Iniciativa del consitorio

Los derechos culturales de los barceloneses: el Canòdrom, epicentro digital de la ciudad

El antiguo espacio de carreras de galgos será el centro de la propuesta de cultura online municipal, con becas para artistas y programas culturales y de formación

La capital catalana impulsa una plataforma virtual para que los creadores compartan sus creaciones pero puedan cobrar por ellas

Barcelona 28 04 2021 Icult CANODROM  Hall d entrada  Nou pla cultural de Barcelona  Aula Projectes Residents  AUTOR  JORDI OTIX

Barcelona 28 04 2021 Icult CANODROM Hall d entrada Nou pla cultural de Barcelona Aula Projectes Residents AUTOR JORDI OTIX / Jordi Otix

Carmen Jané

Carmen Jané

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La cara digital de la cultura es una de las nueve líneas del plan de derechos culturales del Ayuntamiento de Barcelona. Tiene un sello muy ‘comuns’ de empoderar a la ciudadanía y de destacar el discurso crítico sobre la tecnología, primando la participación y el software libre, como ejemplo de herramienta construida para la comunidad y no para el lucro.

El eje del programa se centra en el espacio del Canòdrom, recuperado para la ciudadanía tras unos años de gestión cedida al hub Península y centrado en vivero y coworking para las start-ups de videojuegos e innovación. Ahora, con la programación pública recuperada (aunque con programación encargada al colectivo Colectic), el antiguo recinto de carreras de galgos quiere repartir juego entre barceloneses y visitantes culturales y apostar por ser un "laboratorio ciudadano de innovación" similar al que fue en Madrid el MediaLab Prado, antes de la gestión (y desmontaje) por parte de la barcelonesa Andrea Levy como concejala de Cultura. Un espacio donde confluyan diseño, cultura digital y multimedia, en actividades de formación, residencia de artistas e incubadora de proyectos. 

La propuesta del área de Cultura en el área digital, ahora en manos de la dirección de Innovació Democràtica, bordea con tres proyectos de Ciudad Digital (dependiente del área de Economía): el ya consolidadísimo Cibernàrium (que depende del área económica del consistorio) -para el que será una 'antena' centrada en software libre y derechos digitales-; la red de Ateneus de Fabricació Digital -que exploran todo el mundo de la fabricación digital, incluida la impresión 3D- al presentarse como un "ateneo de innovación digital y democrática", y la iniciativa Open Data. Y también roza con Educación, por sus proyectos con escuelas.

"Hay una voluntad de abrir el Canòdrom a la ciudad como un espacio de innovación digital en la línea del MediaLab del MIT o el MediaLab Prado de Madrid, y consolidarlo como equipamiento de ciudad a nivel internacional, con un programa formativo y una actividad pública", afirma Arnau Monterde, director de Innovación Democrática del Ayuntamiento de Barcelona y responsable del proyecto del Canòdrom y de la plataforma virtual Decidim. 

Talleres abiertos

El Canòdrom acaba de abrir un programa de nueve "residencias" (becas) para investigadores, creadores y empresas culturales y tecnológicas para que la innovación se beneficie del intercambio personal. También hay dos aulas equipadas, en las que se dará formación tecnológica a varios niveles, desde alfabetización a programación avanzada, siempre de software libre, y tendrá una propuesta de actividades culturales digitales, en el escenario de las Grades Obertes (las antiguas gradas para ver las carreras), desde talleres de Wikipedia hasta seminarios. Este miércoles está programado en formato virtual 'Vector post/trans/humanismo', dirigido por Antonio Calleja-López, sobre la relación entre tecnología y humanismo.

"Queremos abrir las actividades a la ciudadanía, pero ahora mismo estamos en manos del Procicat", señala Monterde, que tiene preparados seminarios sobre voto electrónico, podcasting, derechos digitales, la desinformación o algo mucho más mundano, como cómo buscar trabajo. Pero ya piensan en acoger actos de las bienales de Ciència o Pensament, y de unas jornadas, este otoño, sobre la plataforma Decidim, uno de los grandes éxitos tecnológicos de Barcelona, que acaba de ser adoptada por la Unión Europea como lugar de encuentro virtual en su Conferencia sobre el Futuro de Europa, que acaba de arrancar y se celebrará online todo este año.

En esta línea, el proyecto de futuro es la creación de una plataforma tecnológica que permita a los artistas de la ciudad difundir su obra de modo virtual pero cobrando entrada y garantizando los derechos de autor, en el formato que sea. Que una cosa es compartir y otra no comer.

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