Crítica de cine

Crítica cine de 'Sueños de una escritora en Nueva York': El guardián entre el centeno

Relata la relación, básicamente telefónica, que una joven aspirante a escritora, Joanna Rakoff, mantuvo con Salinger en los años 90

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Sueños de una escritora en Nueva York'

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Sueños de una escritora en Nueva York'. /

Quim Casas

Quim Casas

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La influencia de 'El guardián entre el centeno', escrita por J. D. Salinger en 1951, es notoria. Resulta difícil rastrear en el panorama literario del siglo XX una obra que haya dado tanto juego. Y así llegamos hasta esta película que relata la relación, básicamente telefónica, que una joven aspirante a escritora, Joanna Rakoff, mantuvo con Salinger en los años 90, cuando trabajó como secretaria en la agencia literaria que le representaba.

El modelo argumental vuelve a ser, como punto de partida, el de 'El diablo viste de Prada', ya utilizado en 'Cruella': las fricciones y enfrentamientos, finalmente canalizados en positivo, entre la joven Joanna y la veterana directora de la agencia. Pero aquí la sombra de Salinger gana un peso considerable: quiere editar un antiguo cuento que publicó en los años 60, y es esta anécdota la que viste la película más allá de la relación casi de amor/odio entre la secretaria y la editora.

El filme tiene una apariencia demasiado pulcra, algo habitual, cuando se trata de películas sobre escritores, agentes y editores. A los vaivenes sentimentales de las dos protagonistas quizá se les podría haber sacado más de partido. Está bien que Salinger no sea nunca visible, reforzando la apariencia enigmática que siempre cultivó. Sus conversaciones por teléfono con Joanna o la escena en la que le vislumbra en su encuentro con el editor son lo mejor de la película.