els Segadors'. Muchos se fueron de la sala. ¡Cuánta incultura!", suspiran. Al menos nadie les pinchó las ruedas de la furgoneta de la compañía como les ocurría en el pasado.

"Mantengo la ilusión pero noto que los años pasan. La energía y la potencia ya no es igual"

Para resistir 60 años en activo hay que tener olfato para saber qué temas interesan pero también es importante saber cómo tratarlos. Els Joglars tiene un sello propio, un lenguaje distintivo, provocador y cuidado. "El teatro es un ritual pero necesita belleza y música para crear sensaciones potentes porque el teatro es la elevación sobre la vida. No importa solo el tema del que hablas sino la manera de tratarlo". Siguen las enseñanzas de Boadella: "Entendemos el teatro como un juego, pero serio y disciplinado. Has de dejarte llevar por la intuición, como cuando eres un niño. Así salen cosas y escenas que después fijas. Después hay que repetirlas como si fueran siempre el primer día, este es el oficio. Trabajamos desde la dramaturgia, dirección, estética y ética".

Futuro

Fontseré tiene 66 años y no tiene prisa por retirarse. "Dentro de un teatro me siento protegido. En escena me olvido de todo, es analgésico, una droga. Se me pasa cualquier dolor durante la hora y media de función. Es un chute." No sabe cuánto tiempo más seguirá en activo. Boadella, a punto de cumplir 80 años, sigue dándole consejos y acude a los ensayos a veces. Otros compañeros de profesión más mayores como Lola Herrera, Núria Espert y José Sacristán siguen sobre las tablas. "Me gusta vivir aquí arriba, ensayar en la cúpula e ir de gira. Mantengo la ilusión pero noto que los años pasan. La energía y la potencia ya no es igual. Puedo tirar unos años más pero no sé qué pasará. No es fácil encontrar a gente que venga a ensayar toda la semana con nosotros aquí".

La vida ha cambiado. Ahora todo va más rápido, la gente vive más deprisa pero Els Joglars todavía conservan otra manera de trabajar artesanal, al viejo estilo. Por lo general dedican un año a buscar información sobre el tema a tratar y varios meses para transformar aquello en un montaje teatral. "El teatro es una carrera de larga distancia. Mantenerse es importante. Has de resistir y volverte a levantar si algo se tuerce", dice el actor. Su compañía privada es una de las más longevas de Europa y Latinoamérica. Por algo será.

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