'Rentrée' teatral

Cuenta atrás para el musical 'Cantado bajo la lluvia'

Iván Labanda, emulando a Gene Kelly, Diana Roig, Ricky Mata y Mireia Portas lideran el reparto del musical que levantará el telón del Tívoli el próximo día 15

Àngel Llàcer y Manu Guix dirigen este nuevo proyecto basado en un clásico de Hollywood

'Cantando bajo la lluvia' primer ensayo en el Tívoli

'Cantando bajo la lluvia' primer ensayo en el Tívoli / ALVARO MONGE

Marta Cervera

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“¿Estamos todos preparados, podemos empezar?”, pregunta Àngel Llàcer micro en mano y silbato colgando para controlar al numeroso equipo de personas de 'Cantando bajo la lluvia'. Asistimos a uno de los primeros ensayos en el Tívoli con todo el equipo del nuevo musical que ultima Nostromo Live. El director de escena y Manu Guix, eterno aliado como director musical, como ya hicieran en anteriores producciones como 'La tienda de los horrores' y 'La jaula de las locas', plasmarán en directo una pieza que muchos recuerdan como película. Pero 'Cantando bajo la lluvia' es uno de los grandes clásicos del cine, con números míticos como el que da título al filme estrenado en 1952.

Los protagonistas del montaje han trabajado en las últimas creaciones de Llàcer & Guix. Iván Labanda encarna al ídolo del cine mudo Don Lockwood y bailará bajo una lluvia de un agua (caliente) a partir del 15 de septiembre, cuando levante el telón. Se han preparado unas piscinas especiales bajo el escenario para recuperarla, filtrarla y reutilizarla. Labanda está delgadísimo. Y no es extraño pues lleva meses machacándose con clases de claqué y jazz para emular a Gene Kelly, bailarín protagonista y director del filme junto a Stanley Donen. Miryam Benedited, responsable de la coreografía, ha sido implacable. "Ahora empezamos a disfrutar de todo el trabajo realizado, pero físicamente es muy exigente", afirma el actor. "Lo más duro han sido las coreografías. Ha habido momentos de auténtico triatlón. ¡Hasta saltaron las alarmas de mi reloj porque se dispararon mis pulsaciones!".

Los primeros ensayos en el teatro, sin vestuario, sirven para encajar todo el trabajo realizado durante julio y agosto. Son 25 personas en escena, más 10 músicos, sin contar a los que no se ve entre bambalinas. Con determinación y tratando de no desesperarse, Llàcer va apuntando cosas. “A ver, los aplausos han de venir antes de que se cierre el telón”, explica a los actores que aplaudían desde los palcos como si fueran espectadores que asisten a uno de los primeros pases de un filme con imagen y sonido en el glamuroso Hollywood de los años 20.

Homenaje al cine

Para los actores protagonistas encarnar números míticos como 'Make’ em laugh', 'Good morning', 'Singin’ in the rain' y 'Moses suposes' es un sueño, y también un enorme reto. La historia, que es también un homenaje al séptimo arte, narra una historia de amor ambientada en la época en que el cine mudo fue pisoteado por el hablado. La parte romántica la sostienen Don Lockwod, popular galán del cine mudo, y la joven aspirante a actriz Kathy Selden, una mujer con ideas propias y talento a la que da vida Diana Roig. "Me identifico mucho con el personaje", confiesa la intérprete. La parte más cómica recae en Lina Lamont (Mireia Portas), una famosa estrella del cine mudo incapaz de adaptarse a la nueva era ante sus limitaciones a la hora de hablar. El otro personaje cómico es Cosmo Brown (Ricky Mata), el amigo de Don. “El musical tiene más ritmo. Hemos cambiado el orden de algunas escenas pero esta versión es muy fiel”, señala Llàcer, que ha optado por mezclar canciones en castellano e inglés en el espectáculo. "Solo hemos doblado aquellas que aportan algo al desarrollo de la trama", apunta el director.

Y aclara, por cierto, que nadie se libró del 'casting', ni siquiera los colaboradores habituales que han copado los roles principales. Y no se lo puso fácil. Según Mata, que hizo de criado en ‘La jaula de las locas’: "Mi prueba consistía en hacer 'Make' em laugh', que es un número muy exigente con un minuto hablado y tres de improvisación donde tenía que hacer reír". El día del ensayo tocó la parte final en la que triunfa el amor y la verdad.