La Contra

'Podcasts' para ser libres

'Deforme semanal' es un 'show' con voluntad de 'late-night' feminista

Isabel Calderón y Lucía Lijtmaer.

Isabel Calderón y Lucía Lijtmaer. / periodico

Beatriz Martínez

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“No hay nada que resulte más incómodo que una mujer libre”. Lo dice Isabel Calderón, cómica y periodista, a propósito de <strong>Deforme Semanal Ideal Total,</strong> el 'podcast' que dirige junto a Lucía Lijtmaer y que se ha convertido en una auténtica sensación durante el confinamiento.

Desde que se conocieron y descubrieron su química y sus intereses comunes, quisieron poner en marcha algo juntas, pero pronto se dieron cuenta de para hacerlo sin censura o presiones tendrían que saltarse los cauces convencionales e ir por su cuenta. “El capital es masculino y se perpetúa a sí mismo, y lo mismo pasa con el humor”, apunta Lijtmaer, periodista y escritora (‘Ofendiditos’ es su último libro). Así que optaron por la autogestión, se tiraron a la piscina y de ese impulso 'destroyer' surgió ‘Deforme semanal’, un 'show' con voluntad de 'late-night' feminista con invitados de lujo que durante años ha estado llenando teatros de Madrid y Barcelona demostrando que sí había público para la afilada agudeza de Isabel y Lucía.

En su constante afán por reinventarse, comenzaron a experimentar con el formato 'podcast', que les ha permitido desligarse de la actualidad (porque como dicen “la actualidad está sobrevalorada y genera mucho estrés y crispación”) y, a partir de una serie de temas universales, proponen un diálogo que bascula entre sus propias reflexiones y la introducción de elementos culturales, libros, canciones, películas, que les sirven para relacionar conceptos y trazar un mapa de nuestro tiempo.

La idea original fue grabar el programa el directo, y así comenzó esta nueva aventura, en Abaixadors10 y de la mano de Radio Primavera Sound, pero la pandemia les ha obligado a emitir desde el confinamiento para seguir hablando de la extrañeza del mundo que nos rodea y de paso abrir un espacio de pensamiento en torno a algunas de las cuestiones que nos persiguen durante el encierro, como el aburrimiento, el recuerdo o el anhelo de disfrute. Y eso sirve para evocar desde a Antonioni y las distopía de Ursula K. Le Guin, al ‘El príncipe de las mareas’, el Studio 54 o los términos 'millenials'. ¿Alguien sabe lo que es ‘pocketing’ u ‘orbiting’? Ellas nos lo explican.  

“El mundo digital es difícil de disfrutar”, “la sociedad no te da estímulos para seguir adelante”, “la solidaridad y la empatía es lo único que tenemos frente al capital”, “la tiranía de la tendencia nos hace ser esclavas del presente”, dicen mientras suenan Beastie Boys o The Lightning Seeds, porque "las buenas canciones tienen la capacidad de hacerte sentir que fuiste feliz en el pasado, aunque no lo fueras".

Ya no necesitan utilizar palabras como ‘heteronormatividad’ o ‘heteropatriarcado’. Su feminismo está tan enraizado en su discurso, en su forma de ver la vida, que se ha convertido en algo natural y orgánico. “Nunca hemos pretendido ser didácticas o ejercer la pedagogía de género. Lo peor que le puede pasar a una mujer es que tenga la necesidad de definirse constantemente para que los demás la metan en una cajita donde encajar y resultar cómoda”, dice Lucía Lijtmaer.

Isabel cree que esta rebeldía a la hora de negarse a adaptarse a un patrón establecido les ha pasado factura porque "los medios continúan siendo muy conservadores". Para ellas, hablar en público de lo que piensan en privado continúa considerándose una provocación, algo que remite inevitablemente a Simone de Beauvoir y su célebre frase "lo personal es político".

Lucía recuerda que cuando entrevistó a Gloria Steinem le dijo que la historia oculta (la de las mujeres), tenía que ser primero narrada desde lo personal. “El pensamiento y la mirada predominante es masculina, así que solo con que contemos lo que nos pasa, ya resulta un acto revolucionario”, culmina Isabel Calderón.

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