Entrevista

Els Pets: “Hacer un disco que se llama ‘1963’ quiere decir que no escondes las arrugas”

 

El grupo publica este viernes su nuevo álbum, donde refina su método pop en alianza con la producción de Joan Pons (El Petit Cal Eril), y que presentará en el festival Strenes, de Girona (este sábado), y en el Teatre Grec (14 de julio)

Els Pets (Joan Reig, Lluís Gavaldà y Falin Cáceres), fotografiados esta semana en Barcelona

Els Pets (Joan Reig, Lluís Gavaldà y Falin Cáceres), fotografiados esta semana en Barcelona / Ferran Nadeu

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El año 1963 es el del nacimiento de los tres miembros de Els Pets y el título del primer disco de los Beatles, ‘Please please me’, además de una canción de New Order.

Lluís Gavaldà. La idea es juntar dos efemérides que nos definen: el nacimiento de los miembros del grupo y del género que practicamos, el pop. Ahora todo debe ser nuevo, rabioso y reluciente, y queremos cuestionarlo: el pop ha llegado a su mayoría de edad y ya no es aquella expresión artística que solo es válida cuando tienes de 20 a 30 años. Nuestros héroes se mueren de yayos y eso es una buena noticia. Intentamos mostrar en qué situación vital estamos, y qué señal más evidente que poner el año de tu nacimiento en la portada.

Es su segundo disco con Joan Pons (El Petit de Cal Eril) a la producción. Pero ‘Som’ era más crudo y avasallador, y este, más delicado.

Ll. G. Más austero. Una pista por cada instrumento, sin ‘recordings’, todo analógico, tomas únicas, casi sin maquillaje, sin elementos externos. Intentando que lo que hace cada instrumento sea lo menos tópico y habitual posible.

Dominan las dinámicas sutiles, que requieren varias escuchas.

Ll. G. Nunca he sido fan de los discos que requieren segundas y terceras escuchas. Si un disco no me entra a la primera, difícilmente me entrará más adelante.

Joan Reig. Yo sí que obligo a los discos a que me gusten, y luego el placer es mayor. Son discos que escucharé toda la vida.

Ll. G. Aquí partíamos de una veintena larga de canciones, y Joan (Pons) eligió las que tenían una afinidad sonora. Cuando escuchas el álbum por primera vez, puedes pensar que hay muchas canciones parecidas. Las canciones vienen de dos remesas, una pandémica, cuando parecía que se acababa el mundo y debía dejar mi huella ante el apocalipsis inminente, y otra posterior que hemos aprovechado más. Hay una voluntad pospandémica, con más ironía y mala leche que melancolía.

Así arranca el disco, con ‘No t’escolto’, un tema maleducado.

Ll. G. Impertinente. La canción de una persona que ya tiene una edad y que no está para aguantar según qué. En el disco hay muchas canciones que son puntos de no retorno, de despedida, a nivel sentimental.

¿A quién se refiere el tema ‘Jordi Puig’?

Ll. G. A un compañero de clase que murió con 16 años. La idea era reivindicar al Jordi Puig que todos tenemos en la vida. Se refiere a la primera vez que la vida te da una hostia y te das cuenta de que no vas a ser invencible siempre, y que todo es frágil.

Ahora se habla mucho de fragilidad y vulnerabilidad, que son materiales de las canciones de Els Pets desde hace muchos años.

Ll. G. Enseñar las cicatrices, ¿no? Cuando haces un disco que se llama ‘1963’, eso quiere decir que no escondes las arrugas. ¡Te han costado mucho! Esa sensación de vulnerabilidad la notamos acentuada con la edad, con nosotros mismos y con nuestros seres queridos: tus padres ya no están, o tienen una salud precaria.

He aquí otra de sus canciones sobre hospitales, ‘Fem riure’.

Ll. G. Son espacios que cada vez visitamos más, ya sea por nosotros o por quienes nos rodean. Aquí hay una historia entre dos personajes que se mandan mensajes, y quería que el mal fuese físico, que hubiera habido un accidente.

Y hay una canción que, con el título escrito en la contraportada en caja alta, aparece como ‘Atracament a la caixa’, y luego en el libreto te das cuenta de que es ‘Atracament a La Caixa’. ¿Ya se lo pensaron bien?

Ll. G. La Caixa, sí, en mayúsculas, para que quede claro. Estamos esperando la respuesta por vía penal… Es una reflexión en coña del concepto bancario, que es la estafa más grande del capitalismo. Los bancos han llegado a la perfección, quedarse con nuestro dinero y cobrarte por ello. En nuestro caso, como somos de 1963, recordamos cuando el banco aún se hacía perdonar y te regalaba discos. Ahora han conseguido que la oficina bancaria sea un lugar inhóspito para el cliente de nuestra edad o mayor que nosotros.

Falin Cáceres. ¡Y nos han contratado para tocar en Cap Roig!

¿Tocarán el tema allí?

J. R. ¡Claro! En los conciertos tocaremos todos los temas del nuevo disco. Somos de los pocos grupos que siguen haciéndolo.

Ll. G. Si yo fuese su jefe de marketing, utilizaría la canción de fondo en los anuncios, ¡le daría la vuelta!

De nuevo están en la rueda promocional. ¿Y la televisión, qué?

J. R. Hace poco estuvimos en ‘Efecte Collins’ (La 2), un tipo de programa que ya no se da: entrevista larga, canciones enteras, plató en directo…

¿Y qué les parece el programa musical de TV-3, ’Eufòria’?

Ll. G. A mí me propusieron ser juez de ‘Eufòria’. No quiero menospreciarlo, ahí hay un trabajo bien hecho, pero el concepto del ‘show’ me repele. Jugar con la esperanza de una persona y juzgarla en tres minutos en directo, en su cara… No tengo estómago para hacerlo, para decirle a alguien “tú no lo has hecho bien”. Duele un poco que el único espacio de música en TV-3 la mezcle con el ‘reality’ y el concurso. Pero yo me peleé tres años para hacer un programa de música en TV-3 (‘El celobert’) y me lo pusieron a las 12 de la noche del domingo.

Suscríbete para seguir leyendo