en el Festival de San Sebastián

Viggo Mortensen, Premio Donostia a toda su carrera

El actor estadounidense presentará 'Falling', su debut como director, en la 68ª edición del Zinemaldi, que se celebra del 18 al 26 de septiembre

El actor Viggo Mortensen, en una gala en California, en el 2019.

El actor Viggo Mortensen, en una gala en California, en el 2019. / periodico

Beatriz Martínez

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Viggo Mortensen nunca le ha interesado participar en el juego del 'star system' de Hollywood. Su trayectoria como intérprete demuestra su versatilidad, su capacidad para encarnar cada uno de sus papeles desde el rigor y la honestidad, así como su compromiso con el cine de autor.

Ahora, el Festival de San Sebastián reconoce su talento otorgándole uno de los Premios Donostia de la próxima edición, en la que además se presentará su primera película como director, ‘Falling’, que tras clausurar el pasado Sundance, también ha recibido la etiqueta del Festival de Cannes.

De un sitio a otro

Hijo de padre danés y madre estadounidense descendiente de irlandeses e ingleses, pasó parte de su infancia viajando de un sitio a otro, haciendo parada en países como Argentina, donde su familia se estableció durante un tiempo, razón por la que habla perfectamente castellano, uno de los siete idiomas que domina.

Comenzó tarde en el mundo de la interpretación, después de haber cruzado la veintena. Sus inicios fueron lentos y mientras tanto tuvo que trabajar de camarero a mozo de mudanzas para salir adelante. Tuvo pequeñas apariciones en películas que nos llevan desde ‘Único testigo’ a ‘La matanza de Texas III’, hasta que protagonizó la película de culto ‘La piel que brilla’, de Philip Ridley (con el que más tarde rodaría ‘La pasión de Darkly Noon’) y comenzó a ser un secundario habitual en películas como ‘Atrapado por su pasado’ o ‘Marea roja’. Junto a Demi Moore protagonizó ‘La teniente O’Neil’ y apareció en dos 'remakes' de películas de Alfred Hitchcock, ‘Psycho (Psicosis’) y ‘Un crimen perfecto’.

El héroe Aragorn

Sin embargo, todo cambiaría a partir de su participación en la trilogía de Peter Jackson ‘El señor de los anillos’, en la que encarnó al héroe Aragorn. Estuvo a punto de rechazar el papel, pero su hijo era fan de las novelas de Tolkien y finalmente tomó una decisión que lo situaría en una liga diferente, la que otorga el privilegio de poder tener el control de tu propia carrera dentro de la industria.

A partir de ese momento apostó por el cine de prestigio y autor, alejándose de las grandes superproducciones y se implicó más en sus proyectos personales, ya fueran dentro del cine o de la poesía y la fotografía (dos de sus pasiones) para las que creó un pequeño sello editorial, Perceval Press.

En el 2005 comenzaría su relación profesional con David Cronenberg, con el que ha trabajado en tres ocasiones, en ‘Una historia de violencia’, en ‘Promesas del este’ (por la que fue nominado al Oscar) y en ‘Un método peligroso’, en la que encarnó a Sigmund Freud.

Su primer papel en castellano fue el thriller ambientado en Barcelona ‘Gimlet’ (1995), de José Luis Acosta, con Ángela Molina. Más tarde participaría en ‘La pistola de mi hermano’, de Ray Loriga y protagonizaría ‘Alatriste’ (2006), basada en las novelas de Arturo Pérez Reverte. En Argentina se embarcó en dos proyectos, ‘Todos tenemos un plan’ y ‘Jauja’, de Lisandro Alonso, como actor y productor, una faceta que ha seguido practicando a través de Perceval Pictures.

Con Ariadna Gil

En los últimos tiempos ha ido espaciando cada vez más sus trabajos. En tres años, solo dos películas, pero por ambas estuvo de nuevo nominado a los Oscar: ‘Captain Fantastic’ y ‘Green Book’. Ahora, después de la pandemia, resuena más que nunca su imagen en un mundo desolado en la adaptación cinematográfica del Pulizter de Comac McCarthy ‘La carretera’.

Hace tiempo que fijó su residencia en España, junto a la actriz Ariadna Gil, aunque ambos siempre han sido muy prudentes con respecto a su vida privada. Las únicas polémicas en las que se ha visto involucrado han sido a raíz de sus comentarios independentistas y su vínculo como socio de Òmnium Cultural. A Viggo Mortensen no le importa hablar de temas controvertidos, pero lo hace desde la calma y el compromiso, el mismo que le lleva a apostar por películas que pongan en la mesa conflictos sociales o que hablen sencillamente de la complejidad de las relaciones humanas.