Novedad editorial

'El Palau de la Música Catalana desconegut' viaja a los orígenes de la institución

El libro de Joaquim Borras y Marta Grassot bucea en el Orfeó Català y su auditorio modernista a través de singulares imágenes

Marta Cervera

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Se han escrito diversos libros sobre la historia del Orfeó Català y del Palau de la Música Catalana pero ninguno como ‘Palau de la Música Catalana desconegut’ (Efadós), un nuevo volumen más de la colección Catalunya Desapareguda. Realizado por Joaquím Borràs, archivero jefe del Archivo de Barcelona y Marta Grassot, directora del Centro de documentación del Orfeó Català (CEDOC), este nuevo volumen penetra mediante sorprendentes imágenes y textos concisos bien documentados, el origen y la evolución del Orfeó Català y de su sede, el singular edificio modernista de Domènech i Montaner que en 1997 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. 

El libro abarca desde la fundación del Orfeó Català en 1891 por el maestro Luís Millet y el compositor Amadeo Vives, a la construcción del Palau de la Música, su sede, construida en menos de tres años e inaugurada en 1908, así como todos los aspectos más destacados de la vida musical de la entidad coral y del auditorio hasta 1975, cuando la democracia impulsó significativos cambios en el panorama cultural. 

Lo más laborioso ha sido la selección de las imágenes y la recopilación de información sobre una sala que ha sido el principal centro musical de Barcelona hasta la inauguración del Auditori en 1999. "No había demasiadas fotografías de la etapa inicial, finales del siglo XIX y principios del XX. Después nos encontramos con mucho material gráfico de épocas posteriores pero estaba sin clasificar y ordenarlo cronológicamente fue complicado", explica Borràs. Lamenta, por ejemplo, no haber encontrado imágenes del Orfeó Català cantando en Barcelona a las órdenes de Richard Strauss en 1901, ni tampoco del concierto que el compositor dirigió en 1908 al frente de la Filarmónica de Berlín.

Más recargado

Las fotos permiten descubrir cómo el Palau ha ido cambiando de piel. Cuando se inauguró la 'Casa dels cants' como la calificó el poeta Joan Maragall, la sala tenía un aspecto mucho más recargado, con guirnaldas de flores en las barandillas. Tanto estas como las lámparas colgantes que se utilizaron en otra época. "El Palau era diferente a como lo conocemos y eso muestra el libro", señalan sus creadores. Esa historia desconocida sale a la luz en este libro que también repasa algunos de los eventos musicales más relevantes. Destaca, entre otros, que Arthur Rubinstein fue el pianista internacional que más veces actuó en la sala: vino en 67 ocasiones. La primera vez cuando era muy joven, en 1916 y una de sus últimas actuaciones fue en 1975, con la Orquesta Ciutat de Barcelona dirigida por Henryk Czyz.

El Palau de la Música Catalana ha mantenido el repertorio coral, la catalanidad y la conexión internacional a lo largo de su historia. Allí actuaban las figuras y orquestas más importantes. Fue la sede de la Orquesta de Pau Casals, de la Orquesta Municipal de Barcelona y acogió destacados estrenos.

Conexión internacional

De sus inicios y su primera época de esplendor antes de la Guerra Civil el libro rescata imágenes de la primeras salida del Orfeó Català al extranjero en 1897 para cantar en un concurso internacional en Niza, cuando el traje oficial de los cantores incluía barretina. Años después actuarían en París, Roma y Londres. También destaca la creación de la asociaciones musicales como 'da Camera' que dedicó conciertos monográficos a Manuel de Falla, Arthur Honegger, Arnold Schönberg, Anton Weber, Maurice Ravel, Prokofiev y Stravinski. Todos ellos vinieron al Palau. "No hemos podido encontrar imágenes, una lástima", confiesa Marta Grassot.

Tampoco hay del estreno mundial del 'Concierto para violín' de Alban Berg en 1935. De la que sí hay imágenes es de la Orquesta de Pau Casals, desaparecida tras la Guerra Civil. Tenía sede en el Palau de la Música pero el maestro no era muy fan del Orfeó Català que dirigía Lluís Millet. Casals prefería al Orfeó Gracienc con quien, entre otros, ofreció tres conciertos de la 'Novena' de Beethoven en 1935.

El Palau cambió radicalmente después de la Guerra Civil el panorama cambió por completo, como reflejan las impactantes imágenes con conciertos de las Juventudes Hitlerianas, y diferentes actos del nacionalcatolicismo. El Orfeó Català no pudo volver a cantar en público hasta 1946, cuando interpretó el 'Réquiem' de Mozart, que se convirtió en un acontecimiento. La celebración del 60 aniversario del Orfeó con la 'Misa en si menor' de Bach también agotó localidades.

Sus conciertos se convirtieron en actos masivos bajo la dictadura de Franco con el Orfeó como símbolo de la catalanidad. En la posguerra disminuyó la presencia de artistas internacionales pero hubo importantes debuts nacionales como los de la soprano Victoria de los Ángeles y de las pianistas Alica de Larrocha -que estrenó el 'Concierto breve' de Xavier Montsalvatge en 1953- y Rosa Sabater. Montserrat Caballé fue otra de las artistas unidas al Palau, donde cantó en una treintena de ocasiones.

De Poulenc a Duke Ellington

Entre los años 50 y 60, gracias a una mayor apertura de la dictadura, regresaron los artistas interncionales. El libro recoge, entre otros, el debut en 1956 de la soprano Elisabeth Schwarzkopf y el del maestro Sergiu Celidibache en 1958. Ese mismo año el compositor francés Francis Poulenc presenció con Dalí y Gala la primera audición en España de su 'Stabat Mater'. El violinista Yehudi Menuhin ofreció su primer concierto en el Palau en 1966. Ese año el jazz entró por la puerta grande con una actuación de Ella Fitzgerald y Duke Ellington que inspiró la creación del Festival Internacional de Jazz de Barcelona. Después, en 1973 tocaron otras dos leyendas, el trompetista Miles Davies y el guitarrista BB King. En 1968 debutó el director Herbert von Karajan y en 1970 el violonchelista Mstislav Rostropóvich interpretó el 'Concierto para violonchelo' de Dvórak con la Orquesta Ciutat de Barcelona dirigida por Antoni Ros Marbà.

Más allá de la música

Tanto Grassot como Borràs han recorrido todo tipo de archivos y hemerotecas en los dos años que han dedicado a este proyecto. "Las imágenes de eventos no musicales son las más difíciles de documentar", explica la responsable del CEDOC. Y cita entre ellos una fotografía de un acto organizado por viticultores o la de la asamblea de Solidaritat Catalana a principios de siglo XX. "A la hora de seleccionar las fotos a veces nos guiamos por la calidad de la imagen y la estética, otras por su relevancia histórica". El volumen combina los aspectos arquitectónicos de la construcción del edificio con los eventos que albergó como los Jocs Florals, la Festa de la Música Catalana -concurso de composición coral, de cámara y de cobla- y el Concurso Maria Canals, impulsado por la célebre pianista y pedagoga.