Premios de Hollywood

El aullido de Frances McDormand tras ganar su tercer Oscar por 'Nomadland'

La protagonista de 'Nomadland' es una proletaria del cine, una 'outsider' del sistema de Hollywood, a quien le gusta permanecer fuera del foco de atención sin estar dispuesta a entrar en la rueda de imposiciones estéticas que parecen exigirse a las actrices de más de 40 años

Frances McDormand, con Chloé Zhao

Frances McDormand, con Chloé Zhao / EFE/EPA/Chris Pizzello

Beatriz Martínez

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Frances McDormand ya tiene cuatro Oscar en su poder. El primero lo ganó por ‘Fargo’, el segundo, por ‘Tres anuncios a las afueras’ y acaba de hacer historia al recoger dos estatuillas más en esta última edición de los Premios de la Academia por su faceta como intérprete y como productora de ‘Nomadland’. Junto a su directora, Chloé Zhao, ha encontrado una compañera de viaje perfecta a la hora de introducirse en la Norteamérica de los desheredados. Ambas fueron las estrellas más atípicas de la gala de estos Oscar de la pandemia, sin maquillaje, con vestidos sencillos y acompañadas de una de esas nómadas reales que protagonizan la película, Swankie.

Al recibir el premio a la mejor película, McDormand aulló para apelar al espíritu de la manada, de la comunidad, mientras que Zhao apelaba a la bondad del ser humano en estos tiempos inciertos. Cuando subió al escenario a recoger el Oscar por su interpretación de Fern, la mujer que después del cataclismo económico de 2008 se ve obligada a viajar por todo Estados Unidos para conseguir empleos temporales, su discurso fue tan breve que únicamente hizo referencia a una de las frases de su personaje: “A mí lo que me gusta es trabajar”

Frances McDormand es una proletaria del cine, una 'outsider' del sistema de Hollywood. Es lo que siempre ha reivindicado, hacer las cosas desde el tesón y la perseverancia, involucrarse en proyectos que de alguna manera tengan que ver con su necesidad de lucha y reivindicación de la gente normal. Le gusta permanecer fuera del foco de atención, no está dispuesta a entrar en la rueda de imposiciones estéticas que parecen exigirse a las actrices de más de 40 años. Su rostro, es al fin y al cabo un espejo de sí misma, y también una declaración de intenciones. 

Su relación con los Coen

Nació en Gibson City, en Illinois con el nombre de Cynthia, pero su familia adoptiva (que pertenecía a una congregación presbiteriana, los Discípulos de Cristo) la rebautizó como Frances, aunque ella prefiere que sus seres más cercanos la llamen Fran. Reconoce que no es que fuera una alumna muy brillante, pero adoraba los libros. A los 14 años descubrió a Shakespeare y el veneno del teatro se inoculó en sus venas para siempre. Por eso lo tuvo claro a la hora de estudiar arte dramático en la universidad, culminando sus estudios en Yale. 

En 1982 conoció a dos hermanos, los Coen, que le ofrecieron el papel protagonista en su ópera prima, que se titularía 'Sangre fría', una película de cine negro en la que los cineastas debutantes querían homenajear el cine negro desde su particular perspectiva. Dos años más tarde, Frances se casó con Joel Coen. En la actualidad, son una de las parejas más longevas (y austeras) de la industria de Hollywood y son padres de un niño paraguayo que ahora tienen unos veinte años y enseña músculos en Instagram. 

Frances McDormand es una proletaria del cine, una 'outsider' del sistema de Hollywood. Es lo que si

No quiere que nadie la considere una estrella, por eso no necesita estar en primera línea. Como ella misma dice, se encuentra cómoda en las márgenes de la profesión. Se labró parte de su prestigio como actriz secundaria, pero cuando lograba un buen papel como protagonista, su carisma eclipsaba casi todo por completo, como ocurrió en 'Agenda oculta', de Ken Loach. Ha trabajado con directores míticos como Robert Altman en 'Vidas cruzadas', y con iconos de la modernidad como Wes Anderson, en 'Moonrise Kingdom'. Aunque resulta inevitable que su carrera se identifique en buena parte con la de su marido Joel y su cuñado Ethan, ya que aparece en buena parte de su filmografía. Pero hay un papel indispensable en su trayectoria, el de la agente embarazada Marge en 'Fargo', gracias al que se convirtió en un rostro popular. 

Siempre ha preferido ir a lo suyo. No es que se prodigue mucho por la pantalla, pero cuando lo hace, acierta de pleno. En 2011 representó la obra de teatro 'Good People' y gracia a su interpretación, ganó el premio Tony. Y en 2014 produjo la adaptación del Pulitzer de Elizabetz Strout 'Oliver Kitteridge' y se llevó a casa el Emmy. Así que es de las pocas actrices que se han alcanzado la Triple Corona de la actuación, entre las que se encuentran grandes damas como Vanessa Redgrave o Maggie Smith. 

Seguirá produciendo y actuando. En su próximo proyecto vuelve a apostar por otra directora, Sarah Polley. Juntas pondrán en marcha la adaptación de la novela de Miriam Toews, ‘Ellas hablan’, que da voz a las mujeres de una comunidad menonita de Bolivia que fueron objeto de agresiones sexuales. También la veremos en lo nuevo de Wes Anderson, ‘La crónica francesa’, e interpretando a Lady Macbeth en la próxima película de Joel Coen.