Cita musical en el Fòrum

El Cruïlla ve en su modelo de tests la “solución a la pandemia”

El festival cierra este sábado noche sus puertas tras cribar a 50.000 asistentes en tres días y registrar 285 positivos, con una tercera jornada dominada por el rock de Coque Malla y Leiva, el reggae de Iseo & Dodosound y la rumba de Joan Garriga i el Mariatxi Galàctic

Coque Malla, en su actuación en el Festival Cruïlla

Coque Malla, en su actuación en el Festival Cruïlla / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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El Cruïlla cierra esta sábado noche sus puertas dejando atrás la experiencia inédita de un protocolo sanitario, el cribaje de unas 50.000 personas en tres días, que para el festival marca el camino a “la solución a la pandemia”. El total de positivos detectados (285, este sábado a las 21.00 horas, del total de 46.199 tests realizados hasta esa hora) han prevenido, según el director, Jordi Herreruela, “entre 2.500 y 3.500 casos de covid-19”, lo cual demuestra a su juicio que el festival es un “elemento de reducción de la propagación del virus”.

El repunte de la pandemia causó estos días que la venta de entradas se frenara y que cierto número de compradores (unos 3.000 el viernes, según fuentes del festival) se quedara en casa, ya fuera por haber caído enferma o por prevención. Por eso, las cifras de asistencia quedaron algo por debajo de lo que se esperaba: si bien el aforo estaba dispuesto para 25.000 personas, el jueves asistieron 12.905; el viernes, 18.384 y el sábado se esperaba que la cifra oscilara de nuevo entre las 18.000 y las 19.000

Más jóvenes, más positivos

La tasa de positivos fue del 1% el jueves, un 0,5% el viernes, y un 0,35% el sábado (a las 19.20 horas). Reducción que la muestra atribuye al aumento progresivo de la edad media de los asistentes de un día a otro (el jueves dominaron el hip-hop y la música urbana) y a que a medida que avanza el cribaje se van retirando de la circulación los asistentes infectados que iban a repetir porque disponían de un abono para dos o tres días. La franja con más positivos fue la menor de 25 años, el 38% de los casos.

Respecto al uso de la mascarilla, Herreruela aseguró que el grado de cumplimiento de la norma fue del 70%, si bien apuntó a la “confusión general, fuera del Cruïlla, que no ayudaba”, tras el fin de la obligatoriedad al aire libre. El director del festival fue rotundo al afirmar que “ninguna de las cinco olas del covid-19 la ha causado la música en directo”, y añadió: “No somos culpables, aunque se nos ha señalado”. 

De la rumba al rock

La jornada del sábado registró un baja, y llovió sobre mojado: Xoel López cayó por “motivos médicos”, tras ocupar a última hora la plaza del también descartado Tom Walker, este por problemas de visado. La tarde transcurrió entre la alentadora rumba de Joan Garriga i el Mariatxi Galàctic, el reggae-dub de Iseo & Dodosound y el vigoroso rock de autor de Coque Malla, rumbo a reclamos como Leiva y Morcheeba.

En la noche del viernes, festín rockero de Sopa de Cabra, celebrando el 30º aniversario de su álbum ‘Ben endins’, con un recuerdo para el llorado Joan Cardona, Ninyín, en el himno erótico-festivo ‘El sexo’. En contraste, el pop eufórico y melancólico, todo a la vez, de La Casa Azul, estrenando ‘Entra en mi vida’, ahondando en el álbum ‘La gran esfera’ y colando el estribillo de ‘Rumore’, en honor a Raffaella Carrà, en ‘La revolución sexual’, para delirio, celebración y danza del público reunido en el Fòrum.