Crítica de cine

'El infiltrado': durmiendo con el enemigo

El noruego Ulrich Lovenskjold Larsen se infiltró en el círculo del poder norcoreano y trabó amistad con el tarraconense Alejandro Cao de Benós

Estreno de la semana "El infiltrado"

Estrenos de la semana. Tráiler de 'El infiltrado'. /

Quim Casas

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Dividido en dos partes, 'El infiltrado' es un nuevo documental sobre Corea del Norte. Su peculiaridad es que está construido a partir de un personaje real, el noruego Ulrich Lovenskjold Larsen, que se infiltró en el círculo del poder norcoreano y trabó amistad con Alejandro Cao de Benós, el tarraconense que ha ejercido de representante occidental de Corea del Norte.

No solo es una propuesta particular por este hecho. El director del filme, Mads Brügger, lleva años intentando demostrar que Corea del Norte es una empresa malvada y criminal. Ya rodó un filme no suficientemente resolutivo para demostrarlo. Lovenskjold Larsen se apresta a continuar su obra infiltrándose y filmando con cámara oculta sus encuentros con Cao de Benós y con los miembros de una organización de daneses fanáticos del régimen norcoreano.

Lonveskjold Larsen es interrogado por una experta agente británica, y lo que le cuenta construye el grueso de ‘El infiltrado’. Cao de Benós se lleva una buena tunda, no solo por justificar públicamente la disuasión militar de Kim Jong-un, sino por sus negocios sucios relacionados con el tráfico de armas y drogas. Brügger no deja de emplear técnicas más propias del relato de intriga o el 'thriller', como ocurre en la secuencia en que el infiltrado se enfrenta a un detector de micrófonos, un clímax propio de una historia de ficción pese a que nos encontramos en la sórdida realidad.