'La isla de las mentiras': los restos del naufragio

El primer largometraje de ficción de la documentalista Paula Cons se basa en hechos reales acontecidos en la isla Sálvora, en la costa gallega, el día 2 de enero de 1921, cuando naufragó una embarcación de pasajeros que viajaba rumbo a Buenos Aires. De las 260 personas que iban en el navío se salvaron apenas 50, fruto del esfuerzo de tres  mujeres de la isla que salieron en barcas para rescatar a los supervivientes basándose en su oído e instinto.

La directora trufa la historia real con una serie de pesquisas que atañen a la desaparición del único hombre que estaba entonces en la isla: la tragedia fue de tal consideración porque, entre otras cosas, todos los hombres del lugar, excepto el guarda, estaban en tierra firme celebrando las Navidades. Lo más interesante de 'La isla de las mentiras', filme algo afectado en la mayoría de las interpretaciones, cuando se confunde el gesto primitivo y huraño por la estridencia, reside en el valor físico que Cons concede al lugar, esa niebla amarillenta y espesa, filmada como un jirón bello, fantástico y tenebroso a la vez, en la que las tres protagonistas se aventuran mientras escuchan, sin verlos, a los ahogados que gimen de dolor y de miedo.