LO QUE NO SABÍAS DE...

Las anécdotas del rodaje del drama familiar 'Cerca de ti'

Uberto Pasolini escribió el guion sin pensar en la dificultad como director de rodar con un niño

El pequeño Daniel quiso repetir una escena 15 veces para comer más helados

Fue difícil filmar con las dos llamas porque no había manera de que se estuvieran juntas

cerca obrir

cerca obrir / ARP SÉLECTION

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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El cineasta italiano Uberto Pasolini fue el productor de filmes de éxito como Cita con Venus o Full Monty, pero solo en contadas ocasiones se puso tras la cámara para dirigir. Ahora acaba de estrenar su tercera película como realizador (tras Machan y Nunca es demasiado tarde), que lleva por título Cerca de ti (Nowhere special). Es un drama intimista y muy cercano, que también ha producido y escrito, protagonizado por James Norton (Mujercitas, Happy Valley) y el pequeño debutante Daniel Lamont.

El filme se ocupa de un humilde limpiador de ventanas irlandés que cuida en solitario de su hijo ya que la madre les abandonó poco después de nacer el niño. Pero descubre que padece una grave enfermedad y el pequeño se quedará solo por lo que inicia una gira con el chico y una joven de servicios sociales, para conocer a los candidatos a ser sus futuros padres. Pese a tratar un tema tan duro, un poco en la línea de Mi vida sin mí, la cinta lo aborda con delicadeza y eludiendo constantemente el exceso de dramatismo, sin cargar las tintas ni convertirla en lacrimógena. El propio Uberto Pasolini nos explica las interioridades del rodaje.

-Basado en un caso real. “El guion está inspirado en una historia real que conocí sobre un padre soltero que, con el niño, fueron buscando una nueva familia y escribí prácticamente todo lo que pude descubrir. Pero los servicios sociales no me dieron mucha información debido a la privacidad y añadí mi propia experiencia como padre aunque mis condiciones son muy diferentes a las del personaje. Hice mucha búsqueda sobre lo que es y significa adoptar. Tengo tres hijas que ahora ya son mayores pero que, hace tiempo, fueron como él. Fue un viaje fantástico en el que yo también aprendí a escuchar, a saber que lo más importante en el amor es admitir que no tienes todas las respuestas y soluciones”.

-La ventana indiscreta. “La verdad es que James no hizo muy bien su trabajo como obrero. Le pedí que pasara unos días en Belfast, donde se rodó, con un limpiador de ventanas y lo hizo con profesionalismo, pero siempre dejaba alguna manchita. Le comenté que mejor que siga haciendo de actor y no intente hacer carrera en este otro oficio”.

A James Norton no se le daba demasiado bien como limpiador de ventanas.

A James Norton no se le daba demasiado bien como limpiador de ventanas. / SHERLOCK FILMS

-Del guionista al director. “Trabajar con un niño muy pequeño para mí fue como una apuesta. Escribí el guion sin pensar en los problemas que podía suponerle a un director rodar con un niño de cuatro años. Luego lo pasé a mi otro lado de la cabeza y el director que hay en mí se preguntó cómo lo iba a hacer”.

-Un profesional de cuatro años. “Daniel conseguía transmitir el amor y la tensión que había escrito. Estuvo feliz durante los 31 días, dos horas al día, que vino a trabajar sin dar problemas, sin pedir volver a casa con sus juguetes. Es todo un profesional con gran talento y lo más curioso es que no hizo un retrato de sí mismo, ya que es más divertido y lleno de vida que su personaje. Aprendió bastante rápidamente la diferencia entre la persona y el personaje, nos regaló una verdadera relación de amor entre hijo y padre. No es merito mío porque no sé como llego alcanzar esta veracidad”.

Entre los dos actores se creó una gran relación, como si fueran padre e hijo.

Entre los dos actores se creó una gran relación, como si fueran padre e hijo. / PETER MARLEY

-Del papel a la realidad. “El niño que describí en el guion era serio, silencioso, introspectivo y Daniel es muy diferente, pero se transformó, conseguía de una manera muy sencilla cómo mirar a su padre, intentar entender lo que estaba pasando, su perspectiva de la gente que iban encontrando en el viaje. Los dioses del cine nos dieron lo máximo, no voy a poder trabajar nunca con una pareja que transmita tanta realidad y verdad. Nunca pensé que fuera tan cercano a lo que imaginé”.

-Repitiendo por un helado. “Hitchcock decía que no hay que trabajar con niños ni con animales, pero en esta película hay bastantes niños y muchísimos animales. Pero tuve la suerte de encontrar a un chico de cuatro años que era un auténtico actor profesional, fue fantástico, un milagro. La única vez que tuve problemas fue en una escena donde tenía que comer helados y quiso repetirla 15 veces porque le gustaban demasiado. Se pasó el rato tirándole helado a James en la cabeza y en la cara pero, al final, conseguimos una toma buena”.

