Tribunales

Condenada a prisión permanente revisable la mujer de Sant Joan Despí que asesinó a su hija de 4 años

El tribunal insta a una nueva investigación contra la condenada por el maltrato psicológico que ha sufrido el padre con este crimen

El jurado declara culpable a la mujer de Sant Joan Despí por el asesinato de su hija

La acusada de matar a su hija Yaiza en Sant Joan Despí

La acusada de matar a su hija Yaiza en Sant Joan Despí / EL PERIÓDICO

Germán González
J. G. Albalat
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Tras el veredicto del jurado del pasado viernes, la Audiencia de Barcelona ha condenado a prisión permanente revisable a Cristina Rivas, la mujer que mató el 31 de mayo de 2021 a su hija Yaiza, de 4 años, en Sant Joan Despí. El tribunal considera a la procesada culpable de un delito de asesinato, porque el crimen lo cometió con alevosía, y por eso le impone la máxima pena prevista en el código penal. 

El presidente del tribunal del jurado le impone también la prohibición de aproximación y comunicación con los familiares de la víctima durante 10 años después de cumplimiento de la pena de cárcel; cinco años de libertad vigilada y el pago de una indemnización de 450.000 euros al padre de la menor y a sus abuelos paternos. El magistrado, asimismo, ha acordado que un juzgado abra una investigación a Cristina Rivas por presuntamente la comisión de un delito de maltrato psicológico hacia su expareja sentimental, tal como reclamaba la fiscalía y la acusación particular. A la procesada se le aplica la agravante de parentesco y la atenuante de confesión.

"Máximo daño psicológico posible"

Esta nueva investigación se seguirá en los juzgados de Sant Feliu de Llobregat. En este sentido, la sentencia destaca la "intención de la acusada de causar el máximo daño psicológico posible al padre de la menor no solamente matando a Yaiza, sino culpabilizándole de la muerte de la menor y de la suya propia". "Matando a Yaiza –asegura la sentencia– se aseguraba la acusada que causaba un daño psicológico irreversible al padre del que ni podría haberse defendido ni podría recuperarse, asestando el más duro golpe que se puede propinar a cualquiera, acabando con la vida de su hija". 

El jurado ya consideró probado que la madre había matado a la niña para provocar daño a su expareja. La condenada la asfixió con una bolsa de plástico después de dormirla con pastillas sedantes y, tras ello, intentó suicidarse sin éxito con la ingesta de medicamentos. Fue la abuela de la víctima y madre de la acusada, junto con una tía, la que encontró los cuerpos en la cama de su propio domicilio, después de que el padre de la niña alertase de que la pequeña había faltado a clase: aquel día fue a buscarla al colegio y no apareció.

Sin alteraciones mentales

Cristina Rivas, según detalla la sentencia, había intentado volver con su expareja, el padre de la niña, quien había empezado una nueva relación sentimental. Al no conseguirlo, infiere la sentencia, decidió acabar con la vida de la pequeña y después con la suya. La resolución judicial destaca que la "constante" negativa de la expareja de volver con ella motivó en la acusada "un estado creciente de enfado, rabia, tristeza y frustración" que se "materializó en la metódica planificación de la muerte de su hija".

El objetivo, precisa el fallo, era infligir "el mayor sufrimiento posible" a su expareja. El magistrado subraya que la procesada "tenía sus facultades mentales, tanto cognitivas como volitivas, inalteradas". Solo se le aplica la atenuante de confesión porque "colaboró con las autoridades" para esclarecer los hechos "de forma relevante y útil".

Petición de perdón

En su último turno de palabra, Rivas pidió perdón por lo que había hecho. "Ojalá hubiera sido yo quien ahora estuviera muerta y no mi hija", afirmó. La mujer asfixió a la menor, a la que había drogado previamente, y después se intentó suicidar tomando pastillas, aunque finalmente sobrevivió. Su equipo legal ha defendido que la procesada actuó "superada por un trastorno mental", pese a que, con su veredicto, el jurado ha aceptado la tesis de las acusaciones conforme la mujer había planificado el asesinato.

En este sentido, en el juicio se leyeron las cartas de despedida que la acusada dejó a sus padres, a su abuela y al padre de Yaiza. A partir de ellas, tanto la fiscalía como la acusación particular consideran que la procesada cometió el crimen presuntamente para vengarse de su expareja. "A mi hija me la llevo conmigo, que para eso la he parido yo. Decide si la entierras o la incineras. Vas a llorar la muerte de mi hija. Si me hubieras firmado el empadronamiento para el colegio nada de esto hubiera pasado. Si me hubieras firmado el papel… Ahora te quedas sin tu hija y me la llevo conmigo que para eso la he parido yo", señala en una de las misivas dirigidas al padre, tal como adelantó EL PERIÓDICO. La acusada había buscado en internet noticias sobre Rocío Carrasco, por la situación que padeció la misma con sus hijos, de asesinatos de menores por parte de sus padres o allegados y de artículos relacionados con muerte por ingesta de fármacos y por asfixia.