Joan Isaac anuncia su gran año y reivindica su generación de cantautores "coitus interruptus"

Un nuevo álbum, ‘Tinc una casa al mar’, y su recital de presentación, este viernes en Luz de Gas (festival Barnasants), descorchan el que sin rodeos se presenta como ‘any Joan Isaac’, puesto que el cantautor de Esplugues se dispone a envolver su 50º aniversario de carrera, y 70º de vida, con un significativo goteo de eventos y novedades editoriales. No tardará en llegar una caja con su obra discográfica integral y un libro, así como un concierto antológico a celebrar el 28 de noviembre en el Palau de la Música.

Joan Isaac se estrenó en 1974 con el sencillo ‘I som tu i jo’ y siempre se ha presentado como cantautor, con todas las letras, esté esa etiqueta más o menos de moda. “He cantado para pasármelo bien y para no gastar demasiado dinero en psicoanalistas”, bromeó. “Y para defender la lengua y el país a través de las canciones”. Así se expresó este martes en un acto en el Ateneu Barcelonés, donde quiso hacer memoria y retroceder hasta los orígenes de aquella quinta de trovadores que “nació a caballo de la dictadura y la democracia”.

El “desierto” de los años 80

La suya fue una “generación ‘coitus interruptus’”, etiquetó con sarcasmo y ánimo acusatorio. “Porque cuando estábamos subiendo cantautores como Ramon Muntaner, Marina Rossell, Coses y yo mismo, de repente aquello se descabezó porque ciertos políticos decidieron que lo que estábamos haciendo, y lo que habían hecho antes Raimon, Maria del Mar (Bonet), Quico (Pi de la Serra), Ovidi (Montllor), Serrat…, con la democracia ya no tenía sentido”, reflexionó el autor de ‘A Margalida’.

Fue “el principio de un gran desierto” para su generación, que ve muy marcada por “el esfuerzo”, a menudo literal. “Cargábamos con los equipos, los montábamos nosotros mismos en los pueblos, cantábamos, los desmontábamos y de vuelta a casa. Volvíamos tardísimo y agotados, pero era un trabajo maravilloso. Éramos como unos feriantes de la cultura”, explicó. “Y a veces nos pagaban y todo, aunque fuera en especias: almendras y aceite, por ejemplo, cuando cantábamos en Tarragona”.

Los cantautores son “una especie un poco rara”, cavila Joan Isaac. “Porque no somos ni muy buenos músicos ni muy buenos escritores”. Una profesión y un modo de hacer que él comenzó a apreciar escuchando a Brel, Brassens, Ferré, Barbara, Serrat, Aute, Llach… Él contó con la ayuda de cómplices tanto musicales, como Francesc Burrull, Jordi Vilaprinyó, Enric Colomer o Antoni Olaf-Sabater, como logísticos, caso de los managers Joan Molas y Núria Batalla.

Con Tony Carmona

Joan Isaac celebra su doble cumpleaños poniendo en primer plano una obra nueva, este ‘Tinc una casa al mar’, integrada por canciones nuevas, así como un tema de su productor Tony Carmona (músico largamente asociado a Aute) y una adaptación de Lucio Dalla (‘Anna i Marc’). Le seguirá, en los próximos meses, el ‘boxset’ que reunirá la veintena de álbumes publicados por el cantautor, a partir de aquel debut titulado ‘És tard’, de 1975.

Una integral cuya elaboración cabe calificar de “heroica”, así la tachó Yanni Munujos, promotor de este ‘any Joan Isaac’, dado el actual momento que vive la industria discográfica, con “la destrucción de catálogo y las trabas burocráticas”. Pero Àlex Eslava, de Discmedi, la ha consumado pese a que el catálogo incluye álbumes editados también por otros seis sellos: Edigsa, Philips, Ariola, Stress Music, Sony Music y Picap.

Las celebraciones incluyen un libro, ‘101 cançons’, que estará en circulación por Sant Jordi, precisó Marta Costa-Pau, de Llibres del Segle. Antología de temas con fotos de Colita, Juan Miguel Morales y Francesc Fàbregas, el volumen no tiene carácter “nostálgico”, hizo notar su ilustrador, Daniel Sesé, dado que más de la mitad de la obra de Joan Isaac (que se retiró de la escena en 1984 para volver en 1998) corresponde al siglo XXI. Es en esta última etapa cuando el cantautor ha retomado su vocación con nuevas motivaciones que no remiten. “Esto no supone el fin de mi carrera”, precisó en el Ateneu. “No pienso desfallecer mientras el cuerpo aguante y tenga algo que decir”.