Los discos de la semana

Ben Harper canta al dolor del alma en 'Bloodline maintenance'

El cantautor californiano reaparece con un álbum crudo y de trayecto imprevisible, en el que alude a la tragedia de la esclavitud y a la figura de su padre, fallecido en 1998

Los nuevos elepés de She & Him, Invisible Harvey, Joey Alexander y Cupido, también reseñados

El cantante Ben Harper en Cap Roig.

El cantante Ben Harper en Cap Roig. / periodico

Rafael Tapounet
Jordi Bianciotto
Ignasi Fortuny
Roger Roca
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aunque en la gira que lo trae estos días a nuestros escenarios se presenta acompañado de los venerables The Innocent Criminals, el nuevo disco de Ben Harper, ‘Bloodline maintenance’, es fruto de la autosuficiencia ejecutiva: el californiano toca aquí casi todos los instrumentos (guitarra, bajo, batería y hasta percusiones de juguete), en una obra en la que, como sugiere el título, divaga en torno a la importancia de los conductos de sangre.

Cancionero que Harper dedica a su padre, Leonard, fallecido en 1998, con quien aparece en la portada en una foto de cuando era un niño, y donde se respira otra ausencia, la de Juan Nelson, su fiel bajista, fallecido en 2021. De ahí sale un álbum que condensa diversos registros practicados por Harper, desde el receso confesional al arrebato de funk y soul, todo ello sujeto a una producción de marcada crudeza, firmada por el mismo y su habitual Sheldon Gomberg.

Heridas que no se curan

Registro de ambiente ‘retro’, parece a veces un disco grabado en 1972, y comienza a andar con alusiones a la identidad afroamericana en el canto espiritual de ‘Below sea level’, que enlaza con la bacanal ‘funky’, digna de Sly & The Family Stone, de ‘We need to talk about it’. Tema este que alude a la tragedia de la esclavitud y al ‘Black lives matter’. “Necesitamos hablar de eso”, subraya, redoblado por el cuerpo de coristas. “Quien dijo que el tiempo cura todas las heridas / No debió ser un esclavo, imagino”.

Domina el disco una amalgama de ‘grooves’ granulados que llegan a abrazar cierta chatarrería en temas como ‘It ain’t no use’, texturas que han llevado a Harper a compararlo con ‘Mule variations’, de Tom Waits. No será tanto, aunque hay cierto espíritu aventurero en ese blues cubista llamado ‘Problem child’, con metales jazzeros. Luego, en otros temas, Harper se muestra como un ‘soulman’ más bien canónico, mirando de reojo al Curtis Mayfield baladista en ‘More than love’ o ‘Smile at the mention’. Y en el tramo final, combina el chirriante blues con ‘slide guitar’ de ‘Knew the day was comin’’ con el canto de cierre, intimista y severo, de ‘Maybe I can’t’, que deja un sabor a declaración de impotencia.

Con todo ello, ‘Bloodline maintenance’ resulta ser un álbum bello en su rugosidad y en sus vértices incómodos, una obra con aspecto de poco pautada y alejada de los episodios más accesibles de Harper. Un bienvenido regreso a su arte como cancionista tras el ejercicio instrumental, basado en la guitarra, de ‘Winter is for lovers’ (2020), y que podría traer cola, ya que el autor de ‘Diamonds on the inside’ se ha referido a él como posible punto de partida de una trilogía. Mientras se consuma, o no, acude a él, previsiblemente, en sus conciertos, este fin de semana, en los festivales de Pedralbes (este viernes) y Sons del Món, en Roses (sábado). Jordi Bianciotto

Otros discos de la semana

13 canciones de los Beach Boys y una de Brian Wilson en solitariorehúye los títulos más obvios en favor de gemas escondidasRafael Tapounet

Invisible Harvey, grupo barcelonés decantado por un pop de cámara con quiebros románticos, dedica su tercer álbum a los creadores de tonadas fijándose en la peliaguda tarea de ponerles título. Obra delicada sin ser afectada, en la que Dimas Rodríguez (ex-La Banda Municipal del Polo Norte) se crece como contador de historias y meta-cancionista (“te perdono, piano, por dejarme esa emoción”), envuelto en sugerentes fibras neoclásicas y lejos de esa ‘Música de fondo’ a la que alude el tema final. J. B.

El que fue el niño prodigio del piano -se estrenó a los 11 años y ya va por su sexto disco- quema etapas a toda velocidad. Tras sus vistosas versiones de clásicos del repertorio del jazz, en 'Origin' se estrena como compositor de pleno derecho. En este disco a trío, su formato preferido hasta hoy, Alexander firma todas las piezas. Sobrio, sin estridencias y un poco dulzón, especialmente en las baladas, 'Origin' desprende un candor y una alegría que parecen más cosa de carácter que de la edad. Roger Roca

Confirmar que un experimento va bien es un logro para cualquiera que lo haga. Pimp Flaco dio un cambio radical a su carrera dejando atrás el trap, género del que fue uno de los pioneros en España, y lanzándose a formar un grupo 'indie' en el que ahondar en sus canciones de amor y dolor. Un terreno sonoro distinto para el artista de Badalona pero con la esencia que le hacía especial en esos primeros años del trap: una sensibilidad para tratar temas de corazón. Después del primer álbum de Cupido, este es una segunda parte. Y buena. Ignasi Fortuny

Suscríbete para seguir leyendo