Novedad editorial

Salvador Macip y Àngels Bassas, las dos caras de un amor obsesivo

El médico e investigador y la actriz se vuelcan en su faceta de escritores para construir a cuatro manos una tensa historia pasional en 'Doble vida'

El científico Salvador Macip y la actriz Àngels Bassas, autores a cuatro manos de 'Doble vida', este jueves en la librería Ona de Barcelona.

El científico Salvador Macip y la actriz Àngels Bassas, autores a cuatro manos de 'Doble vida', este jueves en la librería Ona de Barcelona. / JOAN CORTADELLAS

Anna Abella

Anna Abella

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El médico e investigador Salvador Macip se pone en la piel de Robert, un doctor casado que vive en Marsella. La actriz Àngels Bassas, en la de Sílvia, una colega que trabaja en un CAP de Barcelona y que tiene un hijo autista de 10 años. Ambos firman a cuatro manos ‘Doble vida’ (Columna), una novela con tintes de ‘thriller’ psicológico sobre una historia de amor obsesivo a los 40 años. Un libro con doble portada y doble historia, contada por cada uno de los protagonistas, que acaba encajando como un rompecabezas o como un espejo.

El formato simétrico de este artefacto narrativo concede al lector la libertad de empezar por donde quiera o bien de ir saltando de la versión de él a la de ella y viceversa. "La premisa era mantener una tensión y una intriga explicando unos mismos hechos de dos formas distintas. No se entiende la historia completa hasta que se leen los dos puntos de vista, el del hombre y el de la mujer", apunta Macip.  

Antiheroína silenciosa

Bassas (Figueres, 1971) y Macip (Blanes, 1970) ya habían escrito conjuntamente un libro infantil, ‘La maleta de la memòria’. Fue él quien le propuso a ella el proyecto. "Queríamos profundizar en el alma de estos dos personajes que hablan de sus emociones de forma descarnada, de vergüenza, miedo, sexo…", señala la actriz y escritora, que con la figura de Sílvia quería reivindicar a "una antiheroína silenciosa en las pueden identificarse las muchas que como ella corren por el mundo, una mujer orgullosa de su vida, invisible, que ha tenido que trabajar duro en la trinchera para criar sola a un hijo con autismo". Para ello investigó, añade, "cómo es el día a día de una madre con hijos con ese problema" y se inspiró en una amiga que también trabaja en la medicina de atención primaria. 

"Escribir en pareja o en trío es dejar el ego en el armario", señala Macip

Macip aprovechó la convocatoria a una cena de compañeros de promoción de la carrera de Medicina -"a la que no fui", recalca-, para provocar el reencuentro de los dos personajes, que se conocieron de jóvenes, e inician entonces una relación pasional que se convierte en "una espiral que se dirige al precipicio". "Cada uno hemos escrito sobre las partes más oscuras del alma humana de dos personas que se obsesionan la una con la otra", apunta Bassas. 

Estilos muy distintos

El autor e investigador de la Universidad de Leicester y de la UOC, además de en solitario, ha escrito diversos libros a cuatro manos o más (como ‘Janowitz’ y ‘Herba negra’, con Ricard Ruiz Garzón, o ‘Colmillos’, con Sebastià Roig). "Siempre intentabas que no se notara la diferencia de estilos, pero en ‘Doble vida’ nos hemos esforzado por separarlos, para exagerarlos. Yo soy más seco, más quirúrgico -explica Macip-. Y Àngels más emocional, más sentimental. Ella tiene más capacidad para captar los sentimientos femeninos". Del personaje de Sílvia, señala Bassas, busca "mostrar sus inseguridades y una vulnerabilidad que la puede hacer más fuerte".    

En el proceso creativo, ambos autores fueron compartiendo capítulo a capítulo sus escritos para que todo cuadrase, instigándose mutuamente y debatiendo cada duda. "Son como dos novelas separadas que deben encajar. Eso permite ver la realidad que se explica cada uno a sí mismo y cómo es la realidad del otro, mostrando la tridimensionalidad de unos personajes que demuestran que a los 40 también se puede enloquecer por una relación sexual, aunque se les pueda escapar de las manos", añade el investigador.  

"Escribir en pareja o en trío es dejar el ego en el armario", concluye un Macip con conocimiento de causa antes de añadir bromeando: "Y los escritores tenemos un ego muy grande".