Los discos de la semana

Crítica de 'Mayéutica', de Robe Iniesta: elogio de lo primario

El cantante entrega a sus fans, desconcertados por la suspensión de la gira de Extremoduro, un álbum conceptual con fondo filosófico en el que acorta distancias con la sonoridad rockera de la banda

Los nuevos álbumes de Tony Joe White, Fred Hersch, Espanto y Sufjan Stevens, reseñados también

BARCELONA  12 06 2017 Festival Guitar BCN  Concierto de ROBE en el Palau de la Musica  Roberto Iniesta cantante de Extremoduro  FOTO FERRAN SENDRA

BARCELONA 12 06 2017 Festival Guitar BCN Concierto de ROBE en el Palau de la Musica Roberto Iniesta cantante de Extremoduro FOTO FERRAN SENDRA / FERRAN SENDRA

Rafael Tapounet
Jordi Bianciotto
Roger Roca
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DISCO DE LA SEMANA

Bonito lío el que ha organizado Robe Iniesta al cancelar la gira de despedida de Extremoduro sin contrastar su decisión ni con Live Nation ni con su colega de banda, Iñaki Antón. Suspensión que ambas partes tachan de “unilateral”, mientras la promotora dice haber reprogramado todas las fechas para 2022, si bien no puede anunciarlas “sin la conformidad de Robe”. Enrevesada situación, con 300.000 entradas en juego, que sus compradores no saben si devolver o conservar, de la que se desprende una idea clara: Robe va a su bola y su orden de prioridades lo encabeza su carrera en solitario, cuya nueva entrega, ‘Mayéutica’, paradójicamente mira hacia Extremoduro sin ser Extremoduro.

Es su tercer álbum a su nombre y el que más se acerca a la sonoridad del grupo madre. Si en los anteriores rebajaba la estridencia eléctrica a favor de los arreglos de violín y de metales, y los reflejos del rock andaluz más lírico de los 70, en este tiende a la simbiosis entre ese imaginario y la catarsis de Extremoduro. Robe lo presenta como una continuación de ‘La ley innata’ (2008), lo cual se advierte desde el primer tema, ese ‘Interludio’ que retoma el ‘leitmotiv’ melódico de aquella ‘Dulce introducción al caos’.

La ley de Sócrates

Si ‘La ley innata’ invocaba a Cicerón, y su igualación de los humanos con las bestias puenteando la educación, en ‘Mayéutica’el referente es Sócrates y su método a través del cual el maestro induce el conocimiento al discípulo tan solo haciéndole preguntas y despertando sus pulsiones latentes. Dos maneras de decir lo mismo y que apuntan al enaltecimiento del instinto como símbolo de pureza. Robe lo persigue y lo celebra a lo largo de este disco serpenteante, que habla de trascender límites, reencontrar estímulos primarios y celebrar el amor como principio y fin.

Tremendo río narrativo que, como ‘La ley innata’, presenta cuatro movimientos sin pausas. Robe comienza vislumbrando el camino entre violines encrespados y guitarras redobladas (nuevo fichaje, Woody Amores, de Sínkope). Señaliza luego un punto y aparte con su declaración de “volver a lo primario”, que estalla en un estribillo asilvestrado con original deriva ‘funky’. El tercer y cuarto movimiento, los más largos, sirven el ‘tour de force’ a la plenitud metafísica entre aceleraciones vertiginosas, resoplidos de órgano Hammond y aparato sinfónico, con el trazo de violín imprimiendo carácter y la voz aguda de Lorenzo González dando profundidad.

Álbum denso y ultramontano de un Robe solista al que vemos, ahora sí, como continuador de Extremoduro y no tanto como vehículo paralelo o de entretiempo. ‘Mayéutica’ es interiorista y épico a la vez, contiene las claves sónicas y textuales precisas para volver a excitar a los fans del grupo, y desliza un final abierto, en ‘Coda feliz’, que solo él sabe adónde puede conducir. Jordi Bianciotto

Otros discos reseñados

A partir de un puñado de grabaciones caseras que el siempre reivindicable cantautor de Louisiana dejó en un cajón a su muerte, en 2018, Dan Auerbach (The Black Keys) ha armado un elepé de sorprendente opulencia sonora en el que destaca la presencia de legendarios músicos de sesión de Nashville (ahí está el octogenario Bobby Wood, el pianista favorito de Elvis Presley) y en el que los números de aliento más pantanoso y producción más cruda (‘Boot Money’, ‘Scary Stories’, ‘Bubba Jones’) brillan por encima del conjunto. Rafael Tapounet 

El artista de Detroit, proclive a los retos al por mayor, responde a la muerte de su padre con cinco discos instrumentales (digitales, el físico en vinilo llegará el 20 de agosto), esto es, 49 piezas asociadas a las estaciones del duelo. Aunque floten los espectros de ‘Carrie & Lowell’, esto es mucho más derivativo y ambiental. Oleajes sónicos a cámara lenta, minimalistas y con ecos mágicos, evocan el aura de la figura ausente con intenciones sanadoras. Para administrar con moderación. J. B.

Maestro de maestros -mentor de Brad Mehldau, entre otros-, el pianista Fred Hersch, como tantos otros, se refugió en la música durante los meses más duros del confinamiento. Encerrado en casa, grabó una docena de piezas -originales, clásico del pop, estándares- que dan forma a un disco sereno, espacioso y sofisticado pero nunca ostentoso. Sus melancólicas Solitude (Duke Ellington) y Wichita Lineman (Jimmy Webb) son compañía inmejorable para días en los que parece que todo va cuesta arriba. Roger Roca

Hay en España decenas de grupos con las mismas intenciones que Espanto (esa mirada entre mordaz y tierna a la realidad circundante en clave de pop de sintetizador), pero ninguno iguala en refinamiento al dúo riojano a la hora de combinar el ingenio afilado con la puntería melódica. Aquí brindan un paseo por un paisaje urbano en el que cohabitan la mala leche (‘Fotos con las autoridades’), la fantasía escapista (‘Ragazzi i noi’, con su italiano de camelo) y el homenaje, inspiradísimo, a las eternas Vainica Doble (‘La estatua’). R. T.

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