Crítica de música

Insectos y fábulas en el Mercat de Vic

La muestra soñó con la normalidad en una primera jornada en la que destacaron la electrónica con vistas al bosque de Jansky y el destilado pop de El Petit de Cal Eril, estrenando su sexto álbum, ‘N.S.C.A.L.H.’

Laia Mallo, en el concierto de Jansky en el Mercat de Vic

Laia Mallo, en el concierto de Jansky en el Mercat de Vic / Clara Orozco

Jordi Bianciotto

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La ilusión por el regreso a la normalidad se respira estos días en un Mercat de Música Viva de Vic todavía envuelto en restricciones pandémicas pero que recupera una buena parte de los conciertos presenciales minimizados en la torturada edición de 2020. Una sesentena de actuaciones y la tradicional ágora de profesionales visten una 33ª edición encaminada a “abrir ventanas y puertas, y recuperar el estado de ánimo”, suspiró este miércoles el director artístico Marc Lloret en la sesión inaugural del teatro L’Atlàntida.

Tras pedirnos a todos que tuviéramos las “mentes abiertas” ante lo que estaba por venir, entró en acción el dúo electro-poético Jansky con una de las inauguraciones más aventuradas que se recuerdan en el Mercat: un diálogo tecnológico-orgánico en honor al insecto, asentado en la grabación del sonido de cigarras, saltamontes, abejas y otras variantes invertebradas en el campo mallorquín. Para ello, la poeta Laia Mallo lució como una libélula de desplegables alas verdosas y el músico-ambientólogo Jaume Reus optó por un siniestro modelo negro.

Sexo en el bosque

Escenografía de fantasía, con motivos vegetales, y una lámina sonora minimalista, solapada con el sordo rumor de la minúscula fauna del bosque, dando paso a la voz de Mallo en un paisajismo ensoñador, en roce con los mundos de Laurie Anderson o la última Björk. Los bucólicos toques de flauta de Reus y la entrada del ritmo, tendente a los graves, abrieron nuevas dinámicas en ‘Phanero sibylla’ y en la tribal ‘Cardar i cantar’, canción ya publicada (adelanto del álbum ‘Insectasynth’) donde la pareja viene a decir que los humanos no somos tan diferentes de los grillos en nuestros impulsos hacia el sexo y las canciones. La “propuesta extraña de insectos que hacen música” (así la presentó Laia Mallo) fue distinguida la pasada primavera por la BBC en sus premios Sound of the Year.

Actuación de El Petit de Cal Eril en el Mercat de Vic

Actuación de El Petit de Cal Eril en el Mercat de Vic / Clara Orozco

El otro gran foco de atención de la jornada, el estreno de ‘N.S.C.A.L.H.’, de El Petit de Cal Eril, refrendó el estado de gracia de Joan Pons y compañía, músicos que siguen sacando punta a su sonido propio y distintivo, una arquitectura pop que conjuga el misterio y la línea clara. Canciones de estreno como ‘Les hores’, ‘Non tornerai’ o ‘Ara o mai’, con sus fábulas sobre la historia y el destino de la humanidad, bien entrelazadas con repescas de ‘Pols’ o ‘Sento’, reinaron manejando guitarras minuciosas y cenefas de sintetizador, en diálogo con los ‘leds’ geométricos de la sugerente puesta en escena. La pieza final, ‘No sabràs com acabarà la història’, dejó abierta la evolución de este grupo referencial del moderno pop catalán.

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