Agitación en el sector inmobiliario

Más de 1.250 pisos de alquiler de temporada en Barcelona vuelven al mercado en solo cuatro días

El fallido decreto del Govern, que tumbó el Parlament, saca del congelador un alud de viviendas disponibles solo por meses

El Parlament tumba la regulación del alquiler de temporada con el veto de Junts y la abstención del PSC

La oferta de pisos de alquiler en los portales inmobiliarios cae a la mitad en seis meses en Barcelona

Una pareja mira anuncios en una inmobiliaria del Eixample

Una pareja mira anuncios en una inmobiliaria del Eixample / Manu Mitru

Patricia Castán

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En solo cuatro días, decenas de agencias inmobiliarias han devuelto al mercado al menos 1.250 pisos en alquiler. Es justo el tiempo que ha transcurrido desde que el Parlament tumbó el decreto impulsado por el Govern de ERC para poner coto a los pisos de temporada y regular sus nuevas condiciones. Sería una buena noticia si la avalancha de ofertas afectase al arrendamiento tradicional, pero según ha comprobado este diario se trata esencialmente de pisos que solo se pueden alquilar por unos meses y eluden el control de precios impuesto el pasado marzo en Catalunya para los contratos de larga duración. Idealista, que se había quedado con apenas 2.700 anuncios la semana pasada (una cifra históricamente baja), creció ayer hasta los casi 4.000 reclamos. Un auge igual al experimentado por Habitaclia y Fotocasa, nutridos por cierto de precios muy por encima de la media, habida cuenta de que este segmento vuelve a ser de precio libre. En conjunto, el 60% están por encima de 2.000 euros al mes.

La hiperregulación por la que ha tratado de apostar Catalunya, en el marco de la ley de vivienda, se topa a cada paso contra el muro reactivo del mercado inmobiliario, estrangulado como nunca ante un doble fenómeno. Por un lado, la mínima rotación en los pisos ya alquilados: los inquilinos con vivienda no se mueven dada la dificultad en encontrar otro piso disponible, y ante la garantía de que ya no les pueden someter a aumentos abusivos; y los arrendadores prefieren quedarse con el inquilino que tenían a buscar otro al que no podrán aplicar más subidas que el IPC o índice vigente, a sabiendas de que además tendrían que asumir (la propiedad) los gastos de agencia y contratos. Así lo está constatando la Cambra de la Propietat Urbana de Barcelona, con su bolsa de alquileres vacía. Por otra parte, muchos propietarios han optado por vender en lugar de arrendar, vista la inseguridad jurídica y las nuevas desventajas fiscales en la mayoría de casos.

En ese escenario convulso y con la escasa oferta que llega a anunciarse en los portales (la mayoría de veces ya es absorbida antes por las listas de espera de las agencias), la aprobación de un decreto para poner coto a los alquileres temporales tuvo un efecto inmediato a finales de abril. Cientos de pisos fueron saliendo del mercado porque ante la inminencia de las elecciones en Catalunya muchos propietarios y operadores prefirieron 'congelarlos' hasta ver si había un cambio de poder y de políticas de vivienda, o si el decreto era convalidado.

En un ejercicio no científico pero sí revelador, este diario ha hecho un seguimiento diario (a la misma hora) de la oferta en Idealista en las últimas semanas, al son de los anuncios del Govern sobre vivienda. Mientras que en abril alcanzó alguna punta de 5.000 anuncios en la capital catalana (cada vez con más oferta de temporada), la cifra fue descendiendo tras anunciarse el decreto regulador, que entró en vigor el 26 de abril. Tocó fondo con unos 2.700 anuncios, lo que suponía una reducción de la mitad en solo un mes. Por contra, ahora se ha disparado al alza un 52% en apenas cuatro días desde que la comisión permanente del Parlament lo truncó el pasado jueves. No obstante, la oferta sigue por debajo de hace un mes (ahora ronda los 4.000), como refleja el gráfico adjunto, cuyos datos ha dado por válidos Idealista.

Jugando al gato y el ratón

La montaña rusa la conforman en general viviendas que se estaban alquilando por temporada, para menos de 11 meses. Esta ambigua figura queda exenta de la limitación de precios que marca el sistema de referencia estatal y que aplica Catalunya en sus zonas tensionadas. De modo que desde hace tiempo un tercio de la oferta de alquiler en Barcelona (según Idealista) se ciñe a esta modalidad. Suelen ser pisos amueblados y listos para entrar, que se destinaban a trabajadores de paso, 'expats', estudiantes de máster..., pero que en la práctica estaban siendo utilizados también por barceloneses que no encontraban otra cosa. A precios muy por encima de la media.

El decreto pretendió establecer que solo podían ser de temporada los alquileres vacaciones, ocio y festivales (para casos de más de un mes de estancia, porque si no precisarían de licencia turística de alquiler por días), mientras que el resto de casos debían adoptar contratos de larga duración, aunque solo se consumieran seis meses, por ejemplo. En la práctica su aplicación era incongruente en Barcelona, donde el turismo no se aloja por vacaciones ni festivales durante meses y la figura del piso de temporada parecía no tener sentido.

La normativa fue considerada precipitada y de espaldas al sector y a otros grupos políticos, por lo que no ha prosperado. Y ha hecho bailar al mercado inmobiliario una vez más, demostrando hasta qué punto los propietarios están pendientes de la regulación. Primero con una salida de pisos masiva, y ahora con un alud de todos los que vuelven a la circulación estos días. Al día siguiente de derogarse el control a los pisos de temporada ya aparecieron más de 700 anuncios. Y ayer sumaban ya más de 1.250 desde esa fecha. Además, menos de una quinta parte están por debajo de 1.500 euros al mes.

Y como el fracaso del decreto ha desactivado también el régimen sancionador para quienes no acaten los precios de alquiler de larga duración según los límites, en muchos ni los anuncios convencionales cumplen con esos topes, ni lo especifican en su texto.

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