Luto en la ópera

Muere a los 92 años el legendario tenor Pedro Lavirgen

El cantante cordobés, uno de los más grandes representantes de la generación de oro de la lírica española, brilló en el Liceu durante 19 temporadas

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Pablo Meléndez-Haddad

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Este domingo 2 de abril ha fallecido en Madrid el tenor Pedro Lavirgen a los 92 años. Junto a Alfredo Kraus, Jaime Aragall, José Carreras o Plácido Domingo, fue uno de los más importantes representantes españoles de su cuerda de la segunda mitad del pasado siglo, llevando la bandera de la lírica hispana a los escenarios más importantes del mundo. El Metropolitan neoyorquino, La Scala de Milán o el Convent Garden londinense fueron algunos de ellos, así como la Ópera de Viena, en la que actuó en 16 temporadas.

En el Liceu de Barcelona, donde también triunfó otra cantante recientemente fallecida, Virginia Zeani, Lavirgen fue una auténtica estrella durante 19 temporadas desde su debut el 19 de noviembre de 1964 como Don José de ‘Carmen’, uno de sus papeles fetiche, donde aterrizó unas semanas más tarde de su presentación en el Teatro Bellas Artes de México con ‘Aida’, su debut internacional. La relación con el Gran Teatre se traduciría en más de 90 funciones hasta su despedida del escenario de La Rambla, en 1988, con ‘Don Carlo’, ofreciendo a los liceístas lo mejor de su amplio repertorio, incluyendo zarzuela.

Prodigiosos agudos

De canto cálido y temperamental, de prodigiosos agudos, su canto robusto y viril, pronto encaminó su trayectoria hacia papeles lírico-dramáticos, desde los grandes personajes verdianos -Manrico, Otello, Radamés, Arrigo, Don Álvaro- a populares óperas de Puccini, como ‘Turandot’, ‘Madama Butterfly’ o ‘Il Tabarro’, y del repertorio ‘verista’, como ‘Andrea Chénier’, ‘Pagliacci’, ‘Adriana Lecouvreur’ o ‘Cavalleria rusticana’. También interpretó obras mucho menos difundidas, como ‘L’amore dei tre re’ de Italo Montemezzi o ‘La Dolores’ de Bretón. Su flexibilidad como intérprete le permitió incluso algunos escarceos con el ‘bel canto’ romántico de ‘Lucia di Lammermoor’. En cuanto a repertorio español, a la ópera antes citada se une ‘Goyescas’ de Granados, ‘El retablo de Maese Pedro’ de Falla y una gran cantidad de zarzuelas, como ‘Doña Francisquita’, ‘Luisa Fernanda’, ‘La eterna canción’, ‘Bohemios’, ‘La Dolorosa’, ‘La linda tapada’ y ‘Me llaman la primorosa’, algunas de ellas trabajando junto al propio compositor.

Terapia vocal

Se retiró de los escenarios con su referencial Don José de ‘Carmen’, en 1991 y con 61 años, en el Gran Teatro de Córdoba, muy cerca de Bujalance, donde nació en 1930. Durante la Guerra Civil, debido a una lesión sufrida en una pierna, estuvo prostrado en cama durante tres años y fue en ese periodo cuando recibió sus primeras nociones de música para más tarde ingresar al Coro del Teatro de La Zarzuela ya titulado como maestro. Cantó su primera ópera como solista en 1959, ‘Marina’, de Arrieta, en Zaragoza, y tras su larga carrera se dedicó a la enseñanza; fue catedrático en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. También estuvo vinculado al concurso de canto de Priego de Córdoba que llevaba su nombre y que se celebró durante una década.

Recibió el Premio Nacional de Teatro (1963 y 1972), la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1967), la Medalla de Oro del Círculo de la Ópera de México (1965), la Medalla de Oro del Liceu (1969), el Verdi de Oro de Parma (1973), el Jussi Bjoerling de Módena (1977), la Medalla de Andalucía (1990), el Premio Lírico Campoamor (2013) y el Premio ÓPERA ACTUAL por toda su trayectoria (2014).