Los premios de Hollywood

Anthony Hopkins: el segundo Oscar de un actor regular y elogiado

Casi tres décadas después de ganar su primera estatuilla al mejor actor en 1992 por su escalofriante interpretación de un asesino en serie en 'El silencio de los corderos', de Jonathan Demme, vuelve a ganar el premio por encarnar a un anciano que se hunde en la demencia en 'El padre'

Anthony Hopkins gana el Oscar al mejor actor por 'The Father'

Anthony Hopkins gana el Oscar al mejor actor por 'The Father'. /

Quim Casas

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Anthony Hopkins, nacido en 1937 en la ciudad galesa de Port Talbot, ganó el Oscar en 1992, en su primera nominación, por ‘El silencio de los corderos’. Compitió en otras dos ocasiones más -‘Lo que queda del día’ y ‘Nixon’- y en otras dos en la categoría de actor de reparto -‘Amistad’ y ‘Los dos papas’-. Tres décadas después ha vuelto a alzarse con la estatuilla dorada por su trabajo en ‘El padre’, bien distinto a su cometido como el sádico y refinado asesino en serie Hannibal Lecter, aunque también ungido de esa interiorización de los personajes más enfebrecidos que Hopkins hace como nadie: en ‘El padre’ encarna a un hombre mayor enfermo de alzhéimer.

No lo tuvo inicialmente fácil. Años y años de picar piedra con cometidos secundarios en títulos como ‘El león en invierno’, un ‘Hamlet’ de Tony Richardson, la adaptación de John le Carrè ‘El espejo de los espías’, ‘El joven Winston’, ‘El enigma se llama Juggernaut’ y mucha televisión y teatro (avalado por Laurence Olivier). Un cierto prestigio alcanzado, pero sin salir del territorio británico. Una de sus primeras películas estadounidenses, ‘Las dos vidas de Audrey Rose’ (1977), le haría entrar en contacto con el thriller escabroso al que después sacaría tan buen rédito encarnando a Lecter en tres películas.

Desde entonces, Hopkins se convertiría en uno de los actores más regulares del cine anglosajón. En su filmografía abundan los papeles relevantes, o menos interesantes sobre el papel, a los que ofrece una dimensión dramática de considerable peso sea en calidad de héroe o de villano. Podríamos citar al ventrílocuo enloquecido de ‘Magic-El muñeco diabólico’, al médico humanista encargado del ser enfermo de elefantiasis de ‘El hombre elefante’, el déspota capitán de La Bounty en ‘Motín a bordo’, al profesor Van Helsing del ‘Drácula’ de Francis Ford Coppola, al novelista C. S. Lewis -autor de ‘Las crónicas de Narnia’- de ‘Tierra de penumbra’, al mayordomo modélico de ‘Lo que queda del día’,al presidente Nixon del filme homónimo o al manipulador profesor de ‘La mancha humana’, según la obra de Philip Roth.

Su forma de interpretar se ha adecuado tanto al compulsivo Oliver Stone, que le dirigió en ‘Nixon’ y ‘Alejandro Magno’, como al cómico-costumbrista Woody Allen en ‘Conocerás al hombre de tus sueños’, donde acometió uno de sus personajes más irónicos. Ha participado en las tres superproducciones Marvel centradas en el personaje mitológico de Thor, haciendo ni más ni menos que de Odín, y en ambiciosas series de televisión como ‘Westworld’, en el papel del propietario del parque temático futurista. No le ha temblado el pulso cuando han pensado en él para dar vida a destacados personajes reales: el citado Richard Nixon, el papá Benedicto XVI en ‘Los dos papas’ o el cineasta Alfred Hitchcock en ‘Hitchcock’, recreación del rodaje de ‘Psicosis’.

Los Globos de Oro le han sido esquivos: ocho nominaciones y ningún premio más allá del especial por toda su carrera concedido en 2006. Pero ya tiene dos Oscar.