JAZZ EN TIEMPOS DE PANDEMIA

El Festival de Jazz de Barcelona da un paso al frente

La cita musical desafía a la incertidumbre y desvela un cartel con destacada presencia femenina y Brad Mehldau como gran reclamo internacional

El pianista norteamericano Brad Mehldau

El pianista norteamericano Brad Mehldau / periodico

Roger Roca

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Más que los cabezas de cartel, más que la cantidad de conciertos o los escenarios, la noticia es que el 52 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona sale adelante y en formato presencial. En un año negro para la música en directo y con la mayoría de grandes eventos cancelados, el festival da un paso al frente: 60 actividades presenciales más algunas 'on line', ocho sedes, aforos reducidos y un cartel con mucha presencia local que es hijo de las circunstancias. “Lo hemos programado como lo hacíamos hace 25 o 30 años”, dijo este miércoles en rueda de prensa Tito Ramoneda, presidente de The Project, recordando sus inicios al frente del certamen. “Llegaba septiembre, las giras aún no estaban cerradas, presentábamos el festival quince días antes de arrancar…”.

El festival, con un presupuesto un 40% menor que el año pasado y que mantiene el apoyo de instituciones y patrocinadores, aspira a vender 30.000 entradas y cuadrar números. La dirección confía en la viabilidad pero asegura que la decisión de celebrar este año el festival “no ha sido económica, sino para mantener la viva llama un año más”. La reducción de presupuesto afecta a todas las partes implicadas, pero Joan Anton Cararach, director artístico, aseguró que son los grandes nombres quienes han reducido sus cachés y se mantienen los de los artistas locales.

Otoño de jazz y resistencia

Primero el cierre y luego la incertidumbre obligaron a los festivales de tamaño medio y pequeño a reubicarse. Resultado: el jazz se concentra en otoño. La alarma del 11 de marzo pilló al 39º Festival de Jazz de Terrassa en su jornada inaugural. Suspendieron y ese mismo día se conjuraron para volver antes de que acabase el 2020. Y lo lograron: el festival arranca hoy y durará todo el mes de octubre. “Ha sido un acto de fuerza, este es un festival militante”, dice Susanna Carmona, coordinadora del Club de Jazz d’Amics de les Arts. La edición se reduce de 60 actos previstos a 35 y se queda prácticamente sin artistas internacionales. Conservan al veterano Ray Lema (24 de octubre), primera figura de la world music, y han incorporado al pianista israelí Yonathan Avishai (10 de octubre). “Cuando vimos la situación apostamos por nombres importantes de aquí”. Eso incluye el estreno del proyecto Trance de Jorge Pardo (16 de octubre), Frank Zappa visto por Perico Sambeat (29 de octubre) o la versión big band del proyecto local Smack Dab (17 de octubre).

El pianista norteamericano Brad Mehldau, que presentará en solitario en el Palau de la Música (4 de noviembre) y recibirá la medalla de Oro del festival, es la mayor estrella jazzística de esta edición. Una presencia que cotiza aún más en un año en el que los músicos estadounidenses no vienen de gira a Europa. “Se han suspendido muchas giras. La mayoría de ellos no pueden viajar porque no hay donde tocar”, explicó Cararach. El festival arranca el 24 de octubre en el Liceu con la soprano francesa Natalie Dessay en el Palau de la Música cantando piezas del compositor Michel Legrand. Es una de las varias mujeres en posiciones destacadas. “No es una cuestión de cuotas sino de calidad. Si en el 65 era muy difícil encontrarlas como cabeza de cartel, ahora lo son más que nunca”, aseguró Cararach.

Presentación de disco

Es el caso de Sílvia Pérez Cruz, protagonista del Retrato de Artista de esta edición, que ofrece cuatro conciertos distintos. Presenta el disco 'Farsa en solitario' (Palau de la Música, 11 de noviembre) y con banda (Liceu, 11 de diciembre), recupera su dúo con el contrabajista Javier Colina (BARTS, 29 de octubre) y estrena Abril 2020 (BARTS, 24 de noviembre), un encargo del festival que la empareja con jóvenes músicos de la escena catalana del jazz.

También vuelven la cantante alemana Ute Lemper, que revivirá la figura de Marlene Dietrich (Palau de la Música, 6 de noviembre), y Andrea Motis, en el que será su primer concierto después de ser madre (Palau de la Música, 28 de gener). El pianista Marco Mezquida, otra figura del jazz local en ascensión, presentará tres proyectos en una misma noche (BARTS, 6 de noviembre). Y los decanos del jazz catalán, La Locomotora Negra, que cumplen 50 años, cerrarán el festival con el que será su despedida de los escenarios (Palau de la Música, 29 de enero).

El Conservatori del Liceu sigue siendo el escenario de 'masterclasses' y conciertos para 'connoisseurs', como los del guitarrista de Herbie Hancock, Lionel Loueke (3 de noviembre), la leyenda del saxo David Murray (17 de noviembre) o Michael League, líder de Snarky Puppy (2 de noviembre). El ciclo flamenco De Cajón! cuenta con figuras de peso como Miguel Poveda (2 de desembre) y Tomatito (20 de noviembre), y se añaden dos escenarios de proximidad: el Milano Jazz Club, uno de los pocos clubes de jazz del país que no ha cerrado durante la pandemia, y el Palau Robert, que acogerá conciertos gratuitos de artistas locales bajo la etiqueta Músiques de la DO.

Otras citas otoñales

El 22 Alhambra Vic Jazz Festival, previsto originalmente para junio, se celebra finalmente del 16 al 18 de octubre en una edición reducida y 100% local. El encuentro del improvisador Liba Villavechia con el grupo Hung Mung, el proyecto de jazz flamenco Los Aurora o Raynald Colom son algunos de los reclamos de un festival heterodoxo por naturaleza que se traslada, por obligación, de la Jazz Cava a una carpa frente a l’Atlàntida de Vic. En esas mismas fechas, una masía de Santa Maria de Palautordera, en la falda del Montseny, reúne a algunos de los mejores improvisadores del país en un ciclo organizado por la percusionista Núria Andorrà: Agustí Fernández, Marcel·lí Bayer o Celeste Alías dan conciertos y talleres. Y en Igualada también resisten: el modesto pero combativo Estival, suspendido en junio, renace del 9 al 24 de octubre con cuatro propuestas, entre ellas un solo del saxo Bill McHenry y la apuesta por el joven compositor Alex Cassanyes, premiado internacionalmente. El jazz resiste, pero ¿hasta cuándo?