Daniel hizo repetir una escena 15 veces porque le encantaba el helado.

Daniel hizo repetir una escena 15 veces porque le encantaba el helado. / SHERLOCK FILMS

-Mejor que el padre. “La escena en la que tiene que devolver el peluche, Daniel sabía perfectamente lo que debía hacer, no fue una sorpresa. Era al final de la jornada de trabajo y estábamos al límite e hizo la escena a la perfección, pero fue a James al que no le salía bien. Mi dirección no fue emotiva, no fui pesado porque no quería darle el peso de una historia así a un niño. Lo convertimos en un gran juego, la actuación no es un cuento triste y quise hacer una película llena de vida, amor y esperanza. El niño estaba feliz de incorporarse y venía al rodaje con alegría. En esto también es importante su familia, que es muy cercana y es fundamental, ya que es un niño equilibrado, no busca cosas extrañas”.

-Daniel, el dibujante. “Los dibujos infantiles que cuelgan en las paredes de la casa los hizo el propio Daniel. No se lo podía pedir a un adulto. Y, además, se ve cómo se mueven en nuestra historia de un lado a otro de la casa, un día hay dos y otro cinco. Fue un estupendo dibujante”.

Los dibujos que pueden verse en la casa los hizo el propio Daniel.

Los dibujos que pueden verse en la casa los hizo el propio Daniel. / PETER MARLEY

-Juntando a dos llamas. “El mayor problema con los animales fueron las llamas porque nunca quisieron hacer lo que les pedíamos y yo las necesitaba porque le dan a la escena un toque algo extraño, algo que te sorprende. No te imaginas que haya llamas en Irlanda. Solo requeríamos un plano en el que estuvieran juntas cinco segundos, pero siempre querían irse cada una por un lado y tenerlas cerca sin que se pelearan fue complicado”.

-Perdidos en el súper. “La mayor complicación rodando la escena del supermercado fue que nunca encontraban el lugar donde estaban los huevos, siempre se equivocaban. Se paraban y no estaban allí y tuvimos que hacerlo varias veces. El niño se divirtió mucho porque era como hacer una carrera en el carrito. Pero también tuvo un gran profesionalismo, una gran memoria para hacer exactamente lo que le indicábamos, mirar la fruta, luego mirar a la mujer embarazada y sus pequeñas miradas eran muy sinceras”.

A Daniel no le gustaba hacer las escenas en las que se peleaba con su padre de ficción.

A Daniel no le gustaba hacer las escenas en las que se peleaba con su padre de ficción. / PETER MARLEY

-Lágrimas sinceras. “La escena en la que Daniel llora por el pijama fue más dura para nosotros que para él. Estaba incómodo porque tenía que hacer algo que no quería, no ser cariñoso con James, no le gustaba tener que enfrentarse con él y empezó a llorar. El problema fue que él lloraba, pero James también y yo estaba en otro cuarto escondido y le pedía a James que dijera su diálogo pero no podía porque estaba muy involucrado con las emociones”.

-El momento más feliz. “La secuencia en el parque de atracciones fue muy bonita porque fue casi el único momento donde les dejé que hicieran lo que quisieran y allí Daniel no está actuando, se está divirtiendo. Era muy importante que ambos tuvieran unos instantes así, que fuera un recuerdo hermoso, aunque fuera simple, pero era una satisfacción ver la felicidad de Daniel”. 

La escena en el parque de atracciones fue en la que más se divirtieron.

La escena en el parque de atracciones fue en la que más se divirtieron. / SHERLOCK FILMS

-Evitando el melodrama. “No quise mostrar al personaje de James moribundo porque quería hacer una película liviana, ligera, muy reposada, lejos del melodrama, más el retrato de un amor que un drama. Otro director quizás hubiera hecho algo más fuerte pero a mí me pareció que el único tono posible en lenguaje cinematográfico era hacerla minimalista. Que hubiera menos actuación, menos música, menos trabajo de cámara, sin dirigirla, sin autor, como si fuera un pequeño documental. Como director con la película hice como el padre con el hijo, que trata de protegerlo de la realidad. Compartirlo del modo más sencillo y delicado posible con el público y contarle esta situación con tonalidades muy finas, no empujar las emociones o manipularlas, sino dejar espacio para que el espectador entre en la historia con naturalidad, cada uno con su propio tiempo y buscando la conexión individual”.

-Amigos para siempre. “Tanto James como yo seguimos manteniendo el contacto con Daniel. Con James charlan todas las semanas, se envían fotos y videos, los tres somos amigos. Tras el rodaje nos quedó el cariño, la amistad. Mucha gente me pregunta si James y Daniel son padre e hijo en la realidad, porque te los crees”.

Tanto el director como el protagonista siguen manteniendo el contacto con Daniel.

Tanto el director como el protagonista siguen manteniendo el contacto con Daniel. / PETER MARLEY