Obituario

La música contemporánea pierde a Josep Soler, uno de sus referentes

El compositor catalán, autor de un amplio catálogo que incluye 16 óperas, murió el domingo a los 87 años

El compositor Josep Soler.

El compositor Josep Soler. / EPC

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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Compositor, pedagogo, ensayista, maestro. Josep Soler i Sardà (Vilafranca del Penedès, 1935) falleció el domingo 9 de octubre a los 87 años después de toda una vida dedicada a su pasión, la música. Autor prolífico, crítico, guerrero, apostó por las vanguardias más combativas a pesar de que su música nunca acabó de anidar en las programaciones locales al ser considerada demasiado avanzada para su época.

Dedicado intensamente a la escritura y a la pedagogía –tanto en el Conservatori Municipal de Barcelona como en el de Badalona, que dirigió entre 1980 y 2010–, su música dramática o teatral fue una de sus cartas de presentación en todo el mundo, alcanzando a componer 16 óperas, entre las que destacan ‘Agamemnon’ (1960), su primera creación dentro del género lírico, obra que le llevaría a hacerse con el Premio de la Ópera de Montecarlo en 1964. ‘Agamemnon’ marcaría un camino en el que siempre estuvo presenta su admiración por la tragedia greco-romana, como también se verá más tarde en otras dos de sus obras fundamentales, ‘Edipo y Yocasta’ (1972) –una de sus obras más conocidas, escenificada en el Liceu– y ‘Nerón’ (1985).

Adscrito primero al serialismo dodecafónico y, más tarde, a un expresionismo más libre, en muchas obras introduce citas a sus grandes héroes de la historia de la música, como Schoenberg, de quien fue alumno su primer maestro, René Leibowitz, quien también estudiara con Webern o Ravel, además de haberse formado con Cristòfol Taltabull. En otras de sus obras, como en ‘La tentation de Saint Antoine’ (1964) mira a la literatura de Flaubert y también incorpora su propia visión de la religión católica, otra constante en sus obras para la escena, así como el mito fáustico o el llamado ‘eteno femenino’. Cristo, Murillo, Macbeth, Shakespeare o Frankenstein fueron otros de sus temas o fuentes de inspiración, también realizó la instrumentación y la revisión de la ópera ‘Pepita Jiménez’ de Albéniz.

Su amplio catálogo incluye música para instrumento solo, para canto y piano, coro y camerística en general, además de una amplia obra sinfónica y para ballet, así como oratorios y cantatas. Consolidado como un referente en el ámbito contemporáneo, Soler fue galardonado en dos ocasiones con el premio Ciutat de Barcelona (1962 y 1978), con el Nacional de Música de Catalunya (2001), el Nacional de Música de España (2009) y el Tomás Luis de Victoria latinoamericano (2011). Genio y figura, cuando se le ofreció la Medalla al Mérito en les Bellas Artes en 2012, rechazó recibirla por diferencias políticas con el ministerio que entonces dirigía José Ignacio Wert, dejando para la historia una frase lapidaria: “No acepto el premio porque ‘a ellos’ [en referencia al Gobierno del PP] no les interesa en absoluto ni la cultura ni la educación”.

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