Entrevista

Eider Rodríguez: "Es gracioso que me consideren dura porque soy muy blandengue para muchas cosas"

La cuentista vasca mete el escalpelo en su historia familiar con 'Material de construcción', una indagación sobre su relación con su padre alcohólico

BARCELONA 22/02/2023 ICULT CULTURA Entrevista con la escritora vasca Eider Rodríguez por su novela ‘ Material de construcción ‘ un relato autobiográfico sobre el alcoholismo de su padre FOTO ELISENDA PONS

BARCELONA 22/02/2023 ICULT CULTURA Entrevista con la escritora vasca Eider Rodríguez por su novela ‘ Material de construcción ‘ un relato autobiográfico sobre el alcoholismo de su padre FOTO ELISENDA PONS / ELISENDA PONS

Elena Hevia

Elena Hevia

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Cuando a Eider Rodríguez (Rentería, 1977) su padre la llevó a pescar de niña le enseñó que en caso de clavarse por accidente el anzuelo nunca debía tirar hacia atrás sino seguir el recorrido de la herida, algo que puede resultar doloroso pero evita el desgarro. Esa imagen ilustra a la perfección la trayectoria de ‘Material de construcción’ (Random House / Periscopi), la novela de no ficción con la que la autora vasca sigue el camino terrible de los hechos para indagar en su infancia, marcada por el alcoholismo de su padre. También dice mucho del estilo afilado y entomológico con el que la autora observa y busca comprender y comprenderse. Cuentista de raza, también asegura que esto de la novela ha sido solo un paréntesis en su trabajo.

Asegura que este no es exactamente un libro autobiográfico sino una novela. ¿Qué circunstancias personales le llevaron a escribirla?

Es una novela de no ficción porque los materiales son autobiográficos. Pero cualquier manera de definir el resultado no será exacto. La muerte de mi padre fue lo que me llevó ahí. Quise indagar en la relación que habíamos tenido durante más de 40 años de incomunicación y de silencio, marcado claramente, por su alcoholismo.

¿Escribir para comprender es la clave?

Yo escribo por impulsos porque no me gano la vida con esto. La verdad es que no sé por qué escribo, quizá para entender algo. Se me impuso esta historia que era la mía y no hay más. Hay una frase de Maurice Blanchot que es la que se cita al principio del libro. “Vamos a escribir el desastre unas veces a través del olvido y otras veces a través del caos”. Y así ha sido.

“Escribir a través del caos”, aunque el objetivo final sea establecer un orden.

Me movía en una contradicción. Me decía: vamos a dejar que hable el caos pero también intentar buscar un orden aunque sea a través de palabras usadas, ajadas, que han perdido el sentido original si es que éste existió alguna vez. Tampoco es que tengas mucha confianza en el lenguaje, pero es lo único que tienes para explicarte: una lengua precaria, rota y deshilachada.

Este libro es un intento de ponerme frente a mi padre, ya fallecido, e intentar un diálogo imposible

¿Escribe también para sanar viejas heridas?

Fue más bien un intento de ponerme frente a mi padre, ya fallecido, e intentar un diálogo imposible. También me he preguntado, por supuesto, por qué bebía y no he llegado a ninguna conclusión pero el mero hecho de ponerlo por escrito me ha servido para metabolizar el dolor y el duelo y transformarlo en otra cosa, en un libro de carácter colectivo, porque no era un diario que yo llevara para mí misma.

El libro se llama 'Material de construcción'' que alude al trabajo de su padre pero a la vez a las distintas formas y materiales narrativos que se reúnen en la novela. Entre 'esos materiales están las cartas escritas por su padre.

Para mí fue mágico poder contar con esas cartas que encontró mi hermana y las he incluido tal cual, apenas un poco recortadas. Me gustaba que fueran imperfectas e incluso un punto grandilocuentes. Así que con ellas empiezo a escuchar la voz de mi padre como nunca antes, porque jamás tuvimos una conversación real o seria acerca de nada.

Esta novela tiene un cierto parentesco con dos libros publicados recientemente, ‘Familia’ de Sara Mesa, y ‘Vengo de ese miedo’, de Miguel Ángel Oeste.

Me encanta que menciones esos libros, pero a diferencia de ellos creo que finalmente hay en el mío una historia de amor que solo se me reveló cuando la escribí. Ese ha sido para mí el gran descubrimiento.

Mi estilo tiene que ver con el lugar de dónde vengo, con ese evitar las muestras de afecto y también la crudeza de vivir en Rentería en una época superconvulsa y violenta

¿Esos silencios, ese no querer que se trasluzcan las emociones, de su familia, de los que tanto habla en su libro la han forjado como escritora?

Pues si, pero de eso me he dado cuenta hace poco. Mi estilo tiene que ver con el lugar de dónde vengo, con ese evitar las muestras de afecto y también de la crudeza de vivir en Rentería en una época superconvulsa y violenta.

ETA es una presencia latente en la acción. ¿Es algo ineludible para cualquier escritor vasco?

Es así. En mi caso me interesaba retratar el conflicto desde la periferia. Se ha escrito mucha novela sobre el conflicto vasco con el foco puesto en personajes centrales como el empresario o el miembro de ETA. Pero no fue únicamente eso, llegó a todas las capas sociales y nos moduló a todos de una forma u otra. Me gusta retratar ese final de la onda expansiva y tratarlo de una forma cotidiana, como si fuera un ruido de fondo.

En el libro la vergüenza es un sentimiento que recorre todo el libro y que trae recuerdos de una de las obras capitales de Annie Ernaux, una chica que también se avergonzaba de los suyos y una autora con la que comparte dureza.

Yo no soy tan dura. Quizá digan eso porque soy vasca.

Mi prosa descarnada viene de pelea continua que tengo con la lengua. Siempre intento decir lo máximo con un mínimo de palabras

Su prosa es absolutamente descarnada.

Pues a mí me resulta gracioso que piensen eso de mí porque soy muy blandengue para muchas cosas. Pero, bueno, está claro que la dureza puede ser una coraza para muchos, un mecanismo de defensa. Lo de la prosa descarnada es por la pelea continua que tengo con la lengua. Siempre intento decir lo máximo con un mínimo de palabras.

¿Ha leído ya su madre la novela?

No, porque mi madre no lee en euskera. Hace poco que el libro se ha publicado en castellano.

¿Le da miedo lo que pueda decir?

Sí, para qué negarlo.

Es curioso que siendo un libro marcado por experiencias familiares que vivió en castellano lo haya escrito en euskera.

No hubiera podido escribirlo en castellano. El euskera me ha impuesto una distancia que me ha permitido hacerlo de manera literaria. Para mí ha sido mucho más dura la traducción al castellano, que he hecho junto con mi pareja, que la escritura original.