ESTRENOS DE LA SEMANA

'Summer of Soul', el 'Woodstock negro' recuperado

Questlove, batería y colíder de The Roots, debuta en la dirección con un documental basado en metraje inédito del Harlem Cultural Festival de 1969

El videógrafo Hal Tulchin había tratado en vano de levantar algún proyecto a partir de estas gloriosas actuaciones de Stevie Wonder, The 5th Dimension, Sly & The Family Stone o Nina Simone

'Summer of soul', el 'Woodstock negro' recuperado

'Summer of soul', el 'Woodstock negro' recuperado / Mass Distraction Media

Juan Manuel Freire

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La próxima semana llega a HBO 'Woodstock 99: Paz, amor y furia', primer documental sobre el segundo intento (acabado en fiasco) de actualizar y emular la gran cita hippie de 1969. De aquella surgieron ya un puñado de películas, entre ellas el icónico documental 'Woodstock' o la ficcional 'Destino: Woodstock', comedia sobre los orígenes del festival firmada por Ang Lee. 

¿Y del llamado 'Woodstock negro', es decir, el Harlem Cultural Festival, celebrado también en verano de 1969? ¿Cuántas películas se han producido? Tan solo una (y se estrena en salas este viernes, medio siglo después del evento; el viernes, día 30, en Disney+): 'Summer of soul', grandiosa película de concierto desdoblada en historia cultural, social y musical. Es el debut en la dirección de Amir Thompson, alias Questlove, batería y colíder del grupo hip hop The Roots (el que acompaña a Jimmy Fallon en su 'late-night' desde 2009), además de reputado DJ, escritor, periodista musical o profesor universitario. 

Reconocida con el Gran Premio del Jurado y el Premio del Público en el apartado de no ficción de Sundance, 'Summer of soul' es una invitación a (re)descubrir el evento organizado por el promotor Tony Lawrence para celebrar los sonidos y las culturas de Harlem: uno de los primeros festivales de (esencialmente) música negra, capturado para la posteridad por el videógrafo Hal Tulchin en pesadas bobinas de dos pulgadas. Parte del metraje llegó a verse en la tele local, pero la mayoría quedó olvidado y fue ignorado sistemáticamente durante décadas, a pesar de los intentos de Tulchin por mostrarlo al mundo en las mejores condiciones. 

A lo largo de seis fines de semanas consecutivos, más de 300.000 personas se congregaron en el Mount Morris (ahora Marcus Garvey) Park para disfrutar de "un perfecto equilibrio de música soul, free jazz, salsa y más", en definición de Questlove en rueda de prensa virtual. Alguna de esas personas se encaramó a un árbol para ver mejor. David Ruffin, recién salido de los Temptations, hace un guiño al escalador cuando llega a la palabra 'tree' ('árbol') en el hit 'My girl'. Además de Ruffin, pasaron por el festival, y pasean ahora por la pantalla, Stevie Wonder, The 5th Dimension, Sly & The Family Stone, Nina Simone, Gladys Knight & The Pips o B.B. King, el artista con el que Thompson, según nos cuenta, más habría disfrutado tocando la batería en 1969.

Como una perfecta sesión de 'dj'

En total había conservadas, casi todas en perfecto estado, unas cuarenta horas de metraje, de las que Questlove extrajo inicialmente entre un 10 y un 15%. Su experiencia como 'dj' le ayudó a organizar el material y contar una historia con él. "Para empezar, durante cinco meses no vi otra cosa las 24 horas, sin importar dónde me encontrara, si en casa o fuera. Si algo me ponía la piel de gallina, tomaba alguna nota. Pensé que si conseguía treinta cosas que me pusieran la piel de gallina, tendría una base”. La primera versión era de tres horas y treinta cinco minutos; la última, de algo menos de dos horas. Questlove aprendió, dice, "el poder del montaje", o, en otras palabras, que "menos es más, menos impacta de verdad". 

Sobre todo, impacta comprobar cómo la música era para tantos afroamericanos prácticamente una terapia. Buena manera de exorcizar, desde encima o debajo del escenario, la ansiedad y la rabia resultantes del todavía reciente (fue el año anterior) asesinato de Martin Luther King Jr. "Salen artistas actuando de forma salvaje, y yo quería que la gente supiera que eso, ante todo, era una cuestión terapéutica. Podía ser un cantante góspel el que capturase el espíritu. O Sonny Sharrock sacando uno de esos gruñidos atonales, destructivos y violentos a su guitarra. Lo que es raro, porque un año rechazaron a Jimi Hendrix. Es el único que pidió tocar aquí y fue rechazado. Pero, de algún modo, Sonny Sharrock logró entrar". 

Demasiado bello para ser real

A las imágenes pretéritas se unen fragmentos de noticiarios de la época y entrevistas con músicos supervivientes o asistentes al evento. Entre los primeros, Billy Davis y Marilyn McCoo, de los muy pop 5th Dimension, que se emocionan recuperando la experiencia. "Recuerdo que le dije a Billy: 'No te había oído nunca usar tu registro góspel'. Ellos se abrieron y me dijeron: 'Estábamos cómodos y entusiasmados por estar ahí. No era como la presión de estar en 'The Ed Sullivan Show' o 'Tonight Starring Jack Paar'". Entonces me di cuenta: 'Oh, así que la gente negra debía cambiar de código todo el tiempo'. No solo en la oficina, también como artistas. Lo entendía perfectamente. Soy un tío que ha de ajustar su concierto según con quien actúe. Si giramos con Beck, debemos hacer el show de cierto modo. Si estamos con Wu-Tang Clan, de este otro modo. Si es System Of A Down, otro modo. Esa era su forma de decirme que ellos también pasaron por esa clase de presiones". 

Entre los miembros del público, toca la fibra el productor y guionista Musa Jackson, quien solo tenía cuatro años por entonces y tenía el festival como primer recuerdo de su vida. "Cuando le enseñamos el metraje, empezaron a caerle lágrimas, porque no sabía si lo había soñado todo aquello y si alguna vez alguien le había creído", cuenta Thompson. Demasiado bello para ser real. 

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