Estreno

María Hervás: "'Yerma', mi primer Lorca, me produce 100.000 dudas"

Yerma

Yerma / Sílvia Poch

Marta Cervera

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A María Hervás interpretar a la mujer infecunda protagonista de 'Yerma', de Federico García Lorca (1898-1936) supone un viaje alucinante, al que ha entrado con confianza plena en la propuesta del director Juan Carlos Martel Bayod, director del Teatre Lliure.  "'Yerma' es mi primer Lorca. El personaje me produce 100.000 dudas. Es normal porque quiero ofrecer algo digno, conmoveros", afirma la actriz madrileña de 35 años que triunfó con 'Jauría' e 'Iphigenia en Vallecas'. "Tenía muchas ganas de entrar en el universo lorquiano. Ahora me considero 'lorcaholic'." Se enamoró del proyecto al saber quién formaría parte del equipo. "Yo tenía que hacer esta Yerma. Estoy donde debo estar".

Tras su estreno este viernes en el Teatre Lliure, donde estará un mes en cartel, el montaje viajará después a Madrid y hará gira.

"Prefiero no conceptualizar sobre quién es Yerma o qué es Yerma. Mi intención es que esté muy viva"

Como a Lorca, que aprendía la mejor filosofía observando la vida en la calle y en el campo que en las conferencias, Hervás prefiere "no conceptualizar sobre quién es Yerma o qué es 'Yerma'. Mi intención es que esté muy viva, que sea una pulsión de vida frente a todo lo que muere y lo que arrastra hacia abajo, a la depresión. Intento que Yerma sea todo lo contrario. La única filosofía posible es aquella que invita a vivir y a sobrevivir". Y para solucionar sus dudas, más allá del director, se centra en el texto. "En las palabras está la esencia de Lorca. Cuando me asaltan las dudas me concentro en ellas".

"Lorca proyectó en 'Yerma' sus miedos. Ahora proyectamos los nuestros"

— Juan Carlos Martel Bayod

'Yerma' no es solo una mujer incapaz de tener hijos sino una mujer que lucha contra un entorno hostil, contra unos constructos sociales que encorsetan su libertad. Martel imagina esta tragedia rural como surgida de un sueño, de una de esas pesadillas donde aparecen nuestros miedos más profundos. Lorca, poeta y dramaturgo homosexual asesinado en la Guerra Civil por el bando falangista, reflejó en el texto estrenado por Margarida Xirgu en 1934 su temor a una sociedad autoritaria, marcada por conceptos como la honra, el deber del hombre y de la mujer. "Lorca proyectó en 'Yerma' sus miedos. Ahora proyectamos los nuestros: el cambio climático, la guerra en lo macro. Lo micro se centra en la historia de una mujer", señala el director. Una mujer que se siente atrapada y acaba tomando una drástica decisión.

Música de Refree

Martel opta por narrar de manera orgánica con ayuda del solicitado Raül Refree para conseguir llegar a otra dimensión donde todos respiren al unísono en escena. Refree ha musicado tanto la nana que abre la obra como otras canciones intrepretadas con lo mínimo: las voces de los actores e instrumentos como bastones, cencerros, campanas, elementos de esa España rural donde transcurre la obra.

"La escenografía es un territorio de ceniza y una estructura ovalada con cortinas transparentes que velan y revelan"

— Frederic Amat

La primera producción 100% del Lliure de una obra de Federico García Lorca transcurre en un espacio atemporal que se empapa de la poética del texto. Un espacio a cuatro bandas que permite al espectador vivir desde muy cerca de la tragedia que Martel plantea "como una obra de cámara". Y para la escenografía cuenta con Frederic Amat, que trabajó como ayudante del escenógrafo Fabià Puigserver -fundador del Teatre Lliure- en el rompedor montaje de 'Yerma' estrenado a principios de los años 70 protagonizado por Núria Espert a las órdenes de Víctor García. Aprendió de Fabià que "el teatro es aventura y riesgo". En esta nueva 'Yerma' ha optado por un diseño conceptual y evocador, que produce sensación de zootropo. Tiene algo cinematográfico: "Un territorio de ceniza y una estructura ovalada de donde cuelgan cortinas transparentes que velan y revelan lo que ocurre en escena". Para el vestuario, también atemporal, ha reutilizado piezas del almacén del propio teatro y de Humana que ha transformado y adaptado para los intérpretes.

Debuts lorquianos

Para la primera producción propia de una obra lorquiana en el Lliure, en la sala Fabià Puigserver, Martel se ha rodeado de actores de la escena catalana y madrileña que no habían trabajado juntos. Todos ellos debutan en una obra del famoso poeta, a excepción de Camila Viyuela, en el rol de María, amiga de la protagonista, entre otros. Completan el reparto Joan Amargós, como Juan, el labriego casado desde hace dos años con la protagonista, David Menéndez como Víctor, por el que Yerma siente algo. Isabel Rocatti, la más veterana del joven reparto encarna a la vieja pagana, entre otros. Bárbara Mestanza, Yolanda Sey, como Camila Viyuela, interpretan al coro de las lavanderas y otros personajes.

"Da vértigo hacer Lorca", reconoce Amargós. "Cada cual tiene su imagen de Lorca, de su poesía. El teatro de Lorca nos recuerda que somos mortales y te obliga a hacer preguntas". Rocatti está disfrutando con su personaje. "La vieja pagana se da cuenta que no hay moralidad y sabe trampear con cierta distancia toda esta moralina con una alegría vital muy grande. Ella apuesta por la vida, el placer, la naturaleza". Y añade: "Con este personaje honro a mi bisabuela y a tantas generaciones de mujeres que han sabido trampear. La casaron con 14 años y cuál fue su sabiduría que no tuvo hijos hasta los 21. Y acabó siendo la que ayudaba a parir y a acompañar a los muertos en el pueblo".

"Trata de una revolución que aun está muy viva. Muestra qué pasa cuando no nos conformamos"

— Bárbara Mestanza

Barbara Mestanza ha destacado que 'Yerma' es mucho más que el drama de una mujer incapaz de tener hijos. "Trata de una revolución que aun está muy viva. Muestra qué pasa cuando no nos conformamos. Ese hijo que busca es metáfora de vida, de sobrevivir, de no perecer nunca, de revolución."