SABOR BRITÁNICO

William Boyd: "Cuando acabe la pandemia apreciaremos la magnitud de la tragedia del 'brexit'"

El popular escritor inglés publica 'Trío', una novela sobre el Reino Unido a finales de los 60, al tiempo que prepara un musical con Jorge Drexler

LANZAMIENTO DE LA ÚLTIMA ENTREGA DE JAMES BOND

LANZAMIENTO DE LA ÚLTIMA ENTREGA DE JAMES BOND / ANDY RAIN

Elena Hevia

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Miembro de aquella mítica hornada de jóvenes autores británicos que despuntaron en los 80 con la bendición de la revista ‘Granta’, al británico William Boyd (Ghana, 1952) nunca le ha importado mucho si se coronaba o no como el mejor o el más original novelista de su generación. No acabó de sentirse cómodo en las filas de Ian McEwan, Julian Barnes y Martin Amis que competían entre sí, hasta que Kazuo Ishiguro los adelantó a todos llevándose limpiamente el Nobel. Lo de Boyd es seguir la vieja tradición inglesa de Graham Greene o de Somerset Maugham, a la vez que facturaba novela amenas y populares pero siempre muy elegantes que han propiciado no pocas adaptaciones al cine. Boyd se ha dedicado con éxito a la narrativa, el teatro y los guiones cinematográficos y televisivos. De ahí que su décimosexta novela’, 'Trío' (Alfaguara) esté ambientada en el mundo de la industria cinematográfica en el año trascendental de 1968. De este libro y de un curioso proyecto que arrastra desde hace dos años -el libreto de un musical que realizará con Jorge Drexler- hablamos en esta entrevista 

“1968 fue un año que lo cambió todo -explica el autor vía zoom desde su aparentemente caótica mesa de trabajo en su domicilio londinense rodeado de libros de los que solo él conoce el orden secreto-. He escrito mucho sobre esa década pero me interesaba hablar de ese año en concreto porque el mundo atravesaba una crisis generalizada similar a la que estamos viviendo hoy: la CIA desestabilizaba Latinoamérica, en Estados Unidos mataban a Martin Luther King y Kennedy con el trasfondo de la guerra de Vietnam, en Francia y Alemania estallaban revoluciones sociales y la URSS invadía Checoslovaquia”. Lo curioso, lo sorprendente es que en Gran Bretaña iban a lo suyo, como si vivieran en una comedia amable y de moda, alegremente pop pero también provincianos, ignorando el desastre económico y social que en unos pocos años se les iba a echar encima. Un tiempo del que el punk acabó levantando acta.  

Felices con ellos mismos

“Un periodista del ‘New York Times’ que visitó Londres por entonces escribió que nunca había visto una desconexión tan gigantesca entre la población de un lugar, donde la gente se lo pasaba bomba, y el resto del mundo. Vivíamos en una burbuja”. Una desconexión en la que hoy es fácil establecer un paralelismo con el Brexit: “la pandemia de momento no nos ha dejado ver las consecuencias de habernos separado de Europa, pero cuando todo esto pase y las fantasías de los políticos se diluyan se podrá apreciar la magnitud de la tragedia”. 

En la novela, Boyd entrelaza las vidas del terceto titular: un productor, una novelista y una actriz embarcados en el rodaje de una de aquellas comedias extravagantes y divertidas –“estúpidas”, puntualiza el autor- por entonces de moda. Películas con títulos locos y largos como ‘El 'knack' y cómo conseguirlo’. La que el autor imagina en su novela se rueda en Brighton, el lugar donde años más tarde se situaría la acción de ‘Quadrophenia’. “Hay una novela de Graham Greene, ‘Brighton Rock’, que puso el viejo balneario en el mapa literario , pero el lugar, antes de que Greene lo utilizara se había ganado la fama de Las Vegas británica. Si alguien quiere vivir una aventura amorosa secreta ese es el sitio idóneo”. 

Un musical en Londres

Bajo esa apariencia frívola y brillante, el autor esconde en su novela un trasfondo dramático y torturado para cada uno de los personajes: “Decía Chéjov que lo más importante de nuestra vida lo vivimos en secreto. Así que en el fondo lo que los personajes deben decidir es si merece la pena vivir y qué deben hacer respecto a su infelicidad. Una forma de encarar eso es aprovechar los placeres más pequeños”.

Respecto al futuro hay algo novedoso que le hace particular ilusión al autor, convertir uno de sus relatos en un musical y para eso cuenta con un músico que es a la vez un excelente lector. “Con Jorge Drexler hemos conectado a la perfección. Pero tanto él como yo estamos muy ocupados y la pandemia ha paralizado el proyecto al mismo tiempo que los teatros de Londres han cerrado sus puertas. Pero en fin, confío en que todo esto pase y reemprendamos el trabajo muy pronto”. 

